Oscar Mart¨ªnez: ¡°Si no trasciendes el ego, como actor, te conviertes en un pelele¡±
El actor hispano argentino protagoniza con Pen¨¦lope Cruz y Antonio Banderas la pel¨ªcula ¡®Competencia oficial¡¯, una comedia negra sobre egos enfrentados y actores perversos
Lo hemos visto en Relatos Salvajes, El ciudadanos ilustre y ahora, con Pen¨¦lope Cruz y Antonio Banderas en Competencia oficial, otra muestra de ese humor con nitroglicerina que exhiben sus directores, Gaston Duprat y Mariano Cohn. ...
Lo hemos visto en Relatos Salvajes, El ciudadanos ilustre y ahora, con Pen¨¦lope Cruz y Antonio Banderas en Competencia oficial, otra muestra de ese humor con nitroglicerina que exhiben sus directores, Gaston Duprat y Mariano Cohn. Oscar Mart¨ªnez (Buenos Aires, 72 a?os), actor, escritor, miembro de la Academia Argentina de la Lengua, vive ahora en Espa?a y disfruta de un anonimato que no tiene en Buenos Aires. Lo disfruta y le saca partido: para observar sin que lo note nadie, como un actor que se sabe esp¨ªa para alimentar el trabajo incluso con 50 a?os de carrera.
Pregunta. ?ltimamente el humor argentino arrasa en el cine con pel¨ªculas tremendas. ?La argentinidad es eso? ?Qu¨¦ se te congele la carcajada con cara de terror?
Respuesta. La argentinidad es muchas cosas. Una mezcla de culturas que ha dado frutos muy diversos. Hay algo c¨¢ustico en el humor, pero tambi¨¦n sentimental.
P. ?Destructivo y constructivo a la vez? ?Querer re¨ªrse hasta morir?
R. Bueno, llegado el caso¡
P. Un poco como Gila, que no por casualidad se exili¨® en Argentina. Maestros del doble sentido.
R. Bueno, yo fui amigo de Gila. En casa lo ve¨ªamos como quien va a misa. Era extraordinario. Cuando ten¨ªa 21 a?os debut¨¦ en televisi¨®n con un papel en un programa que se llamaba Cosa juzgada, al d¨ªa siguiente me suena el tel¨¦fono y era ¨¦l: ¡°Yo quiero ser amigo tuyo¡±. Y as¨ª fue, aprend¨ª de todo a su lado. Tuvo una vida fascinante. Para m¨ª fue una enciclopedia.
P. De ah¨ª le brotaba el humor, de la vida.
R. Sin duda. Lo llevaron Cuba para actuar en lugares muy extra?os, a la vera de monta?as con bichos enormes, m¨¢s de una vez. Y lleg¨® a jugar con Fidel y el Che al ajedrez, que lo quer¨ªan conocer.
P. Si nos referimos al t¨ªtulo de su nueva pel¨ªcula, tanta competencia oficial o extraoficial, ?existe entre los actores? ?Gracias al ego o por culpa del mismo?
R. S¨ª la hay, quiz¨¢s no de la forma que se expone en la pel¨ªcula, es decir, brutal, pero s¨ª existe. Al mismo tiempo, al ser un trabajo colectivo el nuestro, tambi¨¦n requiere de la mutua solidaridad. Dependes del otro.
P. ?La competencia destruye y la solidaridad salva?
R. Si un actor es sobrepasado por ello, s¨ª, destruye. La camarader¨ªa es siempre bienvenida, en cambio.
P. ?Ha visto muchos casos de destrucci¨®n por ese motivo?
R. S¨ª lo he visto, s¨ª. Gente que ha talado su carrera por envidia o una competencia mal llevada. Y otros que se empeque?ecen incluso habiendo cre¨ªdo que han alcanzado un techo. Precisamente cuando ese techo es muy peque?o. El ¨¦xito puede ser un impostor, como el fracaso. El int¨¦rprete necesita el ¨¦xito s¨ª o s¨ª, aqu¨ª y ahora, no es como un escritor o un pintor, que puede apelar a la posteridad.
P. Para durar en su profesi¨®n, ?hay que saber controlar a Narciso?
R. El ego lo tienen todos los artistas, pero si no lo trasciendes te conviertes en un pelele, un fantoche. Debe estar al servicio de la transmisi¨®n de ideas, emociones y obras profundas.
P. ?Qu¨¦ es un actor?
R. Alguien que debe representar una realidad imaginaria a partir de una identidad, que no es la propia y creando la ilusi¨®n de que eso que contemplas ocurre por primera y ¨²nica vez.
P. As¨ª, en general¡
R. Lo que pasa que eso se logra a partir de varios tipos de actores.
P. ?Me hace la clasificaci¨®n?
R. Los hay con un magnetismo que produce que el espectador quiera verlos a ellos. Siempre andan por delante de su personaje. Luego, otros que te sorprenden, camale¨®nicos, al servicio de su personaje. Despu¨¦s est¨¢n los que a¨²nan las dos cosas. Y ah¨ª tienes todo. Por ejemplo, Pen¨¦lope Cruz. Es as¨ª.
P. Ahora que vive en Espa?a, habr¨¢ puesto a prueba su ego. Lo reconocen menos por la calle que en Buenos Aires. Eso, ?se disfruta o se sufre?
R. Por ahora, lo disfruto. En mi caso, quien se me acerca lo hace con mucho respeto, afecto y cuidado. He visto casos desagradables de invasi¨®n. Eso, grato no es. Cuando te agradecen a veces lo que haces, hasta me da pudor. ?Por qu¨¦ si hago lo que me gusta y encima me pagan?
P. ?Qu¨¦ se disfruta con cierto anonimato?
R. Tiene lo suyo. Observo y escucho con m¨¢s libertad. Eso, para mi profesi¨®n, es buen¨ªsimo. El actor lleva incorporada, sin querer, la capacidad de observaci¨®n. Lo necesita.
P. ?Como un esp¨ªa?
R. Te alimentas de observar, de la naturaleza humana. Aprendes de todo y de todos. Empezando por mi abuela, analfabeta y la persona m¨¢s sabia que he conocido en mi vida. Cuando dije que quer¨ªa ser actor, en una familia corriente, que ven¨ªa de un entorno pobre, era una excentricidad.
P. ?No le dejaban?
R. Mis padres no me hicieron la guerra, pero tampoco lo alentaban. Mi abuela, al enterarse, me dijo que lo que hab¨ªa decidido era muy importante. Me sent¨® y me dijo que me llegar¨ªa a codear con reyes y presidentes, cosa que, aunque entonces me parec¨ªa fuera de la realidad, ocurri¨®, pero me advirti¨®: aunque eso pase, nunca pierdas la capacidad de saber comer en una casa con el piso de tierra. Todav¨ªa me emociono con eso. Estimul¨® a un chico que nadie en el entorno entend¨ªa. Y la entend¨ª. No te envanezcas, no te conviertas en un idiota.