¡®Todas las lunas¡¯: fantas¨ªa vasca sobre brujas y vampiras

El cine vasco, apegado tanto al terru?o como a lo sobrenatural, tanto a sus tradiciones como a sus leyendas, ha legado exitosas obras recientes sobre la ambivalencia como Handia y Akelarre. Sin embargo, previo paso por pel¨ªculas como Las brujas de Zugarramurdi y Errementari, en principio distantes en el g¨¦nero y en el tono, no deber¨ªamos olvidar...

El cine vasco, apegado tanto al terru?o como a lo sobrenatural, tanto a sus tradiciones como a sus leyendas, ha legado exitosas obras recientes sobre la ambivalencia como Handia y Akelarre. Sin embargo, previo paso por pel¨ªculas como Las brujas de Zugarramurdi y Errementari, en principio distantes en el g¨¦nero y en el tono, no deber¨ªamos olvidar que sus cineastas hab¨ªan sabido ver la dicotom¨ªa ya desde bastante atr¨¢s: desde la obra del bilba¨ªno Pedro Olea de los a?os setenta y ochenta, con El bosque del lobo (ambientada en Galicia), La casa sin fronteras y la primera Akelarre (acaecida en Navarra) como adalides.

Todas las lunas, segundo largometraje de Igor Legarreta, incide en la mitolog¨ªa a trav¨¦s de una f¨¢bula de terror y fantas¨ªa con brujas, vampiras y maldiciones, que se sucede a trav¨¦s de los tiempos: desde 1876, con el fin de la Tercera Guerra Carlista, y hasta 1936, fecha del inicio de la Guerra Civil.

Marcada por la excelente banda sonora de Pascal Gaigne, la pel¨ªcula de Legarreta apuesta desde el inicio por la sutileza, quiz¨¢ excesiva, y por la falta de concreci¨®n en la informaci¨®n del relato y de su personaje principal, una ni?a inmortal que se alimenta de sangre, lo que conlleva que se tarde m¨¢s de la cuenta en que el espectador conviva con las emociones de la criatura, sobre todo en ese trecho en el que domina la interpretaci¨®n f¨ªsica y el primer plano agobiante y desolador de la ni?a, complicado de transmitir en una actriz debutante que, sin embargo, va ganando empaque conforme avanza la historia.

Eso s¨ª, tras el encuentro con el personaje del magn¨ªfico Josean Bengoetxea, y con el buen trabajo fotogr¨¢fico, sobre todo en los interiores levemente iluminados, Todas las lunas va llegando adonde pretende: a esa fantas¨ªa de car¨¢cter at¨¢vico, relacionada en principio con otra obra sobre el vampirismo infantil como D¨¦jame entrar, pero que adquiere entidad propia en su retrato del infierno de la inmortalidad: ¡°Me quitaste la muerte y me dejaste sin vida¡±.