Anna Starobinets: ¡°Hay un intento de gobernar sobre el cuerpo de la mujer¡±
La reina rusa del terror relata en una obra biogr¨¢fica la pesadilla que vivi¨® en el sistema sanitario de su pa¨ªs tras recibir el diagn¨®stico de que el hijo que esperaba padec¨ªa una patolog¨ªa mortal
En la pesadilla de Anna Starobinets habitan m¨¦dicos sin empat¨ªa que invitan a una quincena de residentes a presenciar, sin permiso, uno de sus peores momentos vitales; un sistema sanitario ¡ªel ruso¡ª deshumanizado y acostumbrado a arrebatar la capacidad de elecci¨®n a las mujeres; personas superadas ante la densa burocracia de herencia sovi¨¦tica; profesionales que solo medicalizan el duelo de la p¨¦rdida de un hijo y tratan de hospitalizar a toda costa a las pacientes. Tambi¨¦n un esposo que la acompa?ar¨¢, frente a la costumbre que mantiene ¡°esas cosas¡± como territorio exclusivamente femenino y no de pareja y pese a que en las l¨²gubres cl¨ªnicas ginecol¨®gicas p¨²blicas rusas no se suele admitir la presencia de hombres. ¡°No vaya a ser que nos vean en un mal momento, se asusten y huyan, como suelen repetirnos hasta nuestras madres¡±, apunta Starobinets (Mosc¨², 42 a?os) en una entrevista en una cafeter¨ªa moscovita.
Pero esta vez, la angustiosa historia que relata la reina rusa del terror en Tienes que mirar (Impedimenta) no est¨¢ en su cabeza. Es su vida. La descriptiva, conmovedora y angustiosa memoria de una mujer que acude a una ecograf¨ªa rutinaria y recibe la noticia de que el hijo que espera tiene una anomal¨ªa cong¨¦nita grave. Que no sobrevivir¨¢. El relato de horror de una mujer que choca contra la pared del r¨ªgido engranaje de salud ruso y tiene que viajar a Alemania para abortar.
Periodista durante a?os, es tambi¨¦n una de las escritoras m¨¢s reconocidas de la Rusia moderna. Tienes que mirar, traducido por Viktoria Lefterova y Enrique Maldonado, es el primer texto literario de no ficci¨®n de la autora de poderosas obras de terror como Una edad dif¨ªcil, Refugio 3/9 o El vivo (Nevsky Prospects), comparada habitualmente con Nikol¨¢i G¨®gol, con el Stephen King de los primeros tiempos o con Shirley Jackson.
Su libro biogr¨¢fico, que rompe el tab¨² sobre la interrupci¨®n del embarazo y pone ante el espejo a una sociedad acostumbrada a enterrar ciertos temas, caus¨® un enorme esc¨¢ndalo en Rusia cuando se public¨®, hace cinco a?os, recuerda la escritora mientras sorbe vino caliente con especias. No tanto por la decisi¨®n, sino, sobre todo, por contarla. ¡°Pens¨¦ que provocar¨ªa cierto debate social, pero no imagin¨¦ que fuera tan duro. Supuse que tendr¨ªa algunos problemas con la comunidad m¨¦dica debido a que pongo los nombres reales, porque si no, qu¨¦ sentido de denuncia social tendr¨ªa el libro¡±.
¡°Me acusaron de estar llena de odio hacia Rusia, de insultar a nuestros m¨¦dicos¡±Anna Starobinets
No fueron pocos los colegas que la acusaron de querer ¡°sacar partido¡± de su dolor, de capitalizarlo. De que Tienes que mirar no era literatura. Tambi¨¦n recibi¨® comentarios dur¨ªsimos, impulsados por un patriotismo malentendido, por describir los problemas del sistema sanitario del pa¨ªs en un libro que abord¨®, por primera vez en ruso, las emergencias obst¨¦tricas, la p¨¦rdida de un hijo, las consecuencias, la recuperaci¨®n, los problemas familiares, el debate moral y ¨¦tico. ¡°Me acusaron de estar llena de odio hacia Rusia, de insultar a nuestros m¨¦dicos. Aqu¨ª hay un dicho que remarca que no se debe airear la basura fuera de casa, y para algunos eso fue lo que hice¡±.
