Miguel Trillo: cuatro d¨¦cadas de retratos a las tribus urbanas por todo el mundo

Como los ¨¢lbumes decimon¨®nicos de fotograf¨ªa que mostraban a la burgues¨ªa europea c¨®mo eran los habitantes de pa¨ªses ex¨®ticos, Miguel Trillo ha formado un corpus de im¨¢genes que recoge desde hace cuatro d¨¦cadas c¨®mo son los j¨®venes de todo tipo de tribus urbanas de Madrid, Nueva York, Los ?ngeles, Tokio, Se¨²l o Kuala Lumpur. Un entom¨®logo que colecciona bichos raros desde que empez¨® a ir a conciertos en la capital de Espa?a a mediados de los setenta, con la Movida a punto de estallar. Trillo, de 69 a?os, nacido en Jimena de la Frontera...

Como los ¨¢lbumes decimon¨®nicos de fotograf¨ªa que mostraban a la burgues¨ªa europea c¨®mo eran los habitantes de pa¨ªses ex¨®ticos, Miguel Trillo ha formado un corpus de im¨¢genes que recoge desde hace cuatro d¨¦cadas c¨®mo son los j¨®venes de todo tipo de tribus urbanas de Madrid, Nueva York, Los ?ngeles, Tokio, Se¨²l o Kuala Lumpur. Un entom¨®logo que colecciona bichos raros desde que empez¨® a ir a conciertos en la capital de Espa?a a mediados de los setenta, con la Movida a punto de estallar. Trillo, de 69 a?os, nacido en Jimena de la Frontera (C¨¢diz), recibe este fin de semana un homenaje en la 19? edici¨®n de los Encuentros Fotogr¨¢ficos de Gij¨®n, donde impartir¨¢ una conferencia y mostrar¨¢, en el Museo Barjola, 120 im¨¢genes en una exposici¨®n que abre el d¨ªa 25 y atraviesa su larga trayectoria, titulada Vistas y miramientos (1980-2020). Una semana antes, el fot¨®grafo recibi¨® a EL PA?S en su atestado local en el barrio madrile?o de Vallecas, rodeado de fotos enmarcadas, libros, vinilos y revistas, vestido como siempre, de negro y con gorra. Durante el encuentro, hizo memoria desde su llegada a Madrid en el oto?o de 1974 para estudiar Filolog¨ªa y luego Imagen: ¡°Era una ciudad en blanco y negro¡±.

Trillo quiso ser primero escritor: ¡°Eso supon¨ªa estar en casa, y a m¨ª lo que me gustaba era la calle¡±. As¨ª que iba a todos los conciertos que pod¨ªa, ya fueran de Kaka de Luxe, Radio Futura, The Police, Ramones¡­ Llevaba una c¨¢mara para retratar a los m¨²sicos, pero como no le interesaba ¡°el star system¡±, acab¨® volviendo el objetivo hacia el p¨²blico, aunque ello le acarreara en ocasiones ser la diana de los lapos de aquella fauna. ¡°Me di cuenta, cuando ven¨ªan grupos de fuera, de que las fotos de las actuaciones ser¨ªan las mismas que en otras ciudades. Sin embargo, las de la gente pod¨ªan ser distintas porque est¨¢bamos viviendo la libertad, saliendo de la dictadura¡±.

Lleg¨® 1976, ya sin Franco, ¡°el a?o cero de la fotograf¨ªa espa?ola contempor¨¢nea¡±, asegura, a ra¨ªz, sobre todo, de una colectiva en la que particip¨® junto a otros fot¨®grafos como Joan Fontcuberta (premio Nacional en 1998), Pablo P¨¦rez-M¨ªnguez (en 2006) y Jorge Rueda. Los dos ¨²ltimos ya fallecidos. Su primera individual fue Pop Purr¨ª, en 1982, en Madrid. Al a?o siