El ¡®indie¡¯ rock de Love of Lesbian triunfa en M¨¦xico
El grupo catal¨¢n ha vendido todas las entradas para sus conciertos la capital mexicana y Quer¨¦taro, logrando uno de los ¨¦xitos m¨¢s r¨¢pidos en Am¨¦rica Latina de una banda en espa?ol
No es f¨¢cil comenzar un encuentro con fans en el que hay que sonre¨ªr, hacerse fotos, firmar libros, cuadernos, discos y camisetas. Hacer una pausa, tomar agua y volver a sonre¨ªr, hacerse m¨¢s selfis y firmar m¨¢s discos y camisetas cuando el F.C. Barcelona acaba de empatar con el Inter de Mil¨¢n y est¨¢ pr¨¢cticamente eliminado de la Champions League. M¨¢s que la m¨²sica, advierte desde antes su manager, a Santi, Juli¨¢n, Jordi y Oriol les une el Bar?a, as¨ª que Demb¨¦l¨¦ y Gerard Piqu¨¦ se llevan la peor parte de un concierto previo de reproches y maldiciones de cuatro barbudos viendo el f¨²tbol en el lobby de un hotel de la colonia Roma.
La peor noticia llega por la televisi¨®n, pero la mejor es un whatsapp al m¨®vil de su representante: Love of lesbian ha colgado el cartel de no hay localidades y ha vendido las 10.000 entradas para el concierto del viernes en el Auditorio Nacional de Ciudad de M¨¦xico, las 2.000 del s¨¢bado en Quer¨¦taro y las 4.000 de este martes en el teatro Metropolitan tambi¨¦n en la capital mexicana. Un ¨¦xito que confirma el estado de gracia en el que se encuentra la banda a este lado del charco. La teor¨ªa del vocalista Santi Balmes (Barcelona, 51 a?os) es que cada d¨¦cada M¨¦xico elige a una banda espa?ola, la adopta, la abraza y la eleva a los altares en un tiempo r¨¦cord y Love of Lesbian es una de ellas.
Es mi¨¦rcoles 12 de octubre y desde su llegada a M¨¦xico, el grupo catal¨¢n prepara su reencuentro con el p¨²blico mexicano ensayando con Leiva, Enjambre o Silvana Estrada, la voz m¨¢s prometedora del panorama musical local. Es su regalo para un concierto que quieren convertir en una fiesta.
El f¨²tbol y alg¨²n otro paseo por la calle ?lvaro Obreg¨®n es el ¨²nico descanso de una banda muy alejada de la imagen transgresora y marcarra del indie rock. Se cuidan, beben poco, trasnochan lo justo, van a entrevistas a las siete de la ma?ana, llegan puntuales a los ensayos y atienden con paciencia franciscana a los cientos de fans.
La banda administra los excesos para una gira tan larga, casi un mes, en el que viajar¨¢n por M¨¦xico y Estados Unidos, y que recuerda a los tiempos de furgoneta en los que tocaba cargar los instrumentos y pasar muchos d¨ªas fuera de casa. Ahora viajan acompa?ados de un equipo de gente pendiente de todo, pero superan los 50 a?os y tienen hijos adolescentes, as¨ª que un m¨¦dico amigo de Barcelona vigila la hernia de Santi o el mal de Moctezuma que aqueja a Juli¨¢n, un intenso dolor de tripa que le impide unirse al resto para encontrarse con los fans. ¡°Ya tenemos una edad y bajaremos el ritmo en alg¨²n momento. Ya lo hemos hablado¡±, admite Balmes.
En medio de una intensa agenda, el vocalista encuentra tiempo para enviar un audio al entrenador de baloncesto, Pablo Laso, que hoy cumple a?os. Y as¨ª empieza el audio: ¡°puedes sentir orgulloso que un cul¨¦ como yo felicite a un madridista como t¨² por su cumplea?os...¡±, dice entre risas.
M¨²sica y adrenalina
Son casi las cuatro de la tarde y m¨¢s de 400 personas esperan desde hace muchas horas en una nave industrial de la colonia Doctores a que llegue el grupo. Entre ellas est¨¢ Grecia Torres, de 29 a?os, que lleg¨® a las siete de la ma?ana desde Ecatepec con uno de los cinco libros publicados por su cantante favorito. Otros tres, Adri¨¢n, Andrea y Jerson, viajaron desde Toluca y se han hecho amigos en una cola a la que llegaron antes de que saliera el sol. Unos pasos m¨¢s atr¨¢s, est¨¢ Ang¨¦lica, de 27 a?os, que lleg¨® de Tlaxcala en la madrugada con una foto del grupo bajo el brazo. ¡°Me gustan sus letras, las met¨¢foras, los juegos de sentimientos¡¡±, dice sobre ellos.
Los fans regalan libros, dibujos o calaveritas de az¨²car coincidiendo con el D¨ªa de Muertos. M¨¢s loco a¨²n resulta ver la secuencia de tatuajes. Una chica lleva tatuado en el pecho ¡°soy grito y soy cristal¡±, uno de sus estribillos m¨¢s conocidos. Otro se ha tatuado en el pecho la portada del disco 1999 y otro m¨¢s lleva escritas en los brazos las palabras oniria e insomnia, por otra de sus canciones. ¡°Usted es mi profeta, pero Bunbury es mi Dios¡±, le suelta al cantante otro fan emocionado. Para el vocalista hay dos factores que conectan con el p¨²bico latinoamericano: el realismo m¨¢gico de sus letras y la melancol¨ªa esperanzadora que destilan sus canciones. ¡°Cuando est¨¢s jodido no puedes permitirte ser c¨ªnico¡±, dice.
El concierto en la catedral de la m¨²sica mexicana, el Auditorio nacional, es una fiesta de m¨²sica y adrenalina donde coinciden dos mundos que jam¨¢s se tocar¨¢n fuera de aqu¨ª: ni en el transporte p¨²bico, ni en la escuela, ni en los mismos bares. Ana Paula, del elegante barrio de Polanco, y Carlos, de Ecatepec, entonan en la misma fila de butacas y con el mismo entusiasmo All¨ª donde sol¨ªamos gritar, El Sur o Bajo el volc¨¢n.
Balmes brinda con el p¨²blico con un tequila antes de Segundo asalto. Dos horas y media despu¨¦s, los m¨²sicos acceden a un reservado donde saludan, r¨ªen y calman poco a poco el estr¨¦s de un d¨ªa ¨²nico. Antes de la una de la ma?ana regresan al hotel porque ocho horas despu¨¦s vuelven a la carretera rumbo a Quer¨¦taro para un nuevo concierto en el que est¨¢ todo vendido. El nuevo rock tiene m¨¢s de emoci¨®n y profesionalismo que de excesos.
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