Lacaton & Vassal ganan el premio Pritzker con una arquitectura que certifica el cambio
La pareja francesa lleva 30 a?os construyendo una arquitectura poco visual que resuelve los grandes problemas energ¨¦ticos y sociales
Nunca demoler. ¡°La demolici¨®n es la soluci¨®n m¨¢s f¨¢cil, pero es tambi¨¦n una p¨¦rdida de energ¨ªa, materiales e historia y un acto de violencia. La transformaci¨®n es hacer m¨¢s y mejor con lo que existe¡±, as¨ª describen los ganadores del Premio Pritzker 2021 Anne Lacaton (Saint-Pardoux, 65 a?os) y su marido, Jean-Philippe Vassal (Casablanca, 67 a?os), el trabajo que llevan tres d¨¦cadas realizando. ...
Nunca demoler. ¡°La demolici¨®n es la soluci¨®n m¨¢s f¨¢cil, pero es tambi¨¦n una p¨¦rdida de energ¨ªa, materiales e historia y un acto de violencia. La transformaci¨®n es hacer m¨¢s y mejor con lo que existe¡±, as¨ª describen los ganadores del Premio Pritzker 2021 Anne Lacaton (Saint-Pardoux, 65 a?os) y su marido, Jean-Philippe Vassal (Casablanca, 67 a?os), el trabajo que llevan tres d¨¦cadas realizando. Hubo un tiempo en que muchos arquitectos sintieron la necesidad de escribir un libro-ideario ¡ªen general, cr¨ªptico y vistoso¡ª que explicase sus intenciones, sus teor¨ªas, su manera de entender o enredar la arquitectura. Los nuevos ganadores del Pritzker no escribieron, construyeron ese ideario.
Lo entendieron desde el principio, cuando, tras estudiar arquitectura en Burdeos, Lacaton se traslad¨® a N¨ªger, donde ya trabajaba Vassal. All¨ª todo escaseaba y lo poco se reciclaba. Para cuando construyeron su primera vivienda ¡ªpara los padres de Anne¡ª en Floriac, el campo que rodea Burdeos, hab¨ªan hecho suya esa manera de afrontar la construcci¨®n. La casa Latapie (1993) imit¨® la soluci¨®n de los invernaderos cercanos para doblar su superficie sin apenas gasto y con grandes ventajas energ¨¦ticas. La nueva fachada construida con pol¨ªmeros aislaba la casa en invierno, la sombreaba en verano y la ampliaba todo el a?o con un espacio intermedio. Ese abrigo econ¨®mico, f¨¢cil de construir, que reduce el gasto energ¨¦tico aislando un edificio ha sido su gran aportaci¨®n a la arquitectura. Tras la casa familiar llegaron los grupos de viviendas en los que se sofistic¨® la idea y, con el tiempo, y con la ayuda de Fr¨¦d¨¦ric Druot y Christophe Hutin, consiguieron llevar esa estrategia aislante a un edificio: la Torre Bois Le Pr¨ºte de Par¨ªs. Corr¨ªa 2011, 96 familias vieron crecer su piso y disminuir su recibo de la luz sin desembolsar m¨¢s que la derrama prevista para el aislamiento.
Con esa idea, Lacaton & Vassal llevan 30 a?os construyendo en Francia y tambi¨¦n en ?frica. Hace dos a?os, la aplicaron a la reforma de 530 pisos en tres bloques de viviendas sociales de Burdeos. La Comunidad Econ¨®mica Europea les concedi¨® el premio Mies van der Rohe al mejor edificio del continente. La arquitectura de Lacaton & Vassal no se ve, pero es radicalmente transformadora. Cambia la vida de las personas. Est¨¢ basada en las ideas y cuidada ¡ªnunca sacrificada¡ª por las formas. En las memorias de sus proyectos figura, junto a los habituales metros cuadrados, la cifra del coste de esos metros. Para ellos, el uso que se hace del dinero ¡ªy el respeto a un presupuesto¡ª es tan importante como la memoria o el impacto que despierta una forma. Puede que hablar de dinero sea poco elegante, o de pobres, pero ce?irse a un presupuesto es respeto, un ingrediente b¨¢sico para construir confianza y bienestar.
