La villa de los criminales m¨¢s temibles
Italia cierra la c¨¢rcel psiqui¨¢trica instalada en un palacio de los Medici desde hace 130 a?os
Fue la cercan¨ªa del ferrocarril lo que hizo que la villa renacentista de los Medici, en Montelupo Fiorentino (Florencia), se convirtiera a finales del siglo XIX en residencia (forzosa) de criminales. La mansi¨®n se transform¨® en un hospital psiqui¨¢trico judicial, mitad internado, mitad c¨¢rcel, una funci¨®n que ha desarrollado durante m¨¢s de 130 a?os. Justo hasta el pasado mes de febrero, cuando fue trasladado el ¨²ltimo de sus inquilinos.
La pol¨¦mica acompa?¨® siempre en Italia a este tipo de centros que el expresidente Giorgio Napolitano lleg¨® a calificar en una ocasi¨®n como ¡°un aut¨¦ntico horror, indigno de un pa¨ªs civilizado¡±. Hasta el a?o pasado a¨²n hab¨ªa seis instalaciones como la de Montelupo Fiorentino en funcionamiento. A finales de los a?os setenta, sobrevivieron incluso a la reforma sanitaria que llev¨® al cierre de los manicomios.
Hace poco m¨¢s de un lustro, una comisi¨®n de investigaci¨®n del Parlamento evidenci¨® en casi todos los establecimientos ¡°graves carencias higi¨¦nicas y sanitarias¡± y denunci¨® ¡°la aplicaci¨®n de medidas inadecuadas, a veces lesivas para la dignidad de las personas¡±. La antigua residencia veraniega de los gobernantes florentinos era precisamente uno de los centros de internamiento m¨¢s antiguos y ha sido uno de los ¨²ltimos en cerrarse. La clausura se decret¨® hace casi diez a?os pero tard¨® en hacerse efectiva despu¨¦s de varios aplazamientos.
El n¨²mero de detenidos se fue reduciendo poco a poco. De los 150 que pod¨ªa albergar fue bajando. El a?o pasado quedaban unos 60 y en febrero fue trasladado el ¨²ltimo a un centro sanitario de la cercana localidad de Volterra. Contaron los medios locales que solo entonces aquel recluso quiso ver a su hija de 14 a?os.
El centro ha albergado a algunos de los protagonistas m¨¢s impactantes de la cr¨®nica negra italiana. En 1886, el Corriere della Sera daba la noticia de que el anarquista Giovanni Passannante, que intent¨® asesinar al rey Umberto I, iba a ser trasladado a Montelupo por ser considerado un ¡°pazzo¡± (loco).
M¨¢s de un siglo despu¨¦s, Andrea Volpe, integrante de las Bestias de Satan¨¢s (una secta que asesin¨® a varios j¨®venes entre 1998 y 2004), pidi¨® ser trasladado a Montelupo. All¨ª estuvo Gianfranco Stevanin, un asesino en serie conocido como El Monstruo de Terrazzo, que mat¨® a seis mujeres en el norte de Italia y que, seg¨²n inform¨® tambi¨¦n el Corriere, tuvo alg¨²n encontronazo con otros internos. Y Bartolomeo Gagliano, apodado El Monstruo de San Valent¨ªn, especializado en disparar en la cara a sus v¨ªctimas.
Los internos hac¨ªan un peri¨®dico, Spiragli (Resquicios), que llenaban con sus inquietudes y el relato de su d¨ªa a d¨ªa y que cuyas copias se pod¨ªan leer en la cercana Casa del Pueblo, la sede del Partido Democr¨¢tico. Ahora el pueblo que se hizo famoso por acoger a los criminales m¨¢s peligrosos del pa¨ªs espera expectante el nuevo uso del palacio donde descansaban los Medici.
El alcalde de Montelupo Fiorentino, Paolo Masetti, detalla que har¨ªa falta ahora una inversi¨®n de al menos 20 millones de euros para reformar las instalaciones y convertirlas en algo diferente, demasiado para el presupuesto municipal de una poblaci¨®n de 11.000 vecinos. Cuatro torres, un patio, un sal¨®n renacentista, los espacios ocupados por las celdas... Todo suma 85.000 metros cuadrados para rehabilitar.
¡°Habr¨¢ un concurso p¨²blico¡±, dice Masetti, que tiene muchas ideas sobre las nuevas funciones que podr¨ªa acoger el recinto. Un centro de investigaci¨®n, quiz¨¢ sede de grandes universidades extranjeras... Pero todo depender¨¢ del proyecto que presente el inversor, aunque la intenci¨®n es que haya una colaboraci¨®n p¨²blico-privada.
Ahora el pueblo echar¨¢ en falta el tr¨¢nsito de las furgonetas azules en las que los internos llegaban al pueblo. Hac¨ªa mucho tiempo que ya no utilizaban el tren.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.