Muere Carlos Busqued, el escritor que amaba a los monstruos
Los amigos del autor argentino confirmaron que falleci¨® este lunes a los 50 a?os a causa de un ¡°accidente dom¨¦stico¡±
Cuando la noticia de la muerte de Carlos Busqued comenz¨® a circular por las redes este lunes 29 de marzo, la incredulidad que lectores, escritores y amigos expresaban a medida que se enteraban ¡ªno puedo creerlo¡ª parec¨ªa, por una vez, un efecto del humor espeso y cerril del escritor antes que un lugar com¨²n. ¡°Aguante fingir tu propia muerte¡±, dice un tuit de Busqued que muchos de sus seguidores empezaron a compartir. ¡°Ser¨ªa muy oscuro y hermoso de tu parte, Carlos¡±, escribi¨® uno de ellos esta tarde.
La informaci¨®n sobre su fallecimiento ha sido lac¨®nica y cerrada: sus amigos confirmaron que fue hallado muerto en el edificio donde viv¨ªa, y pidieron ¡°mesura y respeto¡±. Carlos Busqued hab¨ªa nacido en Roque Sa¨¦nz Pe?a, provincia del Chaco, en 1970, pero vivi¨® desde adolescente en la provincia de C¨®rdoba y desde hace m¨¢s de una d¨¦cada resid¨ªa en Buenos Aires. Aunque apenas lleg¨® a escribir dos libros ¡ªBajo este sol tremendo (2009) y Magnetizado (2018)¡ª su obra breve y contundente, su brillo marginal y su desprecio por las personas y discursos privilegiados (o su cari?o por los da?ados de este mundo) bastaron para convertir a sus lectores en una legi¨®n de incondicionales, que no paraban de pedirle nuevos libros, y disfrutaban de su cuenta de Twitter como si fuera una obra en proceso.
La historia de c¨®mo se convirti¨® pr¨¢cticamente en un autor de culto con su primer libro es bastante conocida para sus seguidores. En 2008, luego de un proceso de escritura que le llev¨® cuatro a?os, Busqued, que era ingeniero metal¨²rgico, envi¨® su primera novela al Premio Herralde. Tiempo despu¨¦s recibi¨® un correo firmado por Jorge Herralde, fundador y director de Editorial Anagrama: en el mail, el editor espa?ol le dec¨ªa que su novela hab¨ªa sido finalista del premio, que no lo hab¨ªa ganado, pero que le hab¨ªa gustado tanto que hab¨ªa decidido publicarla en su sello. Para Busqued, que hab¨ªa escrito lo esencial de la novela en medio de un proceso de demolici¨®n de su vida personal, recibir aquel correo fue tremendo.
¡°El cambio fue cu¨¢ntico¡±, me dijo en la ciudad de Rosario hace ocho a?os, ¡°yo ya s¨¦ que tengo eso, esto no me lo saca nadie¡±. Poco despu¨¦s de su publicaci¨®n, Bajo este sol tremendo obtuvo un gran reconocimiento de la cr¨ªtica y de los lectores, y en los a?os siguientes fue traducido al alem¨¢n, al franc¨¦s, al italiano y al ingl¨¦s. El libro es una novela con una prosa seca, lac¨®nica, poderosa, donde los personajes act¨²an como si estuvieran emocionalmente anestesiados. En distintas rese?as sobre esta novela, donde la crueldad de sus personajes florece bajo el calor asfixiante de un pueblo del interior argentino, se habla de la historia como un relato original, oblicuo, sobre la herencia de la dictadura. Busqued, de todos modos, rechazaba las interpretaciones por fuera de la historia misma: ¡°Hay tipos que secuestraron gente en la dictadura y despu¨¦s ten¨ªan una empresa de secuestros y puse eso porque me pareci¨® que era iluminador y siniestro, pero yo no quer¨ªa explicar una mierda¡±, dijo.
Su ¨¦xito relativo tambi¨¦n le provoc¨® un ¡°terror paralizante¡± para la continuidad de su escritura. Tanto que su segundo libro, Magnetizado, resultado de casi cien horas de entrevistas a un asesino serial que mataba taxistas en Buenos Aires a principios de los ochenta, tard¨® nueve a?os en publicarse.
Busqued era un hombre alto, corpulento, de ojos claros, que adoraba los personajes retorcidos, los aviones de guerra, los calamares gigantes y las remeras de trash metal, cuya amabilidad en el trato parec¨ªa contradecir cierta aversi¨®n por la especie humana presente en sus libros y en sus tuits. El reverso de una sensibilidad enorme, que parec¨ªa pesarle. Como escritor pero tambi¨¦n como presencia, como intelectual ¡ªuna palabra de la que se hubiese re¨ªdo a carcajadas si viera ligada a su nombre¡ª hab¨ªa conseguido un efecto que los lectores suelen atribuir a autores atormentados como David Foster Wallace: que se sintieran menos solos. En este caso, su muerte tambi¨¦n dejar¨¢ solos a un pu?ado de monstruos que habitan en los bajos fondos de cada uno.
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