Un derroche de torer¨ªa
Gin¨¦s Mar¨ªn, que sali¨® por la Puerta Grande, y un inspirad¨ªsimo Morante desatan el delirio en Las Ventas
Ha sido una gran tarde de toros, el broche so?ado a esta corta y at¨ªpica temporada en la plaza de Madrid. Un derroche de torer¨ªa, una inspirada interpretaci¨®n de las reglas del arte por parte de dos toreros en estado de gracia, un veterano Morante de la Puebla, en el mejor momento de su carrera, contagiado de arrebato y embrujo durante toda la lidia; y un joven Gin¨¦s Mar¨ªn, creativo con el capote y sublime en la faena de muleta al sexto toro de la tarde, el ¨²nico que embisti¨® con calidad en el tercio final. Cort¨® el diestro extreme?o con todo merecimiento las dos orejas despu¨¦s de que protagonizara una obra magistral con muletazos profundos por ambas manos entre los que sobresalieron dos sobrenaturales, casi circulares, templad¨ªsimos y rebosantes de armon¨ªa.
La tarde no pudo comenzar de mejor modo con un Morante que recibi¨® a su primero con cuatro ver¨®nicas y una media algo atropelladas que provocaron la locura en unos tendidos ¨¢vidos de emociones. Instantes despu¨¦s, una ver¨®nica inmensa y una media de cartel, que precedieron a un galleo con el capote a la espalda ¡ªrogerinas¡ª que sorprendi¨® y emocion¨® a la concurrencia.
Tres ayudados por alto torer¨ªsimos, dos remates y un largo pase de pecho preludiaron una labor tan imperfecta como ba?ada en belleza, producto de la intratable inspiraci¨®n de un consumado artista. Bien colocado en la cara de su oponente, Morante mezcl¨® redondos enjundiosos con un abanico de naturales pre?ados de hondura y embrujo, y largos pases de pecho.
El animal, noble y apocado, dio para menos de lo que consigui¨® el afanoso torero, preso de la sorprendente decisi¨®n de la que ha hecho gala durante toda la temporada.
No acab¨® ah¨ª la obra morantista. En el primer toro de Gin¨¦s Mar¨ªn, tom¨® el capote y dibuj¨® un monumental quite por chicuelinas que puso en pie la plaza en un arrebato de pasi¨®n incontenida. Le respondi¨® su compa?ero tambi¨¦n por chicuelinas garbosas, y Las Ventas vivi¨® uno de esos momentos inenarrables que quedan en el alma de los presentes.
Mar¨ªn ya se hab¨ªa lucido con un manojo de buenas ver¨®nicas con las que recibi¨® a su toro, y deleit¨® en un quite con otras dos y media m¨¢s de extraordinaria hondura. Ni Gin¨¦s Mar¨ªn pudo hacer nada con ese inv¨¢lido tercero, ni Morante pudo corroborar su tarde con el manso y rajado cuarto.
Pero quedaba el sexto, otro mansurr¨®n, como toda la corrida, bien picado por Agust¨ªn Navarro, que demostr¨® en la muleta que atesoraba una calidad suprema en su muy templada embestida.
Y Mar¨ªn se dedic¨® a torear, lentamente, bajando las manos, gust¨¢ndose, alargando el viaje del toro, e impregn¨® de arte un ambiente ya caldeado por la clase del toro. Fueron seis tandas, tres por la derecha y tres por la zurda, plet¨®ricas todas ellas, pero bord¨® el toreo de verdad al natural, y en dos cambios de manos que culminaron en dos sobrenaturales eternos, pre?ados de una elegancia exquisita. Tras matar de una estocada ligeramente desprendida, pase¨® con todos los honores los trofeos que le abrieron de par en par la Puerta Grande.
L¨®pez Sim¨®n, el tercero del cartel, brind¨® al p¨²blico su primero, y desde el centro del ruedo cit¨® al toro por estatuarios. El animal no obedeci¨® y lo atropell¨®, volte¨® y busc¨® con sa?a en una cogida espectacular que, por fortuna, solo qued¨® en una tremenda paliza. Tras unos momentos de obligado descanso para recuperar el resuello, volvi¨® a la cara de su oponente, descastado y deslucido, que solo le permiti¨® demostrar una valent¨ªa sin cuento, pero nada m¨¢s. Tampoco encontr¨® el lucimiento ante el quinto, muy apocado.
Sea como fuere, Las Ventas ha vivido una tarde para el recuerdo protagonizada por dos artistas desbordantes de inspiraci¨®n. Nunca se pudo so?ar un mejor cierre del a?o.
Alcurruc¨¦n/Morante, L. Sim¨®n, Mar¨ªn
Toros de Alcurrucén, bien presentados, astifinos, mansos, blandos y descastados; destacó el sexto por su calidad en el tercio de muleta.
Morante de la Puebla: estocada algo caída (oreja); dos pinchazos y media baja (silencio).
López Simón: gran estocada (ovación); estocada algo caída (silencio).
Ginés Marín: gran estocada (ovación); estocada (dos orejas). Salió a hombros por la Puerta Grande.
Plaza de Las Ventas. 12 de octubre. Novena y última corrida de feria. Lleno de ‘no hay billetes’ sobre un aforo del 50 por ciento.
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