Una de Miura sin opciones
La terna se frustra ante una dif¨ªcil y dura corrida
El primer Miura se peg¨® tan topetazo contra el peto, que qued¨® visto para sentencia. Ya ni fue Miura, ni fue toro. Devuelto, se solt¨® un sobrero de El Pilar, colorado ojo de perdiz, que debi¨® ser una bendici¨®n para un Rafaelillo acostumbrado a guerras sin cuartel. El tal sobrero fue noble, con las fuerzas justas, y permiti¨® al torero murciano desgranar su vena m¨¢s art¨ªstica. La batalla quedaba para otra ocasi¨®n y la faena, larga pero variada, fue la d...
El primer Miura se peg¨® tan topetazo contra el peto, que qued¨® visto para sentencia. Ya ni fue Miura, ni fue toro. Devuelto, se solt¨® un sobrero de El Pilar, colorado ojo de perdiz, que debi¨® ser una bendici¨®n para un Rafaelillo acostumbrado a guerras sin cuartel. El tal sobrero fue noble, con las fuerzas justas, y permiti¨® al torero murciano desgranar su vena m¨¢s art¨ªstica. La batalla quedaba para otra ocasi¨®n y la faena, larga pero variada, fue la de un torero con veteran¨ªa. Habilidoso cuando el toro quiso descomponerse, y siempre muy seguro. Pero algo fall¨® para que el p¨²blico no se entregara del todo.
El cuarto, hermoso ejemplar c¨¢rdeno y cinque?o, fue estampa y solo estampa. Los dos puyazos sin misericordia recetados, le dejaron listo para la muleta. Tan listo, que antes de que Rafaelillo se pusiera hab¨ªa rodado dos veces por la arena. Defensivo y al paso, pronto dijo que no. Rafaelillo lo intent¨®, pero a la vista de lo que hab¨ªa delante opt¨® por abreviar y liquidar al de Miura de una habilidosa estocada. La gente se lo agradeci¨®.
El primer Miura muerto en la arena, segundo de la tarde, siempre llev¨® la cabeza por las nubes. Desde que asom¨® por toriles, busc¨® las alturas. Largo de cuello, cariavacado, entr¨® dos veces al caballo m¨¢s pele¨®n que bravo. No se lo puso f¨¢cil a Paco Ramos, que nunca perdi¨® el norte. Tir¨® de ¨¦l con oficio, sin dejarse sorprender, aunque los intentos por componer fueron vanos. Por los dos pitones atac¨® sin humillar el toro, hasta que se neg¨® a pasar.
El quinto fue el marrajo que se espera en toda corrida de Miura. Como al resto, le pegaron bien en varas, en este caso estaba justificado. En banderillas libr¨® ya sus cartas y no escondi¨® intenciones. Cort¨® y en el tercer par se llev¨® por delante al banderillero Josele de un fuerte pitonazo al pecho, aunque sin consecuencias. No se sabe lo que le ver¨ªa Ramos, que brind¨® decidido al p¨²blico. Pero el posible gozo se fue al pozo a las primeras. Reserv¨®n, pendiente del torero, incierto, nunca pas¨® por el camino que intent¨® ense?arle Paco Ramos. Se impuso el macheteo por la cara y, luego, hasta ocho descabellos para tumbar a tan duro Miura.
Ni chicha ni limon¨¢ el tercer Miura. Un fiasco de toro. Por dos veces fue el caballo, para rendir cuentas de su flojera de forma inmediata. Varias veces rod¨® por la arena, mientras que Rom¨¢n trat¨® de llevarlo a media altura. Ni por esas. Con un pinchazo el toro se acost¨® para nunca m¨¢s levantarse.
El sexto entr¨® hasta tres veces al caballo, aunque la primera fue al relance y del picador de puerta. Rom¨¢n se empe?¨® en ponerlo de lejos, muy exagerado, desde la boca de riego. El toro, ni caso. Aunque llegado a menos distancia del caballo, se arranc¨®. Bravuc¨®n como m¨¢ximo, pues siempre se fue directo al cuello del caballo. El largo e infructuoso intento de un cuarto puyazo, fue pura parafernalia. Para la muleta, el toro lleg¨® con toda la lecci¨®n aprendida. Cara alta, intenciones defensivas y al menor descuido, pitonazo al cuello del torero. Un valeroso Rom¨¢n y una faena de talanqueras. No hab¨ªa para m¨¢s. A hora de matar, el Miura, fiel a la leyenda, tambi¨¦n se puso muy duro.
MIURA, EL PILAR / RAFAELILLO, RAMOS, ROM?N
Toros de Miura y El Pilar (1º, como sobrero), correctos de presencia los titulares, aunque de poca cara. Muy castigados en varas, sacaron dificultades y no dieron juego. El sobrero, manejable.
Rafaelillo: estocada (saludos); estocada (saludos).
Paco Ramos: pinchazo, estocada y dos descabellos (saludos); estocada atravesada y ocho descabellos (ovación cariñosa).
Román: pinchazo (silencio); dos pinchazos, media tendida, dos descabellos -aviso- y tres más (palmas).
Plaza de Castellón. Tercera de Feria. 26 de junio. Media.