Starobinets se vio envuelta en una tormenta medi¨¢tica. Perdi¨® amistades. ¡°En Rusia hay una idea muy espartana, afianzada desde los tiempos sovi¨¦ticos, que marca que debes callar ante el dolor, porque solo as¨ª, siendo fuerte, sobrevives. Si lloras, si muestras tus sentimientos, significa que no te respetas, que eres d¨¦bil. As¨ª puede que tengan compasi¨®n hacia ti, quiz¨¢ te ayuden, pero nunca te respetar¨¢n¡±, comenta. Eso se suma a la costumbre de que todo lo que viene de los genitales de la mujer, del parto y de las consecuencias del placer es algo ¡°sucio¡±, que hay que mantener en secreto. ¡°Cuando se trata de un problema con un o¨ªdo o del est¨®mago est¨¢ bien, pero en cuanto es algo ginecol¨®gico en muchas ocasiones la mujer pasa a ser un ser humano de segunda clase¡±, remarca. Se consideran, adem¨¢s, ¡°asuntos aterradores¡± para sus compa?eros hombres.
¡°Si eres una embarazada con un beb¨¦ sano entonces depende de cu¨¢nto dinero tengas, puedes elegir la cl¨ªnica y la actitud hacia ti. Si hay alg¨²n problema obst¨¦trico entonces todas las opciones desaparecen de repente, la capacidad de la mujer de decidir sobre su maternidad casi se esfuma¡±. Explica que, como le sucedi¨® a ella, el sistema de salud ruso pr¨¢cticamente no concibe otra opci¨®n que la de interrumpir un embarazo en caso de anomal¨ªas fetales graves y, pese a eso, impone todo un peregrinaje de trabas a las mujeres. ¡°Es como en todos los pa¨ªses: un intento de gobernar sobre el cuerpo de la mujer. En algunos pa¨ªses tratan de arrancarle el derecho a decidir oblig¨¢ndola a seguir. En Rusia, donde el del aborto no es un tema de debate tan denso como en otros lugares, la presi¨®n es para que lo interrumpa si el hijo que espera tiene problemas¡±, asegura.
Starobinets termin¨® pidiendo dinero a familiares y amigos y viaj¨® a Berl¨ªn para interrumpir el embarazo. All¨ª recibi¨® una atenci¨®n humanizada y un comienzo de asesoramiento para el duelo. Algo, se?ala, inconcebible en su pa¨ªs. La escritora tampoco hall¨® un solo libro en lengua rusa para ayudarla a navegar por las etapas que afrontaba. Por eso, cuando todo pas¨® y se hab¨ªa asentado, decidi¨® contar su propia historia para ayudar a cambiar las cosas. ¡°Pens¨¦ que ya que ten¨ªa las herramientas, la m¨¦trica para hacerlo, quiz¨¢ era mi deber social escribir lo que me hab¨ªa pasado. Tambi¨¦n que eso le dar¨ªa alg¨²n sentido a la muerte de mi hijo¡¡±.
¡°Pens¨¦ que escribir sobre lo que me hab¨ªa pasado era mi deber social¡±Anna Starobinets
Un par de a?os despu¨¦s de publicar Tienes que mirar, Starobinets entrevist¨® a varios sanitarios especializados ¨Calemanes, ning¨²n ruso accedi¨® a hablar con ella¡ª y a mujeres que hab¨ªan pasado por lo mismo que ella para un ep¨ªlogo que a?adi¨® a la edici¨®n rusa. De nuevo, historias de terror, como la de aquella mujer de provincias muy religiosa, embarazada de gemelos con anomal¨ªas graves y problemas m¨¦dicos que amenazaban su vida, que huy¨® del hospital para no someterse a una interrupci¨®n del embarazo porque quer¨ªa bautizar a las criaturas. Mujeres a las que nadie les hab¨ªa preguntado nunca por lo que hab¨ªan pasado ni c¨®mo se sent¨ªan.
