Un banco italiano arruinado vende un ¡®caravaggio¡¯, pero el comprador no puede moverlo del palacio donde se encuentra
La quebrada Banca Popolare di Vicenza saca a subasta un excepcional conjunto de obras de arte que incluye un cuadro del genio barroco, sin embargo, la ley no permite trasladar las piezas de los lugares que las albergan
Caravaggio ha atravesado desde su tumba un recorrido m¨¢s agitado en el ¨²ltimo a?o que, probablemente, durante algunas etapas de sus turbulentos tiempos de andanzas en tugurios de mala muerte. El artista barroco, pendenciero y experto en ri?as, ha seguido perseguido por las refriegas, transfiguradas ahora desde el m¨¢s all¨¢ en pol¨¦micas de mercado: un mundo a menudo m¨¢s peligroso que el de las tabernas que frecuentaba. Primero le toc¨® pasar por ...
Caravaggio ha atravesado desde su tumba un recorrido m¨¢s agitado en el ¨²ltimo a?o que, probablemente, durante algunas etapas de sus turbulentos tiempos de andanzas en tugurios de mala muerte. El artista barroco, pendenciero y experto en ri?as, ha seguido perseguido por las refriegas, transfiguradas ahora desde el m¨¢s all¨¢ en pol¨¦micas de mercado: un mundo a menudo m¨¢s peligroso que el de las tabernas que frecuentaba. Primero le toc¨® pasar por el proceso de autentificaci¨®n de un eccehomo que iba a ser vendido por 1.500 euros en Madrid; luego se vio inmerso en la subasta de una fabulosa villa en Roma, que ten¨ªa en una de sus habitaciones un mural del artista en el techo y que su propietaria, una exc¨¦ntrica princesa tejana, pretend¨ªa vender por 471 millones de euros (qued¨® desierta). Y ahora al bueno de Michelangelo Merisi le tocar¨¢ salvar las cuentas de la quebrada Banca Popolare de Vicenza (en 2017), que subasta su extraordinaria colecci¨®n de arte, entre cuyas piezas se encuentra una Coronaci¨®n de Espinas de Caravaggio. El problema es que no hay unanimidad acerca de la autor¨ªa del cuadro y que, adem¨¢s, ninguna de las 123 piezas podr¨¢n moverse de los palacios donde se encuentran.
La Banca Popolare di Vicenza, fundada en 1866, fue poco a poco amasando una amplia colecci¨®n de arte que logr¨® a trav¨¦s de compras particulares y en el proceso de adquisici¨®n de otras entidades bancarias del norte de Italia. Corr¨ªan los a?os ochenta y noventa, y las vacas gordas permitieron a los bancos adentrarse en el mercado del arte con la alfombra roja y con una billetera en cada mano. Dur¨® poco. La quiebra de la instituci¨®n hace cinco a?os ¡ªcomo la de tantos otros bancos del pa¨ªs, como el Monte dei Paschi di Siena, el m¨¢s antiguo del mundo¡ª dio pie a la en¨¦sima intervenci¨®n del Estado italiano, que empuj¨® con medidas financieras y dinero p¨²blico a Intesa San Paolo para hacerse con la parte saneada de la entidad, incluidos los dos palacios (en Vicenza y Prato) donde se encuentran las obras. El banco est¨¢ liquidando ahora sus activos para hacer frente a las deudas, incluida su colecci¨®n de arte de 124 obras. Pero se ha topado con una ley de patrimonio que dificulta todav¨ªa la operaci¨®n.
