M¨¢ximo Pradera: ¡°Con el c¨¢ncer he aprendido tarde a comer, pero al menos no me he muerto¡±
El periodista, divulgador y comunicador publica ¡®Est¨¢n tocando nuestra canci¨®n¡¯, un nuevo libro tras haber superado la enfermedad que le ha cambiado muchos paradigmas
M¨¢ximo Pradera (Madrid, 64 a?os) se instal¨® largo como es y corrosivo en nuestra memoria cuando presentaba en televisi¨®n junto a Fernando Schwartz Lo + Plus o a trav¨¦s del espacio radiof¨®nico Lo que yo te diga, esa logia de humor, cine y periodismo con dinamita que cre¨® junto al maestro Carlos L¨®pez-Tapia. Pero ya antes de eso le daba a la divulgaci¨®n musical en la radio y as¨ª ha seguido hasta ahora, que publica ...
M¨¢ximo Pradera (Madrid, 64 a?os) se instal¨® largo como es y corrosivo en nuestra memoria cuando presentaba en televisi¨®n junto a Fernando Schwartz Lo + Plus o a trav¨¦s del espacio radiof¨®nico Lo que yo te diga, esa logia de humor, cine y periodismo con dinamita que cre¨® junto al maestro Carlos L¨®pez-Tapia. Pero ya antes de eso le daba a la divulgaci¨®n musical en la radio y as¨ª ha seguido hasta ahora, que publica Est¨¢n tocando nuestra canci¨®n. La madre de todas las playlist (Kultrum Libros) o en varios podcast, donde traduce lo que nos han querido transmitir los grandes compositores. Sigue dando cera en las ondas, bien sea a base de unos entremeses desternillantes en el A vivir que son dos d¨ªas de Javier del Pino o con Julia Otero, escribe novelas con seud¨®nimo (Joseph Gelinek) y ha superado un c¨¢ncer que ha multiplicado su hambre heterodoxa de conocimiento y el voraz eclecticismo de su curiosidad.
Pregunta. Si tiramos de referencias musicales en su familia nos encontramos a su abuelo V¨ªctor componiendo la letra del Cara al sol con Dionisio Ridruejo, entre otros. ?Fardaban mucho de eso en su casa?
Respuesta. Una tarde Jos¨¦ Antonio Primo de Rivera les convoc¨®, ten¨ªan ya la m¨²sica de Juan Teller¨ªa y les dijo: si no sale esta tarde el himno de Falange, iros preparando¡
P. ?Para qu¨¦?
R. Pues, represalia¡ Estaban tambi¨¦n On¨¦simo Redondo, Agust¨ªn de Foxa, Rafael S¨¢nchez Mazas¡ mucha neurona, aquella tarde. Es precioso el Cara al sol. Mi abuela Liliana siempre dec¨ªa que el verso m¨¢s bonito para ella (¡±Volver¨¢n banderas victoriosas al paso alegre de la paz¡±) era de mi abuelo.
P. ?Qu¨¦ montaron? ?Una especie de poema dad¨¢? ?Verso t¨², verso yo, pas¨¢ndose la pelota?
R. Se hizo como el cuento del huevo duro: este lo compr¨®, este le ech¨® sal¡ Otra de las partes de las que presum¨ªan del abuelo en casa fue que salv¨® de fusilar a Miguel Hern¨¢ndez. Se lo pidi¨® a Franco y ¨¦ste dijo: ¡°Si fuera buen poeta¡¡±. Dio una orden a un esbirro y lo salvaron.
P. De esa, no de morir en la c¨¢rcel.
R. S¨ª, claro.
P. ?Qu¨¦ otro tipo de m¨²sicas mam¨® en casa?
R. La italiana con tintes revolucionarios, el Bella Ciao, m¨²sica cubana tambi¨¦n. De mis tatas, con las que o¨ªa la radio y me cuidaban en casa, tambi¨¦n me influy¨® Nat King Cole, todo eso. Ah, y el bolero porque a mi padre le hac¨ªa mucha gracia. En la banda sonora de Javier Pradera, que no se ha hecho nunca, estaba el bolero, que lo cantaba con una mezcla de nostalgia y de burla.
