Ser otro, estar en otra parte
El poeta Ra¨²l Quinto ha puesto de nuevo en ¨®rbita a Nannetti con ¡®La canci¨®n de NOF4¡ä, un libro a medio camino entre la biograf¨ªa y el ensayo. Se le considera un raro, pero, si un escritor no es raro ?qu¨¦ es?
Este a?o en Tur¨ªn su festival de Arte Outsider ha llevado el rimbaudiano t¨ªtulo de ¡®Sono altro, sono altrove¡¯ y ha movilizado m¨¢s p¨²blico que nunca. Muchos curiosos, intrigados quiz¨¢s por la secci¨®n dedicada a Nannetti, el interno que a lo largo de la d¨¦cada de los sesenta en un muro del manicomio de Volterra grab¨® una larga historia con la punta met¨¢lica de las hebillas de los distintos chalecos de su uniforme.
Nannetti, aquejado de esquizofrenia, fue literariamente un ¡°raro¡± al que en su momento ...
Reg¨ªstrate gratis para seguir leyendo
Si tienes cuenta en EL PA?S, puedes utilizarla para identificarte
Este a?o en Tur¨ªn su festival de Arte Outsider ha llevado el rimbaudiano t¨ªtulo de ¡®Sono altro, sono altrove¡¯ y ha movilizado m¨¢s p¨²blico que nunca. Muchos curiosos, intrigados quiz¨¢s por la secci¨®n dedicada a Nannetti, el interno que a lo largo de la d¨¦cada de los sesenta en un muro del manicomio de Volterra grab¨® una larga historia con la punta met¨¢lica de las hebillas de los distintos chalecos de su uniforme.
Nannetti, aquejado de esquizofrenia, fue literariamente un ¡°raro¡± al que en su momento Antonio Tabucchi dedic¨® extraordinarias p¨¢ginas y al que, entre nosotros, este mismo a?o, Ra¨²l Quinto (Cartagena, 1978) ha puesto de nuevo en ¨®rbita con La canci¨®n de NOF4 (editado por Jekyll & Jill), un libro a medio camino entre la biograf¨ªa y el ensayo, con inmersiones en el origen y sentido de la escritura, siempre tanteando los l¨ªmites de la locura; una honda reflexi¨®n sobre c¨®mo la literatura llega a ser realmente literatura cuando no se ve infectada por todos esos simulacros que cada d¨ªa la alejan m¨¢s de su esencia.
¡°NOF4¡å, que fue la abreviatura de Nannetti Oreste Fernando, pas¨® la mitad de su existencia recluido en ese manicomio de Volterra. Su costumbre diaria de inscribir en un muro su extra?a historia me recuerda a la de la embarazada a la que puntualmente estuve espiando en sucesivos mediod¨ªas de un verano de hace a?os arrastrarse pesadamente a lo largo de la fachada de la Universidad Central de Barcelona, fachada que ella ara?aba, como si tuviera algo que escribir all¨ª.
?Escribir es tambi¨¦n ara?ar? Nannetti nos habr¨ªa dicho seguramente que s¨ª. Durante a?os grab¨® en Volterra una historia en casi 200 metros de pared, una historia un tanto inconexa porque ¡ªsu heterodoxa estructura ten¨ªa algo de lo que podr¨ªan ser las novelas del futuro¡ª se ocupaba tanto del nacimiento del mundo con menciones al G¨¦nesis como de una grandiosa cosmograf¨ªa (descripci¨®n fant¨¢stica del universo), sin dejar de lado elementos autobiogr¨¢ficos, algunos referentes al horror de la guerra (¡°Las botas claveteadas avanzan sobre toda Europa sin hallar resistencia territorial¡±), incluidos fusilamientos imaginarios, viajes so?ados, y tambi¨¦n una especie de calendario curvo o escansi¨®n del tiempo cronol¨®gico. ¡°Un libro¡±, escribi¨® Tabucchi, ¡°que contiene, en la distorsi¨®n de la locura, lo que muchos libros de la historia de los hombres: cosmogon¨ªas, guerras, misterios, dolores, alegr¨ªas, religiosidad, miedo, amor y muerte¡±.
En fin, que Nannetti fue, a todas luces, un raro de consideraci¨®n. No he podido evitar relacionarlo con C¨¦sar Aira en Sevilla recibiendo el Prix Formentor: ¡°Me llaman raro. Pero, si un escritor no es raro ?qu¨¦ es? Convencional, como todos los dem¨¢s. As¨ª que asumo con gusto el adjetivo y me gustar¨ªa ser rar¨ªsimo¡±
?Cu¨¢ntos a?os llevan en Espa?a llamando ¡°raro¡± a C¨¦sar Aira y sin dedicarse en cambio a se?alar a los ¡°convencionales¡±, que son todo un esc¨¢ndalo? Consideramos urgente una lista de nuestros convencionales. ?Podr¨ªamos contar con ella para fin de a?o?