Todas las madres de Almod¨®var se abrazan en Venecia
La nueva pel¨ªcula del cineasta espa?ol levanta aplausos contenidos en la inauguraci¨®n de la Mostra. Pen¨¦lope Cruz brinda una de sus mejores interpretaciones
Cada historia tiene un origen. Y la de los seres humanos siempre comienza con un parto. Un milagro que se repite id¨¦ntico, desde hace cientos de miles de a?os. Cada vez que una mujer da a luz, mueve el mundo. Y a la maternidad, b¨¢sicamente, le debemos todo. Pedro Almod¨®var lo sabe. Y ha intentado saldar esa deuda con buena parte de su filmograf¨ªa. En 40 a?os de carrera, apenas hay pel¨ªculas del cineasta en las que no se retrate a alguna progenitora. Pero, esta vez, el homenaje es doble, como sus protagonistas. ...
Cada historia tiene un origen. Y la de los seres humanos siempre comienza con un parto. Un milagro que se repite id¨¦ntico, desde hace cientos de miles de a?os. Cada vez que una mujer da a luz, mueve el mundo. Y a la maternidad, b¨¢sicamente, le debemos todo. Pedro Almod¨®var lo sabe. Y ha intentado saldar esa deuda con buena parte de su filmograf¨ªa. En 40 a?os de carrera, apenas hay pel¨ªculas del cineasta en las que no se retrate a alguna progenitora. Pero, esta vez, el homenaje es doble, como sus protagonistas. Madres paralelas, su nuevo y esperad¨ªsimo filme, inaugur¨® hoy mi¨¦rcoles la 78? edici¨®n del festival de Venecia, en competici¨®n oficial. Recibi¨® aplausos, en las primeras proyecciones del d¨ªa, aunque algo contenidos. Ya por la noche, las cr¨ªticas de medios como The Guardian, Variety o The Hollywood Reporter alabaron con entusiasmo el ¨²ltimo trabajo del cineasta.
Austera, al fin y al cabo, es tambi¨¦n la pel¨ªcula, que se estrenar¨¢ comercialmente el 8 de octubre. Apenas hay humor, o los momentos surrealistas de otros filmes del creador. El tono es tan serio como el de las recientes Julieta y Dolor y gloria, y como los asuntos tratados: se habla de madres e hijas, de ancestros y descendientes, de la memoria hist¨®rica y la familiar. Janis (Pen¨¦lope Cruz) busca a su abuelo, enterrado en una fosa com¨²n al principio de la Guerra Civil. Y, mientras, se concede un coito casual con un antrop¨®logo. A veces, el cine sabe contarlo todo con una elipsis. Primer fotograma: dos cuerpos desnudos y entrelazados. Siguiente: hospital, servicio de Maternidad.
All¨ª, a la espera de su hija, Janis fragua otro v¨ªnculo: Ana (Milena Smit), su compa?era de habitaci¨®n. Se juntan una mujer de 40 a?os, veterana de las dificultades, preparada para un regalo inesperado, y una joven asustada, que en lugar de un sue?o afronta un trauma. Ambas solteras, y solas. Hasta que una serie de vicisitudes las une para siempre.
¡°Ahora me interesan m¨¢s las madres imperfectas, las que viven periodos complicados de resolver. Las madres anteriores de mis filmes eran distintas, ven¨ªan de la educaci¨®n que recib¨ª¡±, a?adi¨® el cineasta. En concreto, de su progenitora, Francisca Caballero, y de las mujeres que rodeaban al peque?o Pedro cuando ella deb¨ªa dejarlo en alg¨²n patio para cuidar de la casa o del campo.
El ni?o se quedaba asombrado, ante aquel universo femenino siempre en movimiento. Lavaban la ropa, la tend¨ªan, arreglaban objetos y problemas, cantaban y, sobre todo, contaban historias, sucesos, traiciones, chismorreos; cualquier cosa que ocurr¨ªa en la Espa?a rural manchega y extreme?a donde se crio el cineasta. Dice el director que su gusto por la mezcla de ficci¨®n y realidad naci¨® all¨ª. Pero, a sus 71 a?os, ha conocido a muchas m¨¢s mujeres. ¡°Cuanto m¨¢s se complicaba el personaje de Pen¨¦lope, m¨¢s me interesaba. Era una novedad para m¨ª. Pero seg¨²n mi experiencia con madres reales, hay tipos muy distintos, y algunas tampoco tienen instinto maternal¡±, asegur¨® Almod¨®var.
Con su filme, intenta abrazarlas a todas. Y entenderlas. Madres aterradas, entusiastas, ausentes, entregadas, frustradas o felices. Simplemente, humanas. Con sus temores, sus esperanzas y sus hombros siempre cargados. Mujeres que a veces se doblan, casi quiebran. Pero siempre resisten.
