
?Qu¨¦ puede ense?ar Argentina al mundo sobre la inflaci¨®n?
Los habitantes de Argentina est¨¢n tan acostumbrados a vivir con constantes aumentos de precios ¡ªeste a?o el alza del IPC es ya del 83% interanual¡ª que han desarrollado numerosas estrategias para intentar hacerle frente. Irina Werning, ganadora del World Press Photo este a?o, muestra en este ensayo fotogr¨¢fico las consecuencias que tiene la inflaci¨®n en el funcionamiento diario de la sociedad. El trabajo ha sido producido en colaboraci¨®n con el Centro Pulitzer.











