¡®Uno de nosotros¡¯, excelente w¨¦stern sobre la p¨¦rdida

El t¨ªtulo es malo y el p¨®ster, espantoso, pero la pel¨ªcula es estupenda: un w¨¦stern cl¨¢sico con un toque crepuscular, ambientado no en el lejano Oeste del siglo XIX sino en los m¨¢s cercanos a?os cincuenta del XX. Con caballos, rifles y pistolas; violencia, familia y conquista; paisaje natural y dolor humano; crueldad, desgarro y fidelidad; decencia y corrupci¨®n; y, c¨®mo no, indios. Aunque los trayectos f¨ªsicos, esos que implican tambi¨¦n los morales, se hagan esta vez en autom¨®vil, el relato y los personajes entroncan con la ¨¦pi...

El t¨ªtulo es malo y el p¨®ster, espantoso, pero la pel¨ªcula es estupenda: un w¨¦stern cl¨¢sico con un toque crepuscular, ambientado no en el lejano Oeste del siglo XIX sino en los m¨¢s cercanos a?os cincuenta del XX. Con caballos, rifles y pistolas; violencia, familia y conquista; paisaje natural y dolor humano; crueldad, desgarro y fidelidad; decencia y corrupci¨®n; y, c¨®mo no, indios. Aunque los trayectos f¨ªsicos, esos que implican tambi¨¦n los morales, se hagan esta vez en autom¨®vil, el relato y los personajes entroncan con la ¨¦pica del condenado a viajar y con el g¨¦nero americano por antonomasia.

Uno de nosotros es una sorpresa porque los tres trabajos anteriores de Thomas Bezucha, su poco prol¨ªfico director y guionista, apenas hab¨ªan despuntado. Sin embargo, bas¨¢ndose en una novela de Larry Watson ¡ªveterano escritor de Dakota del Norte, donde se ambienta la historia¡ª, de la mano del carisma de Diane Lane y Kevin Costner, guap¨ªsimos en su natural¨ªsima madurez, y con el cine de Clint Eastwood como meridiano referente, Bezucha logra una obra s¨®lida y c¨¢lida en su clasicismo.

Los primeros 20 minutos, hasta llegar al conflicto ¡ªlos intentos de un matrimonio de jubilados, formado por un antiguo sheriff y una domadora de caballos, por recuperar a su peque?o nieto de manos de una violenta familia¡ª, se asientan en el valor de las elipsis y de los silencios: im¨¢genes sin apenas di¨¢logos que sin embargo acaban trazando la nobleza de sus protagonistas: una matriarca dura y obstinada, autosuficiente y capaz, y un hombre lac¨®nico y decente, imperturbable y sensato. Cuando comienza a dejarse notar la banda sonora de Michael Giacchino, quiz¨¢ excesiva en su presencia, los aspectos formales del cine de Eastwood resaltan en Uno de nosotros: tanto las melod¨ªas sencillas y reiterativas de sus m¨²sicas como la luz tenue de los interiores, marcando el crep¨²sculo de las vidas de sus criaturas.

Mientras, tambi¨¦n como en obras mayores como Sin perd¨®n, la violencia final es seca y certera. Y para ese trecho de la historia, junto a Lane y Costner, Bezucha ha reclutado a otros dos int¨¦rpretes magn¨ªficos: la arrolladora brit¨¢nica Lesley Manville, formidable en un papel que remite a las sangrientas madres del cine del Oeste m¨¢s salvaje, y al inquietante secundario Jeffrey Donovan, de la arisca estirpe de gente como Strother Martin, Jack Elam y Lee Van Cleef. Los espectadores tendr¨¢n que olvidarse de ese cartel, de ese t¨ªtulo espa?ol que no dice nada, mal adaptado del original Let Him Go, y del pedestre lema del p¨®ster: ¡°Lucha por tu familia¡±. Si lo logran y acuden al cine, la recompensa es de aut¨¦ntico w¨¦stern.