P. ?Y la m¨²sica cl¨¢sica?
R. Lleg¨® con un buen equipo est¨¦reo de la marca Bieta, catal¨¢n, alta fidelidad a buen precio. Ah¨ª empec¨¦ a escuchar Switched on Bach, de Wendy Carlos. Ahora lo detestan, yo lo amo. Despu¨¦s, gracias a Gregorio Paniagua, de Atrium Musicae, a quien conoc¨ª mediante mi madre. Me ense?¨® a leer m¨²sica, me recomendaba grabaciones, me introdujo en los instrumentos barrocos y me meti¨® en su grupo. Luego me ech¨® porque me enroll¨¦ con una antigua novia suya. Pero llegamos a tocar en los Pa¨ªses Bajos delante de los reyes de Espa?a y de Holanda.
P. O sea, que usted tambi¨¦n contribuy¨® a engrandecer la figura del em¨¦rito en el exterior¡
R. S¨ª, a hacerle pasar por mel¨®mano. Bueno, Sof¨ªa s¨ª lo es.
P. ?En qu¨¦ ha quedado la monarqu¨ªa?
R. Pasar de monarqu¨ªa a rep¨²blica ahora no ser¨ªa una panacea. Esa batalla habr¨¢ que ganarla cuando sea posible. M¨¢s que por la ruptura, por la reforma. Hay que hacer las normas de forma que uno cuando quiera violarlas, no pueda. Ya sabemos lo que es la naturaleza humana.
P. Se meta donde se meta, a la tele, a la radio, en pol¨ªtica, a escribir novelas con seud¨®nimo o libros sin ¨¦l, lo que no deja de lado es la divulgaci¨®n musical. ?Por qu¨¦?
R. Me gusta trasladar a la gente con la que me quiero comunicar la parte de la m¨²sica que me emociona, los ingredientes que hacen eso posible.
P. Y del recuerdo de su padre, el intelectual Javier Pradera, ?qu¨¦ le emociona?
R. Mi padre me ense?¨® a pensar y que las conductas humanas responden a multitud de impulsos y razones. Ahora, con las redes sociales, tendemos a simplificarlo todo a una cosa. Esa manera de pensar teniendo en cuenta much¨ªsimos factores, y no a reducir al blanco y negro, se echa en falta.
P. ?A esa autoridad de conocimiento se refiere?
R. S¨ª, a ser capaz de traducir las palabras a los hechos, anticiparse. Que lo que anunciara o viera venir se produjera despu¨¦s. Pensar m¨¢s all¨¢, m¨¢s lejos. Ya anticip¨® eso con su salida del Partido Comunista, pero tambi¨¦n con el papel que jug¨® como editor en Alianza Editorial o como miembro del equipo de opini¨®n en EL PA?S. Y casi siempre acertaba. Era un sabio.
P. ?Podr¨ªamos definir todo lo que usted hace como una mezcla de heterodoxia y eclecticismo?
R. Soy bastante heterodoxo, sobre todo porque creo que se ense?a mal en Espa?a. Tanto la m¨²sica como el periodismo. Prefiero ir por libre, el ochenta por ciento de las cosas me las ense?o yo a m¨ª, me guio en aprender y en mis lecturas. El eclecticismo me viene de la curiosidad por todo. Y no me va mal¡
P. ?Quiere que hablemos de la enfermedad?
R. ?Por qu¨¦ no?
P. ?Qu¨¦ ha aprendido usted del c¨¢ncer ya superado?
R. Primero, que com¨ªa muy mal. Como herencia italiana, abusaba de los hidratos de carbono. Eso ten¨ªa que reventar por alg¨²n lado. Inflam¨¦ mi cuerpo a base de exceso de glucosa. He aprendido a comer, para empezar, y a ayudar a los dem¨¢s en eso, cuando me dejan.
P. ?Qu¨¦ m¨¢s?
R. Cosas terribles. Que despu¨¦s de la industria de armamento, el principal lobby es la industria alimentaria. Que la medicina est¨¢ muy desconectada de la bioqu¨ªmica. Lo primero que deber¨ªan preguntar los m¨¦dicos, te ocurra lo que te ocurra, es: ¡°Usted ?qu¨¦ come?¡±. Volver a Hip¨®crates. Deja que tu medicina sea tu alimento y tu alimento, tu medicina. La cantidad de dinero que se ahorrar¨ªan las arcas p¨²blicas si se comiera mejor. Yo eso lo he descubierto tarde, pero, por lo menos, no me he muerto. Adem¨¢s, comer bien, nos hace m¨¢s listos. Despeja la mente.