Junto con sus protagonistas, la pel¨ªcula tambi¨¦n pasa por momentos complicados, al menos en su arranque. Cualquier parto, al fin y al cabo, conlleva tiempo, esfuerzo, miedo e incertidumbre. A la espera, eso s¨ª, de una alegr¨ªa irrepetible. As¨ª, entre alg¨²n di¨¢logo impostado y los sucesivos giros de guion, el largometraje parece encaminarse hacia el culebr¨®n. Nada m¨¢s lejos, sin embargo, de la realidad. Cuando las verdades salen a flote y la trama se toma un descanso, queda el drama de dos mujeres. Y la maestr¨ªa de Almod¨®var para contarlo. Sin apenas movimientos de c¨¢mara, con la en¨¦sima notable banda sonora de Alberto Iglesias, Madres paralelas se entrega a la emoci¨®n contenida. Nunca exagerada y, a la vez, siempre a punto de estallar. En la pantalla desfila verdad, el mejor ingrediente para atar al espectador a la butaca.
El m¨¦rito tambi¨¦n pertenece a Cruz y Smit. ¡°Puede que sea mi personaje m¨¢s dif¨ªcil hasta ahora¡±, concedi¨® la estrella. ¡°Hay muy pocos directores que les den a sus actores y equipo tanto tiempo. Pedro trabaja con el sistema que m¨¢s respeto y valoro, es un artesano. Quedan pocos en el mundo. Y para m¨ª eso es oro. Ves a un hombre dispuesto a dar su vida por la pel¨ªcula. Intenta sacar toda la verdad que tenemos. Ha sido duro, pero m¨¢gico y precioso¡±, explic¨®. Tanto que la revista Variety ya la ha colocado entre las favoritas para el Oscar. No es para menos: tal vez Cruz haya logrado la mejor interpretaci¨®n de su destacada carrera. Smit, en cambio, acaba de empezar a brillar. Pero su luz se vislumbra prometedora. La joven, emocionada, sostuvo que este papel era probablemente ¡°el regalo m¨¢s bonito¡± que hab¨ªa recibido en su vida.
En el fondo, describir la psique femenina siempre ha sido uno de los sellos almodovarianos. Aunque Madres paralelas contiene un aut¨¦ntico manifiesto del cine del creador. Ah¨ª est¨¢ la libertad de ser y amar a quien nos d¨¦ la gana; la oda a las mujeres; las cocinas, centro de la acci¨®n, mientras se prepara la m¨¢s espa?ola de las tortillas; los colores brillantes; o el compromiso pol¨ªtico y la firme reivindicaci¨®n de sus ideas. Incluso a costa de meter demasiada carne en el asador y perder sutileza, como sucede en su ¨²ltima pel¨ªcula. ¡°Ya es hora de que te enteres de en qu¨¦ pa¨ªs vives¡±, le espeta Janis a Ana.
¡°Creo que la sociedad espa?ola tiene una deuda moral enorme con las familias de desaparecidos¡±, sostuvo el director en Venecia, tan tajante en sus declaraciones como en la pel¨ªcula, que lanza un alegato a favor de la b¨²squeda y exhumaci¨®n de los miles de cad¨¢veres enterrados ¡°en fosas y cunetas¡±. Unos 114.000, seg¨²n un antiguo recuento del juez Baltasar Garz¨®n, aunque hay c¨¢lculos que superan incluso los 150.000. Uno de los pa¨ªses del mundo con m¨¢s asesinados esparcidos donde nadie pueda velarlos. ¡°Despu¨¦s de 85 a?os, hasta que no se pague esta deuda con los desaparecidos no podemos cerrar nuestra historia reciente, y lo ocurrido en la Guerra Civil¡±, agreg¨® el cineasta.
En sus notas sobre la pel¨ªcula, el director confiesa que redujo la relevancia de la memoria hist¨®rica por miedo a que fagocitara lo dem¨¢s. Pero el asunto s¨ª engull¨® la mitad de la rueda de prensa en La Mostra, donde se aludi¨® al reciente anteproyecto de Ley de Memoria Democr¨¢tica aprobado por el Gobierno, entre otros temas. Al hablar de Lorca, recordado en el filme a trav¨¦s de Do?a Rosita la soltera, Almod¨®var agreg¨®: ¡°Su figura demuestra que nuestra sociedad no tiene una buena relaci¨®n con su historia inmediata. Y el cine tampoco. Ha costado mucho trabajo hacer pel¨ªculas sobre ETA u otro problema que nos hayan afectado como conjunto¡±. Y, sin citarlo directamente, el creador aludi¨® a Vox: ¡°Espa?a est¨¢ muy crispada, y su clase pol¨ªtica m¨¢s que nunca. Eso es reflejo de que hay un partido que dice cosas que jam¨¢s se han dicho, que normalmente ya cae en la ilegalidad, en lo anticonstitucional. Nunca hab¨ªamos visto a profesionales de la pol¨ªtica que se comportaran con tal vulgaridad y de una forma tan baja¡±.
