La revoluci¨®n de Amaral no se negocia
El d¨²o, que publica disco, habla del gesto de Eva de desnudar su torso en Sonorama, de sus nuevas canciones libertarias o del momento en el que se plantearon dejar la m¨²sica
Pregunta. ?Lo volver¨ªa a hacer?
Eva Amaral. No. Y no porque me arrepienta. Pero no lo voy a repetir. Ya est¨¢ hecho.
Pregunta. No me refer¨ªa al acto de volver a ense?ar el pecho desnudo, sino a planearse hacer otro gesto tan simb¨®lico.
Eva Amaral. Nos hemos subido muchas veces a un escenario a reivindicar cosas en las que creemos. Esta es una m¨¢s. Cuando consideremos que tenemos que hacerlo, lo haremos.
Juan Aguirre, sentado a su lado en una cafeter¨ªa de Madrid en un encuentro con EL PA?S la semana pasada, asiente con la cabeza en un gesto que solo puede significar una cosa: ¡°Muy bien dicho, Eva¡±.
El 13 de agosto de 2023 los WhatsApp echaban humo: la noche anterior, en su concierto m¨¢s importante, celebrando en el festival Sonorama los 25 a?os de su carrera, la cantante de Amaral decidi¨® mostrar su torso desnudo. Fue durante la interpretaci¨®n de la canci¨®n Revoluci¨®n. No fueron unos segundos, no: cinco minutos de agitaci¨®n, de latigazos con el brazo, de pu?o en alto, de violentos movimientos de melena. El que estuvo all¨ª, el que lo vivi¨®, no lo olvidar¨¢ nunca. Para el resto queda visionarlo en YouTube y comprobar que sigue emocionando. ¡°Fue una representaci¨®n de la libertad basada en la figura del desnudo femenino¡±, expone la protagonista.
Han pasado 15 meses de aquello y Amaral sigue su revoluci¨®n. Lo hace con su nuevo disco, Dolce Vita, donde, con un estilo alejado de lo panfletario, expresa su opini¨®n sobre un mundo descuajeringado con declaraciones de intenciones como ¡°libre de vivir, libre como el d¨ªa que nac¨ª, as¨ª he de vivir hasta el d¨ªa que me muera¡± y citando a V¨ªctor Jara, Juana de Arco, Sylvia Plath o Karl Marx. Ya se pueden escuchar cuatro de las canciones del disco: Rompehielos, Libre, No lo entiendo y Ah¨ª est¨¢s. ¡°Siempre hemos hablado de lo que nos rodea, siempre hemos estado comprometidos. Lo que pasa es que antes lo grande o peque?a que fuera la banda a nivel popular eclipsaba nuestra identidad. Los dos tenemos una identidad muy grande desde el principio y es muy posible que sin ella no estar¨ªamos donde hemos llegado¡±, apunta Juan Aguirre, 55 a?os. [D¨ªas despu¨¦s de esta entrevista, el d¨²o, que ten¨ªa previsto publicar Dolce vita el 29 de noviembre, decidi¨® posponerlo. ¡°Juan est¨¢ viviendo una situaci¨®n delicada relacionada con la salud de su padre y se encuentra en Zaragoza junto a ¨¦l. Este hecho llega a nuestras vidas s¨²bita e inesperadamente y nos obliga a aplazar la fecha de publicaci¨®n de nuestro disco¡±, se?ala el grupo, que seguramente editar¨¢ el ¨¢lbum en los primeros meses de 2025].
