La primicia de Garc¨ªa M¨¢rquez e Indira Cato que no fue y no ser¨¢
Dos periodistas en M¨¦xico y Colombia se lanzaron a revelar una historia familiar que muchos otros comunicadores no contaron y que sus protagonistas no quer¨ªan revelar. Unos ven una obligaci¨®n p¨²blica, otros el derecho a la intimidad
Siete a?os antes de que el diario cartagenero El Universal hiciera viral su noticia sobre la historia secreta de Indira Cato, la hija desconocida de Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez, un peque?¨ªsimo medio local en la ciudad mexicana de San Luis Potos¨ª ya se hab¨ªa atrevido a lanzar la primicia. Lo hizo primero en julio de 2015 y la republic¨® en 2019. Pero ah¨ª se qued¨®, solo para lectores locales, muy lejos de la viralidad internacional y de la pol¨¦mica sobre contar...
Siete a?os antes de que el diario cartagenero El Universal hiciera viral su noticia sobre la historia secreta de Indira Cato, la hija desconocida de Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez, un peque?¨ªsimo medio local en la ciudad mexicana de San Luis Potos¨ª ya se hab¨ªa atrevido a lanzar la primicia. Lo hizo primero en julio de 2015 y la republic¨® en 2019. Pero ah¨ª se qued¨®, solo para lectores locales, muy lejos de la viralidad internacional y de la pol¨¦mica sobre contar o no la vida secreta del escritor y su hija.
¡®Indira Cato: la hija no reconocida de Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez¡¯ se titulaba el art¨ªculo en Expresi¨®n San Luis, una revista local fundada en 2006 por Lucero Aguilar Fuentes, una mujer de 50 a?os, oriunda de Ciudad Ju¨¢rez, quien se define a s¨ª misma como activista feminista. En el a?o 2000, cuenta en su medio, Aguilar trabaj¨® como directora de comunicaci¨®n de la delegaci¨®n de Coyoac¨¢n, una alcald¨ªa en Ciudad de M¨¦xico, y all¨ª conoci¨® a Susana Cato, guionista y periodista, madre de Indira y quien en ese momento era directora de cultura. Las dos hab¨ªan llegado a trabajar all¨ª con la actriz Mar¨ªa Rojo, delegada entonces de Coyoac¨¢n. El art¨ªculo viene acompa?ado de fotos de las tres en la Ciudad de M¨¦xico hace casi 20 a?os.
¡°Me cont¨® del amor¨ªo de Susana con el premio Nobel de literatura y asegur¨® que ambos ten¨ªan una ni?a de nombre Indira¡±, dice en el texto Aguilar sobre lo que le cuenta Rojo. Luego ella misma habla del tema con Susana Cato, confirmando una historia muy similar a la que cont¨® en enero el periodista Gustavo Tatis en El Universal. ¡°Me cont¨® que se hab¨ªan conocido en La Habana, a principio de la d¨¦cada de los ochenta, cuando ¨¦l impart¨ªa el taller ¡®C¨®mo contar un cuento¡¯¡±, dice el art¨ªculo.
Pero, a diferencia del art¨ªculo de El Universal que dice que a Gabo ¡°no le alcanz¨® la vida para reconocerla¡± y ¡°no pudo escapar a los hados del destino¡±, Aguilar describe a Garc¨ªa M¨¢rquez como un hombre ¡°muy machista¡± que no quer¨ªa reconocer con su apellido a la ni?a. ¡°Susana qued¨® embarazada, situaci¨®n que a ¨¦l le molest¨®, por lo que se dejaron de hablar mucho tiempo¡±, dice sobre Cato y el escritor. ¡°Se reencontraron cuando la nena ten¨ªa unos tres a?os¡±.
Un expol¨ªtico en M¨¦xico que coincidi¨® con las tres confirm¨® a EL PA?S que ellas ¨CAguilar, Cato, Rojo¨C efectivamente trabajaron juntas en la alcald¨ªa de Coyoac¨¢n. Mar¨ªa Rojo no respondi¨® a una solicitud de entrevista. Susana e Indira Cato no han querido hablar con la prensa desde que sali¨® el art¨ªculo de El Universal. Gustavo Tatis tambi¨¦n prefiri¨® no hacer comentarios a El PA?S. Y el hijo del escritor, Rodrigo Garc¨ªa, tambi¨¦n dijo que prefer¨ªa no decir nada. Los detalles de lo que ocurri¨® ¨Cqui¨¦n decidi¨® sobre el apellido o c¨®mo fue la relaci¨®n de las Cato con Garc¨ªa M¨¢rquez¨C solo podr¨ªan confirmarlos con veracidad cuatro personas que no pueden ser entrevistadas. Dos ya fallecieron (Garc¨ªa M¨¢rquez y su esposa Mercedes Barcha) y dos no quieren dar declaraciones a la prensa (Indira y Susana Cato).
