¡®Arthur Rambo¡¯: las redes sociales no tienen piedad

Hay cineastas que no temen a la actualidad y en esa urgencia se la juegan. El franc¨¦s Laurent Cantet es uno de ellos y su ¨²ltimo trabajo, Arthur Rambo, se suma a una filmograf¨ªa atenta a las barreras sociales de su pa¨ªs y a los personajes situados en los m¨¢rgenes. Esta vez, el director de La clase entra en el complejo debate de las redes sociales a trav¨¦s del ascenso y ca¨ªda de un ¨ªdolo viral atrapado en el escrutinio de miles de seguidores sin piedad....

Hay cineastas que no temen a la actualidad y en esa urgencia se la juegan. El franc¨¦s Laurent Cantet es uno de ellos y su ¨²ltimo trabajo, Arthur Rambo, se suma a una filmograf¨ªa atenta a las barreras sociales de su pa¨ªs y a los personajes situados en los m¨¢rgenes. Esta vez, el director de La clase entra en el complejo debate de las redes sociales a trav¨¦s del ascenso y ca¨ªda de un ¨ªdolo viral atrapado en el escrutinio de miles de seguidores sin piedad.

Si la reciente France, de Bruno Dumont, llevaba al l¨ªmite (tambi¨¦n de la paciencia) el circo de cinco pistas en el que se ha convertido cierto tipo de selfiperiodismo, Arthur Rambo se asoma con intenciones m¨¢s realistas, pero en su base igual de esperp¨¦nticas, a un acontecimiento que por desgracia tampoco es excepcional: un juicio popular a golpe de clic.

Un joven escritor y bloguero franc¨¦s de origen argelino (Karim D.) logra el reconocimiento por su primera novela. El contrato con una gran editorial representa la triunfal entrada en la industria y el sistema cultural de un pa¨ªs elitista. Todo el mundo lo adula y le hace la pelota hasta que en apenas unas horas las amables sonrisas se tornan en muecas y desplantes.

Tras Karim D., nombre del joven autor, renace su alias del pasado, Arthur Rambo, un humorista que se gan¨® a sus primeros seguidores en las redes burl¨¢ndose de un amplio muestrario de temas sensibles. Chistes xen¨®fobos, mis¨®ginos, antisemitas y negacionistas. Chistes rabiosos contra todo y contra todos cuya gracia final es que acaban volvi¨¦ndose contra ¨¦l.

Cantet, que lanza preguntas sin respuesta sobre turbas invisibles capaces de doblegar las leyes del mercado, retrata con sobrada mala baba el mundo editorial y esas fiestas en las que sus empleados pelean por bailar con el escritor emergente de turno. Por el contrario, la simpat¨ªa del director por su dudoso protagonista resulta algo confusa y, pese a que Cantet se preocupa por mantener cierta distancia con ¨¦l, hay algo en la manera de retratar a Karim D/Arthur Rambo y a su entorno (especialmente cuando emerge un personaje tan crucial como su hermano peque?o) que le resta fuerza a la pel¨ªcula, como si el cineasta se metiese en un jard¨ªn del que, como la mayor¨ªa, no sabe bien c¨®mo salir.