Rafaelillo cierra la Feria por la puerta grande
Ramos y Pinar cortan sendas orejas en corrida muy manejable de Miura
Con cinco a?os bien pasados y tambi¨¦n con m¨¢s de 600 kilos por cabeza, se present¨® la corrida de Miura en Castell¨®n. Por estampa no defraud¨®, desde luego. Por juego, la ¡°miurada¡± se alej¨® de la leyenda y result¨® corrida toreable. Miuras con la fachada propia de la divisa, pero el aficionado que vino en busca de emoci¨®n se fue para casa con los bolsillos vac¨ªos. En general todos cumplieron con cierto estilo en varas y, en general tambi¨¦n, fue corrida bien picada aunque en exceso alg¨²n toro. El sexto fue el ¨²nico que de verdad sac¨® problemas en la muleta.
Largo como un mercanc¨ªas, el primero de la tarde. Alto y bien armado. Distra¨ªdo de salida, Rafaelillo lo salud¨® con una larga cambiada de rodillas, que fue a modo de tarjeta de presentaci¨®n. Dos varas recibi¨® el Miura, derribando en la primera, y se doli¨® sin disimulo en banderillas. Pero fue toro posible. Nobl¨®n, con un ligero derrote al final del muletazo pero potable. Y en las manos de un experto como Rafaelillo, la faena, sin ser brillante, tuvo el m¨¦rito de mantener regularidad. Ese derrote del toro lo salv¨® en cada trance Rafaelillo, bien por la derecha bien por la izquierda. Por este lado, los naturales eran sacados uno a uno, con manifiesto oficio y solvencia. La estocada final, h¨¢bil, dej¨® al toro listo para el arrastre. El cuarto sin ser un Miura con denominaci¨®n de origen, sac¨® alg¨²n problema m¨¢s por su poca fuerza, que le hizo ponerse defensivo, que por malas ideas. Nunca humill¨® y Rafaelillo tir¨®, en esta ocasi¨®n, por lo efectista. La pelea fue, en todo caso, m¨¢s ficticia que real y surti¨® efecto la puesta en escena del torero. La veteran¨ªa del murciano fue superior a la condici¨®n del toro, que acab¨® sus d¨ªas en terrenos de chiqueros. La oreja concedida, obra y gracia de una tarde amable.
MIURA / RAFAELILLO, RAMOS, PINAR
Toros de Miura, muy bien presentados. Manejables en l¨ªneas generales, el sexto se complic¨® en la muleta.
Rafaelillo: estocada sin puntilla (oreja); pinchazo hondo y descabello (oreja).
Paco Ramos: estocada baja (oreja); estocada ca¨ªda (vuelta al ruedo).
Rub¨¦n Pinar: pinchazo y estocada (oreja); pinchazo y estocada (ovaci¨®n).
Plaza de Castell¨®n, 29 de junio. Quinta y ¨²ltima de Feria. M¨¢s de media de un aforo de 4000.
El segundo de la tarde hizo cosas de Miura hasta que lleg¨® a la muleta: huidizo en capa, salt¨® al callej¨®n y no parec¨ªa estar por la labor. Fue salir del caballo, en el que cumpli¨®, tambi¨¦n en banderillas, y en la muleta dej¨® estar como toro de cualquier otro hierro. Nobl¨®n, le falt¨® un tanto de entrega pero toro posible. Paco Ramos, m¨¢s de dos a?os sin torear, empez¨® la faena con torer¨ªa: doblones de prueba, sacando al toro fuera del tercio. La faena tuvo sinceridad sobre todo; hubo muletazos completos y otros que se quedaron a mitad, pero siempre bajo la impresi¨®n de resolver con solvencia. El bajonazo final afe¨® la faena, aunque hubo premio del personal paisano. El quinto, un sardo de formidable presencia -698 kilos-, se acab¨® en varas. Recibi¨® dos puyazos a conciencia y el castigo lo pag¨® en el ¨²ltimo tercio. Parado, con tornillazo defensivo m¨¢s por su poco fuelle que por ideas, no dej¨® que Paco Ramos se sintiera a gusto. Lidi¨® y mat¨® a este toro con profesionalidad. Y punto,
Tambi¨¦n noblote, aunque menos entregado en la muleta, el tercero. Y algo paradito. Pinar le consinti¨® de cerca. Provoc¨® la embestida del toro y le arranc¨® muletazos de buen concepto, sobre todo por el pit¨®n derecho. No fue una labor de brillo, pero s¨ª tuvo la consistencia de un torero que siempre supo lo que hac¨ªa. El sexto, con dos se?ores pitones en la proa, solo dej¨® a Pinar expresarse al principio. Venido a menos el toro y visto que aprend¨ªa alguna lecci¨®n no recomendable, acort¨® con acierto la faena. El pescado estaba todo vendido.
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