Hay otra evocaci¨®n en la pel¨ªcula, pero nada impl¨ªcita. Porque el expresidente Mariano Rajoy sale con su nombre y apellido, y con unas palabras que el director no ha olvidado: ¡°En una presentaci¨®n de los presupuestos, dijo, lleno de orgullo, que hab¨ªa dedicado ¡®cero euros¡¯ a la memoria hist¨®rica. Una de las ventajas del cine es que nos sobrevive a los que lo hacemos y a los que lo ven y ¨¦l va a estar eternamente vinculado, al menos en esta pel¨ªcula, a esa frase tan da?ina¡±.
Adem¨¢s de ense?ar al mundo el problema de Espa?a con su memoria, Almod¨®var pide a Madres paralelas otra satisfacci¨®n: el Le¨®n de Oro, uno de los pocos premios que faltan en su curr¨ªculo. Ser¨ªa el culmen del reciente idilio entre el cineasta y el festival de Venecia. En 2019, recibi¨® el galard¨®n honor¨ªfico; el a?o pasado, estren¨® aqu¨ª su mediometraje La voz humana. Y justo en Venecia, hace 38 a?os, empez¨® su recorrido internacional. Era 1983, y La Mostra se escandaliz¨® ante la pasi¨®n de las monjas de Entre tinieblas por la hero¨ªna. Era su cuarta pel¨ªcula. Y tambi¨¦n hablaba de madres. Como ahora. Y como siempre. Sin ellas, no existir¨ªa ninguna historia.
Mujeres del cine contra el patriarcado
La mitad del mundo. Es decir, millones y millones de mujeres, de todos los rincones del planeta. Distintos or¨ªgenes, etnias, orientaciones sexuales, religiones, educaciones y hasta sue?os. Pese a tama?a variedad, sin embargo, pr¨¢cticamente todas comparten al menos un denominador com¨²n: la hostilidad de un sistema concebido por y para hombres, y que tarde o temprano se interpone en su camino. As¨ª lo sufren diariamente. Y el cine, al fin, parece empezar a darse cuenta. Tanto que La Mostra de Venecia acoge varias pel¨ªculas sobre luchadoras frente al patriarcado, concebidas en lugares remotos entre s¨ª, pero frutos de injusticias e inquietudes parecidas.
M¨¢s all¨¢ de las 'Madres paralelas' de Pedro Almod¨®var, la competici¨®n oficial acoge 'El acontecimiento', de Audrey Diwan, basada en la novela hom¨®nima sobre una joven que choca con la prohibici¨®n de abortar en la Francia de los sesenta. Y 'La hija oscura', de Maggie Gyllenhaal, aborda el mismo tema complejo que trata el libro original de Elena Ferrante: una mujer que necesita tomarse un respiro lejos de sus hijas. Algo com¨²nmente aceptado para los padres, pero inaudito para las madres. Su opresi¨®n no dista tanto de lo que siente Lady Di en 'Spencer', de Pablo Larra¨ªn, que imagina el fin de semana en que la princesa decide separarse de Carlos de Gales.
Hay gladiadoras en todas las secciones de La Mostra: entre otros ejemplos del apartado Horizontes, la primera pel¨ªcula de Kosovo acogida en el certamen, 'Vera Dreams of the Sea', de Kaltrina Krasniqi, se centra en una mujer sola ante una sociedad retr¨®grada. Y '? Pleins Temps', de Eric Gravel, cuenta el dif¨ªcil equilibrio de una madre soltera en busca de trabajo. Sola con su hijo y sus problemas est¨¢ tambi¨¦n la protagonista de 'El otro Tom', de Rodrigo Pl¨¢ y Laura Santullo.
¡°Creo que uno de los mayores movimientos sociales de los ¨²ltimos a?os es el que est¨¢ ligado al MeToo y a la lucha por la igualdad. Es uno de los temas dominantes en la sensibilidad de hoy, y se refleja tambi¨¦n en los filmes que hemos recibido. Adem¨¢s, no solo las creadoras afrontan estos problemas, sino que tambi¨¦n varios directores hombres reflexionan sobre los prejuicios y las violencias que sufren las mujeres¡±, asegura Alberto Barbera, director art¨ªstico del festival.