Eva (52 a?os) reconoce que hasta que lleg¨® el momento se?alado para desprenderse de la camisa no sab¨ªa si iba a ser capaz de atreverse. ¡°Soy una persona muy t¨ªmida¡±, apunta hoy. Interviene Juan: ¡°Yo no creo que seas t¨ªmida¡±. ¡°Bueno, se puede decir que soy introvertida¡±, zanja ella. Reconocen que la repercusi¨®n p¨²blica de aquel acto les desbord¨® y no les gust¨®. ¡°El hecho de que tuviese tanto impacto no es algo que buscara ni que me haya agradado¡±, explica Eva. Y contin¨²a: ¡°Y me ha parecido feo que haya gente que pensara que esto era una forma de buscar repercusi¨®n. Es una cosa que no me interesa; no hay nada m¨¢s que ver mi perfil, que es muy bajo en este sentido. No hay una atracci¨®n por ser m¨¢s conocidos. Est¨¢bamos en Sonorama celebrando nuestro 25? aniversario y 30.000 personas cantaban nuestras canciones. Qu¨¦ necesidad ten¨ªa yo de m¨¢s¡¡±.
Eva y Juan se han presentado en la cita junto a su manager. Anoche estuvieron cantando con otras bandas en un local de la capital para recaudar dinero para los afectados de la dana. Se expresan con prudencia, en una voz baja que a veces cuesta escuchar debido al bullicio de una sobremesa que se ha alargado en las mesas de la cafeter¨ªa donde se celebra el encuentro.
La ¨²nica gran crisis del d¨²o en 26 a?os, cuando se plante¨® incluso dejarlo, est¨¢ relacionada con el tema de gestionar la popularidad para unas personas a la que les incomoda en extremo la exposici¨®n p¨²blica. Ocurri¨® en el verano de 2007, mientras Eva enterraba a su madre. ¡°Fue un shock, porque hab¨ªa paparazzis en el cementerio. Vimos que no era el escenario en el que quer¨ªamos vivir: el de pasar de personas a personajes. Y eso fue un momento de crisis gordo¡±, cuenta Juan. Eva a?ade: ¡°Alguna vez me han sacado una foto en alguna fiesta, pero nunca me he sentido asediada. Ah¨ª s¨ª. Me sobrepas¨®: no entend¨ªa que pudiesen querer una foto de mi familia en el funeral de mi madre¡±.
Eva y Juan se conocieron a principios de los noventa en un bar de Zaragoza. Los dos ya ten¨ªan inquietudes en la interpretaci¨®n musical: ella tocaba la bater¨ªa en una banda punk y ¨¦l despuntaba en varios grupos de la escena rock zaragozana. Ya como d¨²o comenzaron a viajar a Madrid para tocar en peque?os locales. Dorm¨ªan en un colch¨®n en casa de colegas. Fueron pareja sentimental, luego solo compa?eros de grupo y ahora son principalmente amigos, adem¨¢s de seguir compartiendo pasi¨®n musical. ¡°Tenemos un punto de orgullo de haber salido de dos barrios humildes de Zaragoza¡ y oye, desde ah¨ª, a por todas¡±, cuenta Juan. El tiempo ha acabado dando la raz¨®n al d¨²o, que explot¨® en los canales comerciales de la radiof¨®rmula y luego la escena (llam¨¦mosla) independiente le abri¨® los brazos. Es de los pocos grupos espa?oles que garantiza integridad y buenas canciones para un p¨²blico trasversal, que puede ir desde los seguidores del pop comercial a los que prefieren propuestas de mayor profundidad. ¡°Ahora la gente es mucho m¨¢s abierta, hay menos compartimentos. Adem¨¢s de que tienen menos prejuicios a la hora de escuchar varios g¨¦neros tambi¨¦n se ha roto la frontera del tiempo: se escucha m¨²sica de todas las ¨¦pocas a la vez¡±, explican. Sobre su relaci¨®n, apuntan: ¡°Estamos acostumbrados a decirnos las cosas claramente. Es una buena t¨¢ctica para mantener una relaci¨®n s¨®lida¡±.
