La huella de la conquista en el arte americano entra en el Prado

Un gran biombo, de m¨¢s de seis metros de largo, se extiende en el centro de una de las salas del Museo del Prado. En las tablas se representa la Historia de la conquista de Tenochtitlan y la vista de la Ciudad de M¨¦xico. Hay 145 figuras vivas representadas y un muerto. La pintura se salta las lindes de las bisagras, pasa de una a otra, y de una cara hasta la posterior. Est¨¢ datado entre 1692 y 1696. Lleg¨® desde M¨¦xico a la Pen¨ªnsula. Forma parte de ese intercambio entre ambas partes del mundo que devino de la conquista. Hasta hace poco era un objeto maltratado por el tiempo en un domici...

Un gran biombo, de m¨¢s de seis metros de largo, se extiende en el centro de una de las salas del Museo del Prado. En las tablas se representa la Historia de la conquista de Tenochtitlan y la vista de la Ciudad de M¨¦xico. Hay 145 figuras vivas representadas y un muerto. La pintura se salta las lindes de las bisagras, pasa de una a otra, y de una cara hasta la posterior. Est¨¢ datado entre 1692 y 1696. Lleg¨® desde M¨¦xico a la Pen¨ªnsula. Forma parte de ese intercambio entre ambas partes del mundo que devino de la conquista. Hasta hace poco era un objeto maltratado por el tiempo en un domicilio particular de alg¨²n lugar de Espa?a. Ahora, tras una exhaustiva restauraci¨®n del museo, es una de las piezas principales de la muestra Tornaviaje. Arte iberoamericano en Espa?a, con la que el Prado pretende saldar una deuda con una representaci¨®n art¨ªstica que forma parte del patrimonio cultural de Espa?a, aunque sea desconocido para una mayor¨ªa. Y no solo del p¨²blico.

La historia de este biombo tal vez sea la mejor met¨¢fora de la relaci¨®n art¨ªstica entre Espa?a y Am¨¦rica Latina. Una pieza de la que se cuentan menos de cinco similares en todo el mundo (y de peor calidad) y que acaba en manos de una familia por una herencia familiar mexicana. Los herederos desconocen su val¨ªa, por lo que el tiempo se encarga de emborronar la obra: golpes, agua, un mal almacenaje. Hasta que un acad¨¦mico encuentra en los a?os cuarenta una imagen en blanco y negro publicada en una revista especializada y empieza a estudiarla. Este hallazgo fortuito y el trabajo de investigaci¨®n de profesores y especialistas no solo marcan la historia de este biombo, sino que su conjunci¨®n se repite a lo largo de la muestra y determina el recorrido de muchas de las 107 obras que Rafael L¨®pez Guzm¨¢n, catedr¨¢tico de Historia del Arte Iberoamericano en la Universidad de Granada y comisario de la exposici¨®n, ha reunido a lo largo de cuatro a?os de trabajo que tuvieron que aplazarse en enero de 2020, fecha prevista para su inauguraci¨®n, por la pandemia.

L¨®pez Guzm¨¢n ha trabajado con piezas de 31 provincias espa?olas, sobre todo con entidades religiosas, adem¨¢s de otras instituciones como el Museo de Am¨¦rica y el de Ciencias Naturales, entre otros, para recopilar una representaci¨®n del arte virreinal que no obvia la conquista, el expolio de materias primas, la apropiaci¨®n cultural o la evangelizaci¨®n forzada de los pueblos de Am¨¦rica Latina. Todas estas palabras est¨¢n en las cartelas de la muestra, pero acompa?adas de descripciones art¨ªsticas que ayudan a entender el valor est¨¦tico de unas obras que durante demasiado tiempo se han considerado ¡°interesantes piezas documentales y testimonios antropol¨®gicos minimizando su contenido est¨¦tico, por eso no se encuentran en museos¡±, ha especificado Miguel Falomir, director del museo, durante la presentaci¨®n de este lunes.

¡°La mayor¨ªa llegaron a Espa?a por los puertos de Sevilla y C¨¢diz y se repartieron por todo el territorio¡±, ha contado el comisario. ¡°Se pierde el relato de su origen y del lugar en el que se asientan, para pasar a formar parte de la vida cotidiana de instituciones religiosas¡±. El catedr¨¢tico lleva a?os trabajando en los inventarios que cada comunidad aut¨®noma debe realizar del patrimonio de la Iglesia. No existe un criterio ¨²nico para documentar estas piezas y el ritmo de catalogaci¨®n difiere en cada territorio. El experto asegura que el acceso a las obras no ha sido complicado. M¨¢s dif¨ªcil es en las instituciones de clausura.

Experiencia compartida

En la exposici¨®n hay una gran cantidad de piezas de iconograf¨ªa religiosa que representan la devoci¨®n en ambos sentidos del viaje. ¡°La Virgen de Guadalupe, la patrona de toda Am¨¦rica, consigui¨® tal advocaci¨®n en Espa?a que lleg¨® a opacar a la Guadalupe de C¨¢ceres¡±, ha recordado el comisario. Hay tallas de ca?a americana de parroquias espa?olas cuyas comunidades religiosas tal vez desconozcan que ese Cristo que alaban est¨¢ compuesto de materiales que llegaron desde el otro lado del oc¨¦ano. O la representaci¨®n tan poco usada en Espa?a de la Sant¨ªsima Trinidad del Monasterio de Santa Engracia, en Olite (Navarra), que recuerda la manera en la que se evangeliz¨® con esta imagen que sirvi¨® para explicar este complejo dogma cristiano. ¡°La tesis principal de la exposici¨®n es contar al p¨²blico espa?ol una historia que ignora: que el tr¨¢fico art¨ªstico no es unidireccional como nos hab¨ªan contado, sino que se compone de un flujo de dos direcciones¡±, ha dicho Falomir. ¡°Tras la conquista de Am¨¦rica y hasta la Independencia llegaron a Espa?a m¨¢s objetos desde Am¨¦rica que desde Italia o Flandes¡±.

La brutalidad de la conquista est¨¢ en un gran cuadro an¨®nimo de la Conquista y reducci¨®n de los indios infieles de Paraca y Pantasma. El racismo, en un retrato de Antonio Rodr¨ªguez en el que se representa a Mar¨ªa Luisa de Toledo y una ind¨ªgena. La representaci¨®n del subcontinente americano se hac¨ªa de manera apaisada: no exist¨ªan el norte y el sur, sino el este y el oeste. El urbanismo a trav¨¦s de las grandes plazas de las ciudades permite entender que la conquista se hizo desde todos los frentes. La explotaci¨®n de los grandes recursos naturales est¨¢ en una gran cruz de plata de m¨¢s de 40 kilos. En los galeones la plata no solo lleg¨® en forma de lingotes.

No son las obras m¨¢s conocidas de este tipo de arte, han aclarado los organizadores. De hecho, muchas de ellas estaban en un p¨¦simo estado de conservaci¨®n y se han revalorizado despu¨¦s de pasar por los talleres del Prado. Un trabajo que permitir¨¢ que muchas de ellas no salgan de Espa?a destino a Estados Unidos, el que se ha convertido en el principal mercado del arte virreinal. O por lo menos, ese es el deseo del Museo del Prado, que, seg¨²n ha confesado su director, pretende resarcir una deuda propia y colgar en sus salas ejemplos de este tipo de manifestaci¨®n art¨ªstica.

Tornaviaje. Arte iberoamericano en Espa?a. En el Museo del Prado hasta el 13 de febrero. De lunes a s¨¢bado, de 10.00 a 20.00 y domingos hasta las 19.00. Entrada general: 15 euros.