La Plaza L¨¦on Aucoc de Burdeos revela c¨®mo ese respeto se aplica al espacio y al gasto p¨²blico. Corr¨ªa el a?o 1996, el Ayuntamiento de su ciudad les encarg¨® embellecerla. Y los arquitectos fueron a la plaza para hablar con la gente que la utilizaba. No entregaron planos sino un informe. La plaza ten¨ªa calidad, usuarios y encanto. Los ¨¢rboles estaban bien puestos: junto a los bancos, dando sombra en el per¨ªmetro. Los jubilados jugaban a la petanca y los ni?os y los ancianos conviv¨ªan. No se pod¨ªa embellecer. Recomendaron aumentar la limpieza. El Ayuntamiento renunci¨® a ponerse una medalla de cara a las siguientes elecciones y acept¨® la propuesta. Todos hicieron bien su trabajo. Como si la honestidad fuera un asunto contagioso.
Algo parecido sucedi¨® cuando ya se hab¨ªan trasladado a Par¨ªs. En 2012, la reforma del edificio d¨¦co del Palais de Tokyo hab¨ªa quedado obsoleta e inacabada. Les pidieron intervenir. Decidieron no enyesar ni pintar los muros de obra iniciando ¡ªinvoluntariamente¡ª una moda povera que llegar¨ªa a muchos centros de arte. Lo que ellos quer¨ªan era ahorrar presupuesto y ampliar espacio. El Palais es hoy un rompedor escenario del cambio. M¨¢s all¨¢ de exposiciones de arte contempor¨¢neo, es un espacio polivalente (20.000 metros cuadrados mayor) que acoge desfiles de moda y presentaciones.
Ese abrigo econ¨®mico, f¨¢cil de construir, que reduce el gasto energ¨¦tico aislando un edificio ha sido su gran aportaci¨®n a la arquitectura
Con 33 a?os de profesi¨®n, este hubiera sido un premio tan audaz como contestado hace una d¨¦cada, cuando muchos de los m¨¢s reputados arquitectos se llevaban las manos a la cabeza ante la obra de Lacaton & Vassal. Hoy, tras haber sido distinguidos con el Premio Schelling (2009), la Medalla Tessenow (2016) o el Mies van der Rohe (2019), entre otros, este Pritzker es un premio justo que reconoce lo que otros han sabido ver antes o han tenido la valent¨ªa de atreverse a apoyar.
Un premio es su jurado y hay jueces que certifican, otros que defienden a capa y espada lo que mejor conocen y otros que se atreven a mirar m¨¢s all¨¢. Antes de recibir ¨¦l mismo el galard¨®n en 2016, el chileno Alejandro Aravena estaba en el jurado del Pritzker en 2012, cuando consigui¨® que medio mundo descubriera, con Wang Shu, que no todo se estaba destrozando en China. Ahora, como presidente del mismo, cuesta no ver el entusiasmo del chileno en este reconocimiento que durante la pandemia ha llevado a los jueces ¡°a pensar en el sentido colectivo de la arquitectura y en el legado que esta supone para la siguiente generaci¨®n¡±.
Construir barato
La cr¨ªtica arquitect¨®nica ha distinguido tradicionalmente la arquitectura de la construcci¨®n. O, mejor dicho, no se ha tomado la molestia de hacerlo, simplemente ha ignorado el 95% de lo que se ha construido en el mundo, como si la mala arquitectura no fuera arquitectura. Por ese agujero, se han colado corrupciones urban¨ªsticas, problemas sociales, desastres energ¨¦ticos, una at¨¢vica desconfianza entre la sociedad y la profesi¨®n de arquitecto y una absurda limitaci¨®n en su campo de actuaci¨®n. La capacidad para librar la ense?anza de prejuicios es lo que implica el Pritzker a Lacaton & Vassal. O lo que es lo mismo: la constataci¨®n de que no todos los alumnos de arquitectura pueden hacer un Guggenheim pero s¨ª pueden mejorar la vida de las personas ¡ªese antiguo ideal de la profesi¨®n¡ª. As¨ª, este Pritzker tendr¨¢ un impacto tan importante en las escuelas de arquitectura como, es de esperar, en el propio premio. Reconociendo a arquitectos ¡°radicales en su delicadeza y audaces en su sutileza¡± ¡ªen palabras de Aravena¡ª el Pritzker demuestra que quiere no solo coronar lo exquisito y singular, tambi¨¦n quiere colaborar en cambiar lo mejorable. Es ah¨ª donde la arquitectura tiene su gran reto.