Con su prosa, impregnada de cierto humor negro, Starobinets tambi¨¦n logr¨® ciertos cambios en Rusia. Su libro, que agot¨® la primera edici¨®n en un mes, termin¨® abriendo un importante mel¨®n en la comunidad m¨¦dica, una de las cl¨ªnicas que menciona impuso una formaci¨®n espec¨ªfica a sus profesionales sanitarios, se habl¨® del duelo, de la empat¨ªa, de los grupos de apoyo, de la opci¨®n de la mujer para interrumpir el embarazo o para continuarlo, de la elecci¨®n y de la necesidad de respaldo en cualquier paso del camino.
Starobinets trabaja ahora en su serie de cr¨®nicas detectivescas para ni?os, que tienen como protagonistas a animales y que se est¨¢n adaptando a la televisi¨®n. Tambi¨¦n ultima una extensa novela ambientada en la frontera entre la URSS y China en 1945 con zorros que se convierten en mujeres. Reconoce que, como todo escritor ¡ª¡±somos en cierta manera ladrones que nos llevamos cosas de la vida real a la ficci¨®n¡±¡ª, utiliza sus experiencias en sus libros de terror. Pero espera no tener que ser, de nuevo, invitada en un g¨¦nero, el biogr¨¢fico, que prefiere no explorar: ¡°No me gustan mucho los libros basados en la realidad. Me gusta inventar mundos; ser demiurgo¡±.
Tienes que mirar, Anna Starobinets. Impedimenta, 2021. 192 p¨¢ginas. 17,95 euros.
Entre Stephen King y G¨®gol
A Anna Starobinets se la considera a la vez hija de Stephen King y Philip K. Dick, cuando quiz¨¢ lo sea m¨¢s de Liudmila Petrush¨¦vskaia y su adorado Nik¨®lai G¨®gol, pues todo lo que toca, incluidas sus historias para ni?os, es una feroz cr¨ªtica al comunismo. De ah¨ª que esos libros infantiles hayan tenido problemas para publicarse en Rusia.
Son habituales en sus historias las hormigas ¨Cel cuento que da nombre a su primera colecci¨®n, Una edad dif¨ªcil, es ya un cl¨¢sico del terror mundial¨C, y cualquier otro tipo de animal cuyo cerebro forme parte de una inteligencia colectiva. Su distop¨ªa 'El vivo', imagina un mundo en el que los seres humanos son las c¨¦lulas de un solo cuerpo, el de una Humanidad cruel y maldita. Ambas fueron publicadas en Espa?a por la desaparecida Nevsky Prospects, as¨ª como 'Refugio 3/9' y 'La gl¨¢ndula de ?caro'.
Starobinets, que cobr¨® 50 d¨®lares por su primera colecci¨®n de relatos ¨Cque dio la vuelta al mundo en 2005, cuando ella ten¨ªa tan solo 27 a?os, y no lleg¨® a nuestro pa¨ªs hasta 2012 ¨C, vivi¨® alejada de los cl¨¢sicos contempor¨¢neos durante su adolescencia ¨C el Tel¨®n de Acero solo lo cruzaban, en sus palabras, ¡°autores muertos¡±, como Edgar Allan Poe o H. G. Wells ¨C, pero sin embargo construy¨® una ficci¨®n que nada ten¨ªa que envidiarles.
Es raro pensar que se la comparaba con Stephen King antes de que hubiese le¨ªdo a Stephen King, pero as¨ª fue. Hoy, la que fue tambi¨¦n la primera guionista rusa de Disney, es un referente mundial del fant¨¢stico que lo ¨²nico que hace, dice, es exactamente lo que hizo G¨®gol: mezclar el lado m¨¢s oscuro del folclore y el cuento de hadas con ¡°el horror de estar ah¨ª dentro¡±, siendo ese dentro la, al parecer, interminable, muerta en vida, Uni¨®n Sovi¨¦tica.
Babelia
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