¡®Pen¨ªnsula¡¯, muertos vivientes para un virus letal
Aunque rodada antes de la aparici¨®n de la pandemia, la secuela de ¡®Tren a Busan¡¯, de nuevo dirigida y coescrita por Yeon Sang-ho, ofrece impresiones bien distintas
Cuando en el a?o 2016 se estren¨® Tren a Busan, las sensaciones del espectador ante semejante fest¨ªn de muertos vivientes, surgidos tras la aparici¨®n de un virus letal expandido por el territorio de Corea del Sur, eran de efervescencia, de jolgorio descacharrante por su acci¨®n desmesurada, la adrenalina originada, la excentricidad de las ins¨®litas situaciones y el sentido del humor de una pel¨ªcula torrencial en su imaginer¨ªa visual.
Aunque rodada antes de la aparici¨®n de la pandemia...
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Cuando en el a?o 2016 se estren¨® Tren a Busan, las sensaciones del espectador ante semejante fest¨ªn de muertos vivientes, surgidos tras la aparici¨®n de un virus letal expandido por el territorio de Corea del Sur, eran de efervescencia, de jolgorio descacharrante por su acci¨®n desmesurada, la adrenalina originada, la excentricidad de las ins¨®litas situaciones y el sentido del humor de una pel¨ªcula torrencial en su imaginer¨ªa visual.
Aunque rodada antes de la aparici¨®n de la pandemia del coronavirus, su secuela, Pen¨ªnsula, de nuevo dirigida y coescrita por Yeon Sang-ho, ofrece impresiones bien distintas, al menos en sus primeros minutos, con un pr¨®logo de matices dram¨¢ticos que lleva a lugares mentales cargados de amargura: cierre de fronteras, la imposibilidad del abrazo con los tuyos, la ¨²ltima mirada antes de la muerte, las restricciones, el deber de dejar en la intemperie a los contagiados de la familia, el extremo cuidado con los que te quieren y a los que quieres. No es m¨¢s que una pel¨ªcula de acci¨®n y terror de zombis, pero las circunstancias externas pueden cambiar la visi¨®n que se tiene de una determinada obra cinematogr¨¢fica. La aflicci¨®n subyace entre el entretenimiento.
Ahora bien, tampoco es necesario ponerse demasiado serios porque lo que viene despu¨¦s sigue siendo una locura semejante a la de Tren a Busan, aunque esta vez con una ambientaci¨®n m¨¢s abierta que el reducido espacio del ferrocarril. Yeon, forjado art¨ªsticamente en la animaci¨®n, vuelve a componer unas piezas de acci¨®n y, en este caso, unas persecuciones automovil¨ªsticas que en su visualizaci¨®n est¨¢n m¨¢s cerca del videojuego y del dibujo que de la realidad f¨ªsica palpable. Y, como eje de actuaci¨®n en la pen¨ªnsula del t¨ªtulo ¡ªlugar al que ha vuelto un grupo de mercenarios con el objetivo de hacerse con un cargamento de dinero abandonado junto a un rosario de contagiados¡ª, un universo de bandas criminales de distop¨ªa punk que remite directamente a 1997: rescate en Nueva York, de John Carpenter.
Si en el relato de Carpenter su estrecho centro de actuaci¨®n era una apocal¨ªptica isla de Manhattan, aqu¨ª lo es un abandonado Se¨²l, a merced de los zombis y de las pandas de proscritos y salvajes. Un sitio donde juega un papel primordial el alucinante circo romano que han formado las pandillas, donde todos se divierten frente a una lucha en la que los leones son muertos vivientes y los gladiadores, inocentes a¨²n no contagiados. Y un escenario delirante donde Yeon se mueve bien entre la intrascendencia de una historieta pulp y la grandilocuencia de una aventura ¨¦pica, hasta una ¨²ltima secuencia donde la dilataci¨®n del tiempo alcanza un divertido paroxismo.
PEN?NSULA
Direcci¨®n: Yeon Sang-ho.
Int¨¦rpretes: Gang Dong-won, Lee Jung-hyun, Lee Re, Kwon Hae-hyo.
G¨¦nero: ciencia ficci¨®n. Corea del Sur, 2020.
Duraci¨®n: 114 minutos.