Jostein Gaarder: ¡°La pregunta m¨¢s importante hoy es c¨®mo podemos salvar la vida en la Tierra¡±
El autor de ¡®El mundo de Sof¨ªa¡¯ escribir¨ªa hoy de otra manera su gran ¨¦xito, que cumple 30 a?os. Su nuevo libro siembra las dudas clave para la generaci¨®n de sus nietos
Jostein Gaarder public¨® El mundo de Sof¨ªa hace 30 a?os y lo que consigui¨® fue fascinar al mundo entero. Aquel libro multiplic¨® ventas y traducciones a decenas de idiomas con un hilo tremendamente sencillo: explicar a una ni?a de forma did¨¢ctica, cercana y familiar la vida, la filosof¨ªa y la existencia a partir de preguntas simples, las que todos podemos hacernos desde la cuna. El best seller se reproduce hoy en forma de novela gr¨¢fica y adem¨¢s acaba de publicar otro libro, ...
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Jostein Gaarder public¨® El mundo de Sof¨ªa hace 30 a?os y lo que consigui¨® fue fascinar al mundo entero. Aquel libro multiplic¨® ventas y traducciones a decenas de idiomas con un hilo tremendamente sencillo: explicar a una ni?a de forma did¨¢ctica, cercana y familiar la vida, la filosof¨ªa y la existencia a partir de preguntas simples, las que todos podemos hacernos desde la cuna. El best seller se reproduce hoy en forma de novela gr¨¢fica y adem¨¢s acaba de publicar otro libro, Somos nosotros los que estamos aqu¨ª ahora (Siruela, como los anteriores), una especie de memoria de sus propias preguntas y respuestas que dirige ahora a sus seis nietos para que las respondan dentro de unas d¨¦cadas, cuando alcancen su edad.
Es tan simple lo que se plantea que, como hace treinta a?os, sorprende la dimensi¨®n que adquieren sus respuestas. Cuando de ni?o se debat¨ªa entre observar una hormiga o al hormiguero entero (?a qui¨¦n no le ha ocurrido algo as¨ª?) llegaba la siguiente duda: ?somos los humanos como hormigas que parecemos independientes en nuestro movimiento, pero que estamos unidas por unos hilos invisibles? Cuando vio Encuentros en la tercera fase, la comez¨®n que le entr¨® fue: ?y si el extraterrestre soy yo mismo? Al asistir a la magia que practicaba su abuelo cuando le sacaba de la nada una moneda siempre quedaba la inquietud: ?ha hecho magia? ?Y por qu¨¦ solo los domingos y no todos los d¨ªas? Cuando vio la imagen de la Tierra que los astronautas pudieron tomar desde la Luna empez¨® el eco de lo que hoy es su reflexi¨®n: ?acaso no naci¨® all¨ª el icono del movimiento ecologista?, ?la preocupaci¨®n por el planeta?
Porque si algo marca el nuevo libro es la sostenibilidad. El medio ambiente. Justamente lo que le falt¨® en El mundo de Sof¨ªa.
¨D ?30 a?os despu¨¦s, cree que hay nuevas preguntas filos¨®ficas que hoy habr¨ªa introducido en su libro?
¨D S¨ª, absolutamente. Hoy lo habr¨ªa escrito de forma completamente diferente. Lo primero es que me entristeci¨® mucho descubrir que no hab¨ªa metido nada sobre el clima y el medio ambiente. Y la pregunta filos¨®fica m¨¢s importante hoy es c¨®mo podemos salvar la vida en la Tierra. ?Y eso no estaba ni siquiera mencionada en mi libro! Sof¨ªa hoy ser¨ªa una activista medioambiental.
Gaarder es admirador de Greta Thunberg, la adolescente sueca que puso el discurso medioambiental en la agenda con su militancia sencilla y rotunda. ¡°Una persona como ella ha tenido un impacto real en el mundo, se ha dirigido a los Estados, a la ONU, est¨¢ despertando a mucha gente a la comprensi¨®n de la grave situaci¨®n clim¨¢tica¡±.
Jostein Gaarder, nacido hace 70 a?os en Oslo, jam¨¢s imagin¨® el ¨¦xito que iba a alcanzar un libro que escribi¨® como profesor de filosof¨ªa con la mente puesta en sus alumnos y que atribuye a la necesidad de los humanos de comprender. ¡°La filosof¨ªa interesa a much¨ªsima gente, pero no de una forma acad¨¦mica. Y esa gente vio de repente la posibilidad de leerla en el marco de una narrativa diferente¡±, cuenta por videoconferencia desde Oslo. ¡°Creo que el cerebro humano est¨¢ hecho para las historias, m¨¢s que para la informaci¨®n digital. Si usted me cuenta cosas de Madrid, la escuchar¨¦, pero me olvidar¨¦ de la informaci¨®n. Pero si me cuenta una historia, la recordar¨¦ toda la vida. Creo en las historias¡±.
Pregunta. Su libro tiene m¨¢s preguntas que respuestas. ?De cu¨¢les aprendemos m¨¢s?
Respuesta. A menudo puedes aprender m¨¢s de las preguntas que de las respuestas, porque las preguntas te llevan hacia adelante en la medida en que est¨¢s buscando la respuesta por ti mismo. A mis nietos les pregunto c¨®mo ser¨¢ el mundo al final del siglo XXI, algo que yo no s¨¦, ni ellos tampoco. Solo lo sabr¨¢n en el futuro. Pero mientras nos lo preguntamos, de alg¨²n modo le estamos dando forma.
