De repente, Caravaggio
Una obra atribuida al genio del Barroco revoluciona el mercado del arte, involucrando a instituciones y coleccionistas
A mediados de marzo los grupos de WhatsApp de coleccionistas, historiadores y otros especialistas en arte antiguo de todo el mundo se sincronizan. Solo se habla de un tema: un cuadro de un eccehomo que se va a subastar en Madrid el 8 de abril. Est¨¢ atribuido al c¨ªrculo del pintor Ribera y tiene un precio de salida de 1.500 euros. Pero si el ojo y los a?os de experiencia de este grupo de expertos no les fallan, eso no es una copia del siglo XVII, sino una pintura de Caravaggio que, como la mayor parte de la obra del genio del Barroco, se cre¨ªa perdida.
Acababa de aparecer lo que en el mercado del arte se conoce como sleeper (durmiente): una obra mal atribuida, con un precio de salida irrisorio, y a¨²n sin protecci¨®n legal, es decir, susceptible de ser sacada de Espa?a y de ser revendida cuantas veces hiciera falta. ¡°Es como si te toca el euromill¨®n¡±, dec¨ªan en el sector.
A partir de ese momento, el goteo de expertos que lleg¨® a la casa Ansorena de subastas fue incesante. La romer¨ªa encendi¨® las primeras alarmas en el Museo del Prado. La pinacoteca elabor¨® un informe con ¡°razones fundadas¡± para atribuir el cuadro a Caravaggio y advirti¨® al Ministerio de Cultura pocos d¨ªas antes de que se celebrara la venta. Para entonces, Ansorena ya hab¨ªa retirado el cuadro de subasta y lo hab¨ªa guardado a buen recaudo. El ministro y la Comunidad de Madrid dieron el ¨²ltimo paso para proteger la obra: el inicio de la declaraci¨®n de bien de inter¨¦s cultural. La tela consegu¨ªa la m¨¢xima protecci¨®n y, adem¨¢s, se declaraba inexportable. La pintura perd¨ªa el valor de unos 130 millones de euros en el mercado internacional, para quedarse en unos (no menos sustanciosos) 30 millones en el espa?ol. Con otro factor determinante, el Estado se hab¨ªa garantizado el derecho de compra.
Ocho d¨ªas despu¨¦s de que se protegiera, la casa de subastas comunic¨® oficialmente la identidad de los due?os: los P¨¦rez de Castro, descendientes de Evaristo P¨¦rez de Castro, uno de los redactores de la Constituci¨®n de 1812, que adem¨¢s presidi¨® el Gobierno bajo la regencia de Mar¨ªa Cristina. Dos siglos despu¨¦s su figura reaparece como el propietario de una selecta colecci¨®n de arte.
En el testamento de este pol¨ªtico est¨¢ el eccehomo atribuido a Caravaggio que intercambi¨® por otro de Alonso Cano con la Academia de Bellas Artes de San Fernando en 1823. Mar¨ªa Cristina Terzaghi, una de las mayores expertas en el pintor del Barroco, fue la primera en redactar un informe cient¨ªfico que atribuye el cuadro a Caravaggio. La especialista repasa el viaje que hizo el cuadro desde que sali¨® de Italia hasta que lleg¨® a Espa?a a mediados del siglo XVII y acab¨® en manos de P¨¦rez de Castro. Aunque deja sin resolver tres claves: no queda claro d¨®nde se compr¨® el cuadro antes de llegar a Espa?a; tampoco qu¨¦ sucedi¨® con la tela durante la invasi¨®n napole¨®nica; ni d¨®nde lo pint¨® Caravaggio.
La obra permanece custodiada por la familia P¨¦rez de Castro, y Jorge Coll, su portavoz y anticuario, en unas instalaciones cerca del aeropuerto de Madrid. Por all¨ª pasan expertos a verlo. Es una visita breve, de no m¨¢s de media hora, para elaborar un informe preliminar que, por el momento, no tiene fecha. El misterio contin¨²a.
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