El futuro del piano, a juego en el Concurso Internacional de Santander Paloma O¡¯Shea
La competici¨®n llega a su edici¨®n n¨²mero 50 con 21 participantes de 17 pa¨ªses y un gran nivel en las actuaciones
Por el mapa de los 21 participantes del Concurso Internacional de piano de Santander Paloma O¡¯Shea este a?o se puede trazar no solo el futuro del instrumento, sino tambi¨¦n una geograf¨ªa del mismo. Pertenecen a 17 pa¨ªses y el equilibrio entre Europa, Asia y Am¨¦rica ofrece porcentajes muy similares, aunque en la final se note el peso asi¨¢tico entre los seis que han pasado a la gran prueba, celebrada el mi¨¦rcoles y el jueves en la capital c¨¢ntabra y cuyo resultado se conoce este viernes.
Se trata de los japoneses Yu Nitahara y Marcel Tadokoro, este con nacionalidad francesa tambi¨¦n; el chino Xiaolu Zang, el canadiense Jaeden Izik-Dzurko, el h¨²ngaro Domonkos Csabay y el checo Maty¨¢? Nov¨¢k. Llevan compitiendo desde el pasado 24 de julio, cuando abri¨® el concurso con un recital el gran maestro heterodoxo Josep Colom, ganador de la primera edici¨®n hace ahora 50 a?os. Entonces, Paloma O¡¯Shea puso en marcha una apuesta arriesgada y pionera de futuro cuando, en 1972, Espa?a era todav¨ªa un gran p¨¢ramo musical.
En cinco d¨¦cadas, la cita ha adquirido caracter¨ªsticas propias y muy atractivas. Todos los que han llegado al final coinciden en el prestigio que tiene el concurso, con un jurado que preside este a?o Joaqu¨ªn Ach¨²carro, entre profesionales y aspirantes a pianistas. ¡°Primero¡±, dice Domonkos Csabay, el m¨¢s veterano de los seis junto al japon¨¦s Nitahara, ambos con 31 a?os, ¡°porque puedes mostrar una gran variedad en distintos repertorios, no solo en un compositor, como ocurre en otros. Despu¨¦s porque el premio te da la posibilidad de actuar en p¨²blico en varios escenarios¡±.
As¨ª es, y adem¨¢s la gira corresponde a los tres primeros. El ganador se llevar¨¢ 30.000 euros y una ronda por Espa?a y diversos pa¨ªses. Pero el segundo y tercer premio tambi¨¦n ofrecen la posibilidad de actuar en m¨²ltiples lugares.
Todos ellos ven el piano hoy como una misi¨®n. Otorgan un sentido a su aventura art¨ªstica m¨¢s all¨¢ de la satisfacci¨®n personal tras el sacrificio que supone apostar por este instrumento desde ni?o. Cada uno de los finalistas comenz¨® a estudiar muy pronto. Entre los tres y los ocho a?os. Delante ten¨ªan un futuro de encierro, concentraci¨®n, renuncias, retos personales. De continuas puestas a prueba, autoexigencia y frustraciones. Pero aun as¨ª, decidieron continuar. Todo por la m¨²sica. Por mostrarse fiel a una tradici¨®n, una historia y buscar d¨ªa a d¨ªa una voz propia.
Es lo que comenta Jaeden Izik-Dzurko, de 22 a?os. Su modelo de int¨¦rprete es su connacional Glenn Gould. ?l fue un gran ejemplo a la hora de demostrar como la figura del pianista deb¨ªa adaptarse al siglo XX. A ellos les toca llevar el instrumento al siglo XXI. ¡°Gould en eso nos demuestra, te guste o no, porque fue muy controvertido, el empe?o y la valent¨ªa en buscar una propia voz¡±, afirma Izik-Dzurko.
Para la final, este m¨²sico ha escogido el Concierto n¨²mero 3 para piano y orquesta de Rachmaninov. No se han repetido mucho las piezas en los dos d¨ªas definitivos, donde todos fueron acompa?ados por la Orquesta Sinf¨®nica de RTVE y el director Pablo Gonz¨¢lez en dos sesiones retransmitidas por La 2 de TVE. Tan solo el Primero de Brahms, por parte de Nitahara y Nov¨¢k. El resto ha elegido el Tercero de Prokofiev, caso de Marcel Tadokoro, el Primero de Chaikovski, caso de Zang y el Tercero de Bartok, por parte de Csabay.
Tras conocerse el ganador este viernes, cada uno seguir¨¢ su camino pero con un prop¨®sito com¨²n: hacerse hueco en un mundo tan exigente como m¨¢gico. Cada uno de ellos aporta una raz¨®n, una declaraci¨®n de principios al hecho de querer ser pianista en estos tiempos. Nitahara cree que el piano precisa su transformaci¨®n en este siglo. ¡°Somos influyentes en la sociedad¡±, sostiene el japon¨¦s, ¡°pero necesitamos adaptarnos a las nuevas tecnolog¨ªas siendo fieles al mundo cl¨¢sico sin renunciar a la autenticidad del mismo y tratando de buscar nuevos caminos al tiempo¡±.
Su compatriota Tadokoro, de 28 a?os, lo afronta desde un reto m¨¢s personal: ¡°Ser pianista, para m¨ª, es pintar im¨¢genes con sonidos¡±. Es un paralelismo similar al que aporta el checo Novak, de 23 a?os, en su caso, dentro de la literatura: ¡°Para m¨ª, cada vez que afronto una pieza trata de contar una historia diferente. En el caso del concierto de Brahms, esta es dram¨¢tica, pero llena de esperanza y me recuerda a mi abuela, porque la aprend¨ª en su casa¡±.
Csabay cree que la fuerza del papel que deben jugar los pianistas hoy en d¨ªa reside en la m¨²sica en vivo. En t¨¦rminos de apostolado. ¡°A muchos amigos m¨ªos no les interesa nada la m¨²sica cl¨¢sica, de partida. Pero cuando les animo a venir a un concierto y algunos empiezan a aficionarse descubren algo que les aporta y les construye m¨¢s all¨¢ del mero entretenimiento. Les da una experiencia m¨¢s profunda, m¨¢s honda, m¨¢s espiritual. Y lo agradecen. En cierto modo, yo lo veo como una misi¨®n¡±.
As¨ª lo entiende Izak-Dzurko tambi¨¦n. ¡°Empec¨¦ a tocar de ni?o en un pueblo de la Colombia brit¨¢nica en Canad¨¢, donde nac¨ª. Acud¨ªa todo el mundo a vernos. Ya entonces me di cuenta de que la m¨²sica un¨ªa a la comunidad en torno a algo bello y ¨²til. Por eso lo nuestro tiene sentido. Por eso y por mantener vivo un legado art¨ªstico de siglos y conectarlo con el presente¡±.
Xiaolu Zang, tan joven como el canadiense, con 22 a?os, tambi¨¦n le da vueltas a ese sentido: ¡°Es algo que me pregunto todos los d¨ªas: qu¨¦ supone ser pianista hoy, qu¨¦ aportamos. El hecho de plante¨¢rmelo lo considero una obligaci¨®n. Yo creo que es amor. Pasi¨®n. No s¨¦ si me dedicar¨¦ a esto toda mi vida. Pero mientras est¨¦ en ello, de lo que estoy seguro es de que pondr¨¦ cada d¨ªa el alma y no me rendir¨¦¡±.
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