P. ?Cree que la sociedad se hace suficientes preguntas o tiene demasiadas certezas?
R. Los humanos estamos demasiado seguros. Deber¨ªamos ser un poco m¨¢s humildes y formular preguntas antes de responderlas. Pienso en el clima, la p¨¦rdida de h¨¢bitats, la guerra de Ucrania¡ no sabemos gran cosa sobre nuestro futuro como no sab¨ªamos nada de la guerra de Ucrania hace dos a?os. Pero haciendo las preguntas, nos acercamos a la comprensi¨®n. La historia est¨¢ llena de ejemplos de c¨®mo las certezas fallan y de c¨®mo detr¨¢s de los cambios pol¨ªticos y la ciencia hay preguntas. Einstein se hizo muchas preguntas hasta encontrar las respuestas as¨ª que, definitivamente, s¨ª, lo m¨¢s importante son las preguntas.
P. Si unos seres respondieran al fin a las se?ales enviadas por radio al espacio. ?Qu¨¦ les preguntar¨ªa?
R. Les preguntar¨ªa lo mismo que me pregunto a m¨ª mismo: ?Qu¨¦ es el universo? ?Sab¨¦is algo m¨¢s que nosotros? ?Qu¨¦ fue el Big Bang? Tal vez tambi¨¦n podemos contarles nosotros lo que sabemos. Me encantar¨ªa entrar en contacto con otra civilizaci¨®n en el espacio porque estamos solos, esto es demasiado precioso y somos demasiado vulnerables en este diminuto planeta y en una civilizaci¨®n que podr¨ªa desaparecer. Ser¨ªa estupendo tener una ayuda en el universo.
Tambi¨¦n les preguntar¨ªa, cuenta Gaarder, ¡°c¨®mo son sus familias y cu¨¢ntos sexos tienen¡±. ¡°Aqu¨ª en la Tierra solo necesitamos dos para reproducirnos. Tal vez en otros lugares del universo necesitan tres o cuatro sexos para tener descendencia. Y tal vez eso ser¨ªa mejor¡±. Lo que tiene claro es que, vengan de donde vengan, los principios de la evoluci¨®n ser¨¢n v¨¢lidos en todo el universo. ¡°Y que tener ojos para ver y o¨ªdos para o¨ªr ser¨ªa una ventaja en cualquier planeta¡±.
P. Imagine que sus nietos le pueden responder en 50 o 70 a?os y contactar de alguna forma con usted. ?Qu¨¦ le sorprender¨ªa saber?
R. Me sorprender¨ªa que dijeran: ¡°Oh, el abuelo era demasiado pesimista¡±. Porque pienso que los problemas de Tierra son demasiado graves. Pero creo que es m¨¢s probable que me escriban diciendo: ¡°Gracias por alertarnos para que actu¨¢ramos¡±. Nunca se sabe, tal vez digan que la naturaleza est¨¢ intacta, que quedan leones en ?frica y que el abuelo era un exagerado. Ser¨ªa estupendo.
Gaarder sit¨²a la imagen de la Tierra desde la Luna como el momento m¨¢s ic¨®nico de la conciencia medioambiental. ¡°Para el Apolo I fue m¨¢s importante la imagen de nuestro planeta desde el espacio que lo que descubrieron en la Luna. Y cuando preguntaron a los astronautas qu¨¦ les hab¨ªa impresionado m¨¢s no dijeron los cr¨¢teres, por ejemplo, sino ver su propio hogar¡±. La imagen captada por el Voyager I de la Tierra, un peque?o lugar de azul p¨¢lido, fue un despertar¡±. ¡°?Es nuestra casa! Y aqu¨ª estamos, destruy¨¦ndola como estamos viendo en Ucrania. Si Putin fuera a la Luna y viera el planeta desde all¨ª, tal vez se lo pensar¨ªa antes de seguir destruyendo Ucrania¡±.
Se proh¨ªbe el pesimismo porque lo considera una forma de pereza. Y el optimismo puede resultar rid¨ªculo. Entre las dos v¨ªas asoma ¡°la esperanza, que es una forma de lucha. Imagine que est¨¢ enamorada. La esperanza es una categor¨ªa de la que dependes cuando est¨¢s luchando por algo. Lo mismo con la guerra y la paz¡±.
P. Sof¨ªa hoy tendr¨ªa redes sociales. ?C¨®mo nos han cambiado las redes?
R. Nos han cambiado, aunque no s¨¦ si de forma positiva o negativa. Me deprime ir en tranv¨ªa en Oslo y ver que la gente solo est¨¢ mirando sus perfiles en las redes. Han estrechado nuestra mente definitivamente, pero tambi¨¦n la han abierto. Tal vez hay menos soledad, la gente puede entrar en contacto con otros. Es como un alcoh¨®lico que se encuentra que antes beb¨ªa de la botella y ahora la botella bebe de ¨¦l. Es lo que puedes decir de la televisi¨®n y las redes. Pueden abrirte la mente, pero tambi¨¦n beben de ti.
Gaarder empez¨® la entrevista mencionando dos carencias en El mundo de Sof¨ªa hace 30 a?os. La primera era la medioambiental. ?Y la segunda cu¨¢l es? ¡°Haberme limitado a la filosof¨ªa occidental. Hoy habr¨ªa incorporado tradiciones de China, India, Jap¨®n¡±. La asignatura pendiente quedar¨¢ para la siguiente generaci¨®n.