Rafaelillo, torero (un veterano h¨¦roe de guerra): "Quiero dejar de sufrir tanto"
El diestro a¨²n tiene fracturadas siete costillas y sue?a con un cambio radical en su carrera

Rafael Rubio Luj¨¢n (Murcia, 1979), -Rafaelillo en los carteles de toros-, cuenta los pormenores de su lenta recuperaci¨®n tras la grav¨ªsima cogida que sufri¨® en la feria de Pamplona a manos de un miura y parece que habla un veterano de guerra. Reconoce que ha podido perder la vida, y asume su drama con el estoicismo propio de un h¨¦roe. Y no produce l¨¢stima, sino respeto y admiraci¨®n. Es que Rafaelillo es un torero. Nada menos¡
El suceso acaeci¨® el pasado 14 de julio, en la ¨²ltima corrida de los Sanfermines, en la que se lidiaban toros de la legendaria ganader¨ªa de Miura. El cuarto de la tarde, ¡®Trapajoso¡¯, de 570 kilos de peso, impresionante estampa y mirada felina, acudi¨® a la llamada del torero, pero no busc¨® la roja muleta sino el cuerpo menudo del hombre, arrodillado cerca de las tablas y disminuido en su corta estatura. Lo estamp¨® contra la barrera con una fuerza descomunal, y, despu¨¦s, lo corne¨® con sa?a.
El parte m¨¦dico fue entonces estremecedor. Casi dos meses despu¨¦s, el pasado 10 de septiembre, el ¨²ltimo TAC diagnostica que a¨²n tiene fracturadas siete costillas en la parrilla izquierda, derrame pleural, contusiones en el h¨ªgado¡ y un cuerpo magullado hasta el alma que a¨²n solo le permite una vida sedentaria.
La recuperaci¨®n es lenta, espera que antes de final de a?o pueda tomar de nuevo el capote y la muleta y, mientras tanto, aguanta con paciencia, reflexiona sobre su futuro, vive momentos felices, disfruta de su familia¡
El 14 de julio, en Pamplona, sufri¨® una de las cogidas m¨¢s espeluznantes del a?o
¡°Te tienes que acostumbrar al dolor y superarlo, s¨ª¡±, comenta Rafaelillo. ¡°Hace d¨ªas que dej¨¦ los parches de morfina y han vuelto las molestias. A veces, no puedo dormir y deambulo por mi casa. Pero mi ¨²nica preocupaci¨®n es curarme, recuperar al hombre¡±.
¡°Estoy viviendo momentos muy duros, aunque debo reconocer que he apreciado el cari?o de muchas personas, gente del toro, aficionados y personas an¨®nimas. Me he sentido muy querido, y eso es muy bonito, de lo m¨¢s emocionante que le puede suceder a un ser humano. La profesi¨®n son etapas, pero lo que perdura es la persona y me gustar¨ªa dejar huella como tal y no solo como torero¡±.
¡°Adem¨¢s, siempre he dicho que lo importante no es lo que haya podido conseguir como torero, -prosigue-, sino que he ha sido capaz de superar momentos dif¨ªciles ante las duras corridas que me ha tocado lidiar. Cada cual tiene su destino en esta vida¡±.

Comenta Rafaelillo que ha visionado las impactantes im¨¢genes de la tremebunda cogida de Pamplona. Y las revive as¨ª.
¡°Estaba muy comprometido con la tarde. Recuerdo al primer toro, uno de los m¨¢s grandes de mi carrera; tanto, que parec¨ªa un dinosaurio, con el que demostr¨¦ mi capacidad y experiencia. El segundo era mi ¨²ltimo cartucho, y sal¨ª a darlo todo. Me hinqu¨¦ de rodillas, lo cit¨¦ para darle un pase de pecho, pero el animal cambi¨® el viaje en el ¨²ltimo instante y me estamp¨® contras las tablas. Despu¨¦s, me agarr¨¦ al pit¨®n derecho, not¨¦ c¨®mo me aplastaba contra la madera, me cruj¨ªan las costillas y cre¨ª que me hab¨ªa reventado por dentro¡±.
Un grito desesperado en el callej¨®n fue la prueba concluyente de la extrema gravedad del atropello.
