Yunques y tridentes

Frente a un cine de terror espa?ol que oscila entre la vampirizaci¨®n de las claves del relato g¨®tico victoriano y una ret¨®rica de los golpes de efecto que tambi¨¦n se mira en espejo ajeno, Errementari. El herrero y el diablo, primer largometraje del prol¨ªfico director de cortos Paul Urkijo, viene a reivindicar el rico acervo del folclore aut¨®ctono como generoso ¨Cy casi inexplorado- yacimiento de ideas para el g¨¦nero. La pel¨ªcula adapta un cuento popular vasco, recogido en 1903 en una antolog¨ªa de relatos europeos sobre diablos burlados en su empe?o de cazar almas. A Urkijo le mueve la transparente voluntad de rendir tributo a su propia memoria sentimental ¨CPatxi Errementaria fue su cuento de infancia favorito, confiesa- y, al tiempo, restituir una memoria colectiva: la pel¨ªcula est¨¢ hablada en un hermoso euskera alav¨¦s del siglo XIX que a?ade un barniz de estimulante extra?eza para el espectador sin familiaridad con ese ¨¢mbito ling¨¹¨ªstico.

Errementari. El herrero y el diablo se atreve a manejar su candoroso imaginario de diablos con tridente y cola afilada sin caer en la tentaci¨®n de la distancia ir¨®nica, o el ¨¢nimo par¨®dico. La pel¨ªcula, de hecho, podr¨ªa parecer una hipermusculada entrega de Cuentos y leyendas, esa serie de televisi¨®n que, entre 1968 y 1976, invit¨® a cineastas como Mario Camus, Jos¨¦ Luis Borau y Alfonso Ungr¨ªa a adaptar textos literarios y tradicionales donde, a menudo, se manifestaba lo fant¨¢stico. Urkijo ha hecho una pel¨ªcula m¨¢s contundente en lo atmosf¨¦rico que en lo estil¨ªstico: hubiesen sido preferibles menos usos enf¨¢ticos del ralent¨ª en las escenas de acci¨®n. Con su equilibrio entre especificidad y universalidad, Errementari. El herrero y el diablo revela a un cineasta capaz de transmitir el amor pasi¨®n que siente por su material. Un planteamiento de producci¨®n m¨¢s ambicioso hubiese sumado fuerza a sus logros.