¡°S¨ª me desanim¨® un poco que no llamara la atenci¨®n¡±, cuenta Aguilar a El PA?S sobre su primicia ignorada. ¡°Quienes sab¨ªan de esta noticia [en Ciudad de M¨¦xico] son todos los de la revista Proceso, pero proteg¨ªan a Garc¨ªa M¨¢rquez porque Don Julio Scherer [fundador de Proceso y fallecido en 2015] era ¨ªntimo amigo de Garc¨ªa M¨¢rquez. A partir de ah¨ª, nadie de la revista iba a publicar esto, que ellos lo conocen mejor que yo, porque vieron el embarazo de Susana, vieron a Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez ah¨ª, vieron a Indira. Y de hecho la tutela de Indira la asume un amigo de Susana, Armando Ponce, editor de cultura de Proceso.¡±
Aguilar aclara que no habla de una tutela legal, sino m¨¢s bien que Ponce fue una figura paterna para Indira Cato. Armando Ponce es a¨²n editor cultural de Proceso, medio en el que han escrito las dos Cato. Al ser consultado por EL PA?S, Ponce tambi¨¦n prefiri¨® no ser entrevistado. ¡°Es un tema personal¡±, respondi¨®.
El mundo de las Cato, que no quer¨ªan hacer de esto un tema p¨²blico, ha cambiado radicalmente con la noticia: al teclear sus nombres en Google, lo primero que aparece no son los libros o pel¨ªculas que han hecho. El algoritmo solo habla de la relaci¨®n que tuvieron con el Nobel. Un giro radical en sus vidas p¨²blicas por una primicia que no quer¨ªan dar.
Tatis dice en su reportaje que no public¨® nada antes ¡°por respeto a Mercedes Barcha y lealtad a Gabo¡±. Pero no deja claro all¨ª por qu¨¦ considera que es de inter¨¦s p¨²blico revelarlo despu¨¦s de que los dos hayan fallecido. Aguilar, por su lado, no duda de que s¨ª es de inter¨¦s p¨²blico. ¡°Porque siempre llama la atenci¨®n la vida de una figura del nivel de Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez, contar que es un hombre tan com¨²n como todos los dem¨¢s machistas¡±, dice ella a EL PA?S. ¡°El hecho de que fuera un premio Nobel, el hecho de que fuera el mejor escritor contempor¨¢neo, no le quitaba ser un vulgar macho¡±.
La figura de Gabo ha quedado entre la del ¡°vulgar macho¡± que refiere Lucero Aguilar y la del ¡°padre amoroso y dulce¡± que asegura Gustavo Tatis que fue. El bi¨®grafo de M¨¢rquez, Gerald Martin, que tuvo recientemente que defenderse por no haber publicado el secreto de la hija en su libro en 2008 (¡°yo no sab¨ªa nada de una posible hija del escritor en aquel entonces¡±), cuenta que cuando escribi¨® de otra infidelidad del escritor a Mercedes Barcha lo hizo despu¨¦s de haber podido contar con el testimonio de esa amante, Tachia Quintana. Ella s¨ª accedi¨® a contar su historia. Pero adem¨¢s, dice Martin, ¨¦l decidi¨® incluir esta historia personal a pesar de que Gabo y su esposa no quer¨ªan porque ella ¡°hab¨ªa inspirado varios personajes importantes y sendos temas centrales en la obra narrativa de Garc¨ªa M¨¢rquez¡±. La inspiraci¨®n literaria es su forma de justificar, en este caso, por qu¨¦ era un tema de inter¨¦s p¨²blico.
Sin el escritor colombiano, es dif¨ªcil saber si las Cato tambi¨¦n inspiraron algunas de sus reflexiones, pero el amor y la infidelidad fueron sin duda fueron temas que le interesaron hasta el ¨²ltimo d¨ªa. En las memorias de Rodrigo Garc¨ªa, publicadas el a?o pasado, cuenta el hijo que Gabo en sus ¨²ltimos a?os quer¨ªa trabajar en un guion sobre una mujer que descubre que su esposo tiene una amante. Pero cuando hijo y padre se sentaron a escribirlo, ¡°su menguante memoria dio lugar a conversaciones frustrantes. Me resultaban dolorosas, y con frecuencia yo las aplazaba o interrump¨ªa¡±.
En Agosto no nos vemos, la ¨²ltima novela de Garc¨ªa M¨¢rquez (que no alcanz¨® a publicar), es sobre una mujer casada que viaja todos los a?os a una isla donde conoce a su amante. En El amor en los tiempos del C¨®lera (1985), el protagonista Florentino Ariza dice mantenerse fiel a la mujer que ama profundamente, pero esto no le impide acostarse con quien desee. Diatriba de amor contra un hombre sentado (1987) es un mon¨®logo escrito para teatro en el que una mujer le reclama una larga infidelidad a su marido. ¡°Solo Dios sabe las que he pasado para no prestar o¨ªdos a los chismes de sus aventuras¡±, le reclama en un momento la protagonista.
La noticia de la hija de Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez siempre fue solo eso entre periodistas: chismes. Los protagonistas prefieren no hablar con la prensa, as¨ª que la noticia est¨¢ filtrada por lo que alcanzan a reportear o recordar dos viejos amigos. El d¨ªa en que la escritora Susana Cato y la cineasta Indira Cato quieran afilar su pluma o enfocar su c¨¢mara no necesitar¨¢n de periodistas desleales o leales para contar su historia. Las dos, se alcanza a percibir por lo que han publicado estos a?os, sabr¨¢n si realmente vale la pena o no dar la verdadera primicia.
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