El profesor que convirti¨® a Cyrano de Bergerac en ¨ªdolo adolescente
El escritor Pablo Guti¨¦rrez, docente en un instituto de Sanl¨²car, publica una novela juvenil inspirada en la experiencia que protagonizaron sus alumnos hace dos a?os al llevar a escena el cl¨¢sico de Edmond Rostand
Esta es una historia verdadera y a la vez ficticia. Una de esas que parece que solo ocurren en las novelas o las pel¨ªculas pero que, a veces, tambi¨¦n suceden en la vida real. Una clase de bachillerato, alumnos adolescentes a punto de dar el salto a la vida adulta y un profesor entregado que les ayuda en ese proceso a trav¨¦s de la literatura y el teatro. Como El club de los poetas muertos, pero en un instituto de Sanl¨²car de Barrameda (C¨¢diz).
El profesor se llama ...
Esta es una historia verdadera y a la vez ficticia. Una de esas que parece que solo ocurren en las novelas o las pel¨ªculas pero que, a veces, tambi¨¦n suceden en la vida real. Una clase de bachillerato, alumnos adolescentes a punto de dar el salto a la vida adulta y un profesor entregado que les ayuda en ese proceso a trav¨¦s de la literatura y el teatro. Como El club de los poetas muertos, pero en un instituto de Sanl¨²car de Barrameda (C¨¢diz).
El profesor se llama Pablo Guti¨¦rrez (Huelva, 43 a?os) y adem¨¢s es novelista. Autor de obras como Nada es crucial (2010), Democracia (2012) o Cabezas cortadas (2018), todas ellas de marcado corte social, Guti¨¦rrez fue incluido en 2010 en la lista Granta de mejores narradores j¨®venes en espa?ol. Una prometedora carrera literaria que, sin embargo, no le ha llevado a desatender su trabajo como docente. Al contrario, sus estudiantes lo adoran y tiene fama de ser uno de esos maestros que dejan huella. Tanto es as¨ª que ambas facetas, la de profesor y la de escritor, han terminado por cruzarse: acaba de ganar el Premio Edeb¨¦ de Literatura Juvenil 2021 por un libro inspirado en una intensa aventura que comparti¨® en 2019 con sus alumnos del instituto Juan Sebasti¨¢n Elcano de Sanl¨²car. Se titula El s¨ªndrome de Bergerac y lo acaba de publicar el sello Edeb¨¦.
Todo empez¨® en sus clases de Literatura Universal de 1? de Bachillerato. Sol¨ªan leer libros en voz alta. Un d¨ªa pusieron en televisi¨®n Cyrano de Bergerac, aquella famosa adaptaci¨®n cinematogr¨¢fica de 1990 de la obra teatral de Edmond Rostand, protagonizada por G¨¦rard Depardieu. Un cl¨¢sico en verso, con tiradas largu¨ªsimas, escrito en 1897. No obstante, a sus alumnos les gust¨® y Guti¨¦rrez, vi¨¦ndolos motivados, les propuso leer el texto original en el aula. Les fascin¨® tanto que la lectura les supo a poco, as¨ª que dieron un paso m¨¢s y se propusieron adaptarlo y representarlo para sus compa?eros del instituto. Pero lo que empez¨® siendo una actividad extraescolar como tantas otras acab¨® convirti¨¦ndose en una experiencia inici¨¢tica que marc¨® su adolescencia. Algunos superaron su timidez. A otros les ayud¨® a elegir su futuro universitario. Y todos quedaron para siempre enganchados a la lectura y el teatro.
¡°La obra ten¨ªa muchos ingredientes para que les gustara: aventuras, batallas de espadachines, un amor imposible y un protagonista que tras su bravuconer¨ªa escond¨ªa el gran complejo que le provocaba su enorme nariz. Como adolescentes, se sintieron plenamente identificados con las inseguridades del personaje, pero tambi¨¦n con su pasi¨®n¡±, recuerda el escritor por tel¨¦fono desde Sanl¨²car de Barrameda, donde sigue dando clases en el mismo instituto.
El argumento de El s¨ªndrome de Bergerac se inspira en aquella peripecia y relata c¨®mo la actividad ayud¨® a los estudiantes a superar sus propios conflictos, aunque el autor aclara que los personajes son ficticios. ¡°He intentado que ellos no salieran en el libro de ninguna manera, hacer eso habr¨ªa sido una manipulaci¨®n mezquina, pero s¨ª est¨¢ recogido en esencia todo lo que vivimos ese a?o: el descubrimiento de los libros y el teatro, el despertar al amor y la amistad, las inseguridades de la adolescencia, los sue?os, los miedos¡±.
La experiencia result¨® transformadora tambi¨¦n para el profesor. ¡°Fue tan luminosa que pens¨¦ que merec¨ªa ser contada. Gener¨® una energ¨ªa positiva que se contagi¨® a todo el instituto y demostr¨®, una vez m¨¢s, que el teatro es una herramienta pedag¨®gica poderosa. No solo incentiva la lectura y contribuye a comprender mejor los textos literarios, sino que adem¨¢s ayuda a desarrollar habilidades como la disciplina, el trabajo cooperativo, la confianza personal. Deber¨ªa ser obligatorio en los planes educativos¡±, reivindica Guti¨¦rrez.
Dos a?os despu¨¦s, aquellos bachilleres son ya en su mayor¨ªa universitarios y rememoran aquel tiempo con nostalgia. ¡°?El a?o de la nariz!¡±, exclaman al un¨ªsono en un encuentro con varios de ellos por videoconferencia. ?lvaro Yuste, que encarn¨® a Cyrano, estudia Periodismo y afirma que la experiencia le va a acompa?ar toda la vida. Rita Armenteros, que hizo el papel de Roxana, ha empezado Filolog¨ªa Hisp¨¢nica y le cogi¨® tanto gusto al teatro que ese mismo verano se apunt¨® a un curso de teatro grecolatino junto con Tai Garc¨ªa, que interpret¨® el personaje de Montfleury.
Para Ana Bail¨¦n, que hizo de narradora y tambi¨¦n estudia ahora Filolog¨ªa Hisp¨¢nica, supuso un verdadero triunfo personal: ¡°Yo era extremadamente t¨ªmida y no me atrev¨ªa jam¨¢s a hablar en p¨²blico. Al principio no pensaba participar, me parec¨ªa impensable, pero me dio tanta pena perderme aquello que al final me lanc¨¦ y no pude ser m¨¢s feliz¡±. Ana Atienza y Calvin Gallardo no han seguido los caminos de la literatura (Atienza estudia Microbiolog¨ªa y Gallardo quiere empezar el a?o que viene un doble grado en Derecho y Filosof¨ªa), pero ambos afirman que ese a?o despert¨® en ellos un inter¨¦s perpetuo por la lectura y el teatro. ¡°Es totalmente cierto eso que se dice de que un buen profesor puede marcar tu vida. Pablo es uno de ellos¡±, dice Atienza.
El profesor se quita m¨¦ritos, pero en ¨¦l tambi¨¦n ha quedado para siempre el recuerdo de aquel a?o. Lo demuestra su salto al g¨¦nero juvenil con El s¨ªndrome de Bergerac y una segunda novela que escribi¨® en paralelo y que tambi¨¦n publica ahora, Memoria de la chica azul (Edeb¨¦), algo que no suele ser habitual entre autores que logran reconocimiento entre el p¨²blico adulto. Para Guti¨¦rrez, sin embargo, es algo natural dada su doble condici¨®n de escritor y docente. Y cita a Dickens y Arthur Conan Doyle como ejemplos de que la gran literatura no tiene edad.