Riz Ahmed: actor de Oscar, m¨²sico alternativo y baluarte de la diversidad
El primer musulm¨¢n nominado a la estatuilla al mejor actor protagonista reivindica en ¡®Mogul Mowgli¡¯ una visi¨®n del cine y la narrativa m¨¢s all¨¢ de la perspectiva occidental
Desde hace a?os, Riz Ahmed se lo cuenta todo a un diario. Sus discos, sus viajes y, en especial, cada una de sus pel¨ªculas y experiencias en los rodajes. Puede que ni en sus p¨¢ginas m¨¢s ¨ªntimas, sin embargo, el actor y m¨²sico imaginara un momento tan dulce como el que est¨¢ viviendo. Las apariciones en Nightcrawler y Rogue One: una historia de Star Wars; el Emmy por The Night Of. Y, sobre todo, el papel de Ruben Stone, un bater¨ªa que va perdiendo el o¨ªdo en Sound of Metal. Le llev¨® este a?o a estrenarse como nominado a los Globos de Oro y los Oscar, con r¨¦cord incluido: primer musulm¨¢n que opta al galard¨®n a mejor actor protagonista. Su vida se va llenando de ¨¦xitos, y con ella tambi¨¦n sus diarios. Aunque, recientemente, Ahmed (Londres, 38 a?os) volvi¨® a leer anotaciones del pasado y descubri¨® que sus pensamientos no hab¨ªan cambiado mucho: ¡°Hace 10 a?os escrib¨ªa lo mismo: por ejemplo, que el crecimiento es una espiral, no es lineal¡±, explica por videollamada.
La ¨²ltima curva, ahora, le ha llevado hasta Mogul Mowgli, el filme que se lanza este s¨¢bado en Filmin y que forma parte del Atl¨¤ntida Mallorca Film Festival de la plataforma. Y que guarda ciertos parecidos con el papel que le coloc¨® a un paso del Oscar: encarna a Zed, un rapero brit¨¢nico de origen paquistan¨ª que empieza a sufrir los ataques de una enfermedad autoinmune justo antes de la gira que debe consagrar su carrera. Aunque Ahmed prefiere destacar otro aspecto de la pel¨ªcula: ¡°Con Bessam [Tariq, el director], quer¨ªamos hacer algo realmente honesto sobre nuestra experiencia y contarla de una manera que no se hubiera visto antes. Intentamos mostrar nuestra propia visi¨®n, negra y asi¨¢tica, sobre la integraci¨®n, el islam, la mitolog¨ªa, la espiritualidad o la narrativa. Pusimos mucho de nosotros, fue una liberaci¨®n creativa¡±.
De ah¨ª que mezclaran ingl¨¦s y urdu, momentos de comedia y casi de terror, el realismo m¨¢s implacable, pero tambi¨¦n el m¨¢gico. El propio estilo visual de la pel¨ªcula pretend¨ªa ir por su camino. Un viaje a Pakist¨¢n, hasta el fondo de sus ra¨ªces, ayud¨® a director y actor a encontrarse con su filme. Ahmed, por supuesto, cuenta que as¨ª lo reflej¨® en su diario. Y una larga visita a la colecci¨®n de arte isl¨¢mico del Met de Nueva York reforz¨® su intenci¨®n de seguir su instinto y sus ancestros. Adem¨¢s, claro est¨¢, de sus propias existencias: los padres de Ahmed son paquistan¨ªes y ¨¦l ha compuesto varios de los temas musicales del filme, adem¨¢s de pertenecer al d¨²o de hip-hop Swet Shop Boys. Tambi¨¦n encontraron estudios que afirman que las comunidades en di¨¢spora tienen mayor tendencia a desarrollar enfermedades autoinmunes.
¡°Es que somos justamente el personaje que nunca ves en la pantalla. Interpretamos cualquier papel, salvo a nosotros mismos¡±, defiende el actor. No por nada, Ahmed ha recaudado dinero por los refugiados sirios, criticado p¨²blicamente la islamofobia o reivindicado que cine y series vayan m¨¢s all¨¢ del hombre cauc¨¢sico heterosexual. ¡°Cuando dejamos de representar a la gente, apaga la televisi¨®n o deja de votar. [¡] Cada vez que te ves en una revista, un cartel, en la tele o en una pel¨ªcula, es un mensaje de que importas, de que eres parte de la historia nacional, de que te valoran¡±, afirm¨® en 2017 en un discurso ante la C¨¢mara Baja del Parlamento Brit¨¢nico.
A ra¨ªz de aquella defensa de la inclusi¨®n, hasta ha surgido el Test de Riz, inspirado en el de la dibujante Alisson Bechdel, que pone a prueba c¨®mo el cine maltrata a las mujeres. En este caso, si un filme incluye a un personaje musulm¨¢n y este habla de terrorismo, se le muestra como irracionalmente enfadado, supersticioso y retr¨®grado, es presentado como una amenaza para el estilo de vida occidental y es mis¨®gino ¡ªen el caso de un hombre¡ª o sumisa ¡ªpara las mujeres¡ª, la nota es un claro suspenso. Mogul Mowgli, evidentemente, es la excepci¨®n que aprueba con creces.
¡°Soy un actor y solo puedo representar mi performance. Pero soy consciente de que m¨¢s personas pueden verse reflejadas y si ocurre lo celebro. La cultura es un espejo en el que todos queremos vernos¡±, agrega Ahmed sobre la relevancia de romper moldes en los Oscar como musulm¨¢n. Aunque justamente por eso, por su m¨²sica underground o su activismo, cuesta imagin¨¢rselo c¨®modo en la gran fiesta de Hollywood. ¡°Me encontr¨¦ con Gary Oldman y me dijo que todos experimentamos el s¨ªndrome del impostor. Y tal vez no sea tan malo sentir que quiz¨¢s no perteneces all¨ª, ya sea por tu g¨¦nero, tu sexualidad, tu raza o tu procedencia. Aunque a la vez, en la gala, pensaba que deber¨ªa haberme sentido como un intruso pero miraba a mi alrededor y ve¨ªa a muchos como yo. Tal vez algo est¨¦ cambiando¡±, explica.
En su trayectoria, eso s¨ª, sostiene que la candidatura no ha modificado mucho. ¡°Son cosas externas, y la vida es imprevisible. No puedes imaginar qu¨¦ dir¨¢ la gente, si tendr¨¢s m¨¢s o menos trabajo, cr¨ªticos o fans. Pero la nominaci¨®n s¨ª me anima a hacer elecciones por curiosidad creativa en lugar de buscar algo que sea bueno para mi carrera¡±, asegura. Aunque el int¨¦rprete cree que las etapas de su recorrido siempre le ense?an algo: ¡°La idea detr¨¢s de la actuaci¨®n es que en cada uno de nosotros estamos todos. Probar la vida de otro expande qui¨¦n eres. Los personajes se quedan contigo. Y encontrar uno te abre una puerta que luego permite que entre otro¡±. Es la espiral de la vida y del cine. Su diario lo sabe de sobra.
Babelia
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