El problema es que quien haga la oferta que satisfaga las todav¨ªa inciertas expectativas de los administradores antes de las doce de la noche del pr¨®ximo 28 de febrero ¡ªfecha en la que termina el plazo¡ª no podr¨¢ mover las obras del sitio donde se encuentran. Especialmente el caravaggio, custodiado entre los muros del Palazzo degli Alberti, antigua sede de la banca, en la localidad de Prato. Lo mismo ocurre con el Palacio Thiene, en Vicenza, que alberga otra parte importante del paquete de piezas art¨ªsticas con las que la entidad bancaria pretende hacer caja. Se trata de una ley de protecci¨®n del patrimonio hist¨®rico a la que ha intentado recurrir los liquidadores, pero sin demasiados visos de que la demanda prospere. Una condici¨®n que complica enormemente la venta de una obra que, por s¨ª sola, podr¨ªa rondar los 300 millones de euros y que ahora podr¨ªa ver reducido sustancialmente su precio final. Eso, claro, si fuese aut¨¦ntica.
Vittorio Sgarbi, historiador de arte y experto en Caravaggio, tambi¨¦n fabuloso polemista que acaba de publicar Ecce Caravaggio (La nave di Teseo), un estupendo libro sobre el proceso que llev¨® a autentificar el eccehomo de Madrid, cree que el caravaggio es una copia y que la subasta desembocar¨¢ en un laberinto morrocotudo. ¡°Esta obra fue catalogada por Roberto Longhi [uno de los mayores historiadores del arte italianos y experto en Caravaggio] como copia. Y cuando la banca quiso comprarla, una de sus disc¨ªpulas, Mina de Gregorio, asegur¨® que era bueno. Se vendi¨® por 950 millones de liras [unos 500.000 euros]¡±, recuerda el tambi¨¦n diputado de Forza Italia. ¡°Luego empezaron a hacer otras compras. Y para m¨ª la verdadera joya es la Crucifixi¨®n de Giovanni Bellni¡±, explica al tel¨¦fono.
El patrimonio art¨ªstico que sale a subasta est¨¢ subdividido en ocho lotes compuestos de bienes ¡°vinculados pertinentemente¡±, lo que significa que no puede moverse ni un mil¨ªmetro de donde est¨¢n en la actualidad. Entre las obras que acompa?an al caravaggio hay una Madonna col bambino, de 1436 pintada por Filippo Lippi y piezas de Tintoretto o Giambattista Tiepolo. La joya de la corona, en caso de ser aut¨¦ntica, es el lienzo de 178 cent¨ªmetros por 125 del genio barroco, que representa el momento en el que se coloca sobre la cabeza de Cristo la corona de espinas. Un preciso y n¨ªtido ejemplo de la t¨¦cnica del claroscuro tan propia del artista que la historiadora y experta en el autor barroco, Rosella Vodret, afirma que es aut¨¦ntica. Ella no tiene dudas. ¡°Es una obra complicada, no tiene los documentos completos. Hay que descifrarlos. Para m¨ª la atribuci¨®n es esa. Mina Gregorio lo dio por buena, Longhi no. Hay algunas voces contrarias, pero la mayor¨ªa la certifican. ?Cu¨¢nto valdr¨ªa? Es muy dif¨ªcil, no hay obras de este tipo en el mercado. No se pueden comparar. No hay precedentes. Si fuera un¨¢nime el reconocimiento, no tendr¨ªa precio¡±.
La soluci¨®n al entuerto originado tras el crac de la banca que dirig¨ªa Gianni Zonin (condenado en primer grado) no parece que vaya a llegar la noche del 28 de febrero, tal y como sucedi¨® con el palacio romano con el fresco de Caravaggio (se dijo que Bill Gates o el sult¨¢n de Brunei estaban interesados). A partir de esa fecha, las ofertas que lleguen ser¨¢n ya vinculantes. Sgarbi cree que es Intesa San Paolo, propietaria de los palacios, quien tendr¨ªa que hacerse tambi¨¦n con las obras que contienen. Es casi una obligaci¨®n moral, considera. De este modo podr¨ªa crearse alg¨²n tipo de centro muse¨ªstico que permitiese vincular todo el patrimonio. De lo contrario, la operaci¨®n nacer¨¢ condenada a una muerte especulativa.