Dolce vita suma hasta 15 canciones, pero solo una pasa de los cuatro minutos. La mayor¨ªa son piezas breves, sin transiciones innecesarias, sin exhibicionismos instrumentales. Canciones de pegada instant¨¢nea, como Rompehielos o Tal y como soy; cantos a favor de la libertad, la conexi¨®n con la naturaleza y la revoluci¨®n del amor, como Libre o Eso es lo que te vuela la cabeza; temas que tratan las interferencias en las relaciones personales, como en Que no lo entiendo; e interesantes experimentos sonoros donde se juega con los ritmos, como Unidad del dolor. ¡°Hemos tenido menos miedo a demostrar nuestra fragilidad y nos hemos sentido como m¨¢s peque?os. Eso es lo que hemos querido contar. Hablamos de la belleza del mundo, que igual es de lo m¨¢s subversivo de lo que se puede hablar hoy. Tambi¨¦n hay espacio para tratar la crueldad en la que te encuentras en el mundo. Narramos la b¨²squeda de la felicidad, que unas veces se consigue, y otras te encuentras con la realidad, que a veces no es nada bonita¡±.
El ¨¢lbum se grab¨® mientras el d¨²o se encontraba de gira. ¡°Est¨¢bamos tocando los fines de semana y luego nos pon¨ªamos a grabar de lunes a jueves. Creo que esa energ¨ªa que tra¨ªamos de los directos se nota en el disco¡±, apunta Juan. Este diario estuvo en alg¨²n concierto de la gira, como el de R¨ªo Babel (julio pasado en Madrid), con una audiencia de 25.000 personas. Unos conciertos de alto voltaje emocional, con mensajes contra la violencia machista, apoyo a la comunidad LGTBI o gritos que animan a disfrutar de la libertad sin tener en cuenta las opiniones reaccionarias. Unos recitales de pop con un potente mensaje social. Eva se emocion¨® en el escenario en algunas fases y se vio a gente corear los himnos del grupo, abrazada, con algunas l¨¢grimas descendiendo por sus mejillas. ¡°S¨ª, ha sido una gira cat¨¢rtica y sanadora¡±, confirma el d¨²o.
Amaral no responde al tradicional sistema de banda, con un l¨ªder que se encarga de casi toda la parte creativa: ellos componen entre los dos, son amplios de miras e incluso cuestionan la cultura rockista. ¡°No respondemos al patr¨®n de banda: hombres que tienen la misi¨®n de triunfar. Nosotros desde el principio hemos sido otra cosa. Por eso somos dif¨ªciles de encasillar¡±, apunta Juan.
Pregunta. Est¨¢n saliendo en Espa?a casos de agresiones sexuales en el ¨¢mbito del cine, el teatro, el deporte, la pol¨ªtica¡ ?Tienen sospechas de que puede haber casos similares, como los de los raperos, en la m¨²sica, ustedes que llevan 25 a?os en ella?
Eva Amaral. Algo saldr¨¢, seguramente. Porque esto es una cosa transversal, pasa en todos los sectores de la sociedad. Creo que hay que replantearse c¨®mo son las relaciones socioafectivas, porque algo est¨¢ fallando.
P. Un cl¨¢sico del rock es ver a m¨²sicos alardeando de sus conquistas¡
E. A. Siempre me ha dado asco escuchar a las grandes estrellas del rock alardear de su vida sexual. Es que eso lo hemos vivido mucho, hombres diciendo: ¡°Vamos a ir tal pa¨ªs, que las mujeres son guap¨ªsimas¡±. Como si fueramos el producto interior bruto del pa¨ªs. Hemos estado ah¨ª como objeto, como unidad de cambio. Y eso est¨¢ cambiado¡ De eso hablan temas del nuevo disco, como Rompehielos.
La conversaci¨®n termina. Tres personas llevan algunos minutos esperando para tomarse fotos con el d¨²o. ¡°Es que somos muy seguidores¡±, aducen. Las fotos se hacen con una breve conversaci¨®n y Eva y Juan emprenden el camino hacia su estudio madrile?o.
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