¡®The Mauritanian¡¯: emocionante denuncia sobre Guant¨¢namo
Kevin Macdonald ilustra el caso de Mohamedou Ould Slahi, pero olvida reflexionar sobre la frontera entre la seguridad nacional y las demandas de la sociedad estadounidense
Por la magnitud de las tem¨¢ticas, de los sucesos y de los personajes reales que aborda, no pocas veces el cine pol¨ªtico debe decidir si quiere dar respuestas o solo hacerse las grandes preguntas; si quiere ser activista, es decir, conformar una obra de denuncia, situada claramente en la esquina correcta de los ideales y de la moral, o prefiere colocarse en el lugar de las complejidades, donde m¨¢s que sentencias definitorias hay cuestiones dif¨ªcilmente resolubles. Al elegir el caso del mauritano Mohamedou Ould Slahi para hablar de la nefasta c¨¢rcel estadounidense de Guant¨¢namo, el director Kevin Macdonald y sus guionistas ya est¨¢n escogiendo una de las posibilidades: la primera. Es su opci¨®n en la brit¨¢nica The Mauritanian, y es tan buena en lo dram¨¢tico como la segunda. Aunque quiz¨¢ no en lo pol¨ªtico. El resultado es una emocionante historia de solidaridad en un ambiente de ilegalidad, de defensa del estado de derecho y de denuncia de la falta de garant¨ªas jur¨ªdicas en una prisi¨®n creada por George W. Bush que Barack Obama prometi¨® cerrar y no cerr¨®. Un centro de detenci¨®n para sospechosos de terrorismo (en la mayor¨ªa de los casos, no acusados) que sigue abierto desde el a?o 2002, en pleno post 11-S.
La pel¨ªcula de Macdonald podr¨ªa definirse en torno a esta frase: ¡°Alguien, pero no cualquiera¡±. La respuesta al terrorismo comandada por Bush, Donald Rumsfeld y la CIA, con la colaboraci¨®n de diversos servicios secretos internacionales, se bas¨® en las detenciones de sospechosos en busca de respuestas. Pero la diferencia entre detener a ¡°alguien¡± y hacerlo con ¡°cualquiera¡± es ostensible.
El director se apunta a la moda del cambio de formato para diversificar su relato y acentuar en el espectador las sensaciones del encierro. As¨ª, se utiliza el panor¨¢mico para el presente, la relaci¨®n de Mohamedou con sus abogadas y las investigaciones de estas y del fiscal encargado del caso, y el m¨¢s claustrof¨®bico 4:3 para los flashbacks con su detenci¨®n, interrogatorios y torturas. Mientras, en el cap¨ªtulo interpretativo, junto al regreso de Jodie Foster y su sempiterna personalidad, el excelente actor franc¨¦s Tahar Rahim, con esa peculiaridad tan suya en la mirada y en la sonrisa, matices para mostrar tanto a un encantador como a un monstruo, parece nacido para interpretar al personaje.
Al ser la pel¨ªcula que quiere ser, apenas hay grandes pegas con The Mauritanian: una m¨²sica que a veces remarca demasiado; una transici¨®n demasiado r¨¢pida en el rol del fiscal interpretado por Cumberbatch. Lo esencial son la denuncia y la emoci¨®n, y ambas est¨¢n. Ahora bien, asunto distinto es que sea una pel¨ªcula que reflexione sobre la frontera entre el aparato de seguridad nacional y las demandas de la sociedad estadounidense. Porque eso no est¨¢.
THE MAURITANIAN
Direcci¨®n: Kevin Macdonald.
Int¨¦rpretes: Tahar Rahim, Jodie Foster, Shailene Woodley, Benedict Cumberbatch.
G¨¦nero: pol¨ªtico. Reino Unido, 2021.
Duraci¨®n: 129 minutos.
Babelia
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