¡°He perdido la temporada, pero estoy vivo¡±
¡°Me ahogaba y cre¨ª que no llegaba vivo a la enfermer¨ªa. Una vez en ella, me coloqu¨¦ sobre las rodillas y las manos, -la postura del perro-, porque no pod¨ªa colocarme boca arriba. ¡®Doctor, haga algo¡¯, supliqu¨¦ a los m¨¦dicos. Comprend¨ª que lo ten¨ªa era muy gordo, y no sab¨ªa lo que pod¨ªa pasar con mi vida. Fue entonces cuando bes¨¦ la Cruz de Caravaca, a la que tengo mucho cari?o, y ped¨ª hablar con mi mujer y mis hijas para despedirme de ellas¡±.
Los m¨¦dicos no accedieron a la petici¨®n de Rafaelillo, le cortaron la camisa, vieron el bulto que ten¨ªa en el lado izquierdo del pecho y decidieron operar all¨ª mismo.
La intervenci¨®n fue larga y complicada; y el parte m¨¦dico, espeluznante: siete costillas rotas en el lado izquierdo, cinco en el derecho, varias v¨¦rtebras fracturadas, un enfisema subcut¨¢neo, lesiones focales hep¨¢ticas compatibles con hemangiomas, un neumot¨®rax izquierdo que ocupa aproximadamente el 50 % de la caja tor¨¢cica; otro derecho que ocupa un tercio de la caja tor¨¢cica, policontusiones, un grand¨ªsimo trauma¡
¡°He perdido un a?o, pero estoy vivo. Pod¨ªa haber sido peor. Dos d¨ªas despu¨¦s del percance pude apagar la vela que mi mujer me acerc¨® a la UVI para celebrar mi 40 cumplea?os; as¨ª que ahora tengo dos fechas que recuerdan mi nacimiento: el 14 y el 16 de julio. Hay que pensar en positivo. La vida me ha ofrecido otra oportunidad¡±.
- Pero usted es un referente de las corridas duras¡
- Mi profesi¨®n no me ha regalado nada. Casi todos los a?os debo comenzar de cero. El sistema que rige el toreo no me lo ha puesto f¨¢cil. Hay plazas que no han respetado mis triunfos. Yo espero que en un futuro pueda recoger el fruto de mi esfuerzo.
- Cuando lleg¨® a Pamplona hab¨ªa toreado cinco corridas. ?Cu¨¢ntas ten¨ªa firmadas?
- Tampoco es que tuviera muchas. En firme, Dax, solo Dax. Hab¨ªa festejos apalabrados, pero ninguno cerrado. Por eso sal¨ª a jugarme la vida en ese toro. Pero me queda mucho por decir como torero; eso lo tengo muy claro.
Asegura Rafaelillo que esta cogida le ha cambiado hasta la forma de pensar. De momento, ha roto relaciones profesionales con Lionel Buisson, su apoderado durante los ¨²ltimos siete a?os, y pretende comenzar 2020 con un enfoque distinto. Quiere dejar de sufrir tanto como lo ha hecho en los ¨²ltimos tiempos. ¡°Yo soy torero, un artista, -recalca-, y cuando un toro me lo ha permitido he demostrado que s¨¦ torear¡±.
Mientras llega ese momento est¨¢ centrado en su lenta y positiva recuperaci¨®n, y disfruta de la compa?¨ªa familiar, junto a su esposa Felicidad, (¡°pero la llamamos Aky, con k¡±), y sus hijas Claudia y Valeria, de 8 y 7 a?os, sus padres, su hermano y ¡°los amigos de verdad que est¨¢n cuando las cosas no salen bien¡±.
Y recibe sorpresas tan agradables como el brindis que le hizo su amigo Paco Ure?a en la pasada feria de Murcia, momento que la plaza aprovech¨® para dedicarle una ovaci¨®n un¨¢nime, o la vuelta al ruedo que dio con Antonio Ferrera (¡°mi hermano¡±) al d¨ªa siguiente.
Pero a¨²n tiene siete costillas rotas, y la emoci¨®n le pas¨® factura. ¡°Al d¨ªa siguiente no me pod¨ªa mover; era la resaca de la felicidad¡±.
Insiste, no obstante, el torero en que a¨²n no ha dicho la ¨²ltima palabra. Espera que antes de que llegue la Navidad pueda retomar los trastos de torear e iniciar lo que pretende que sea un camino nuevo. De momento, deber¨¢ esperar al resultado del pr¨®ximo TAC, a finales de octubre, y al consejo de los m¨¦dicos.
¡°Mi carrera no est¨¢ siendo especialmente f¨¢cil¡±, termina. ¡°Ha habido momentos muy duros, pero estoy convencido de que el futuro me deparar¨¢ las alegr¨ªas que me he ganado. Hay que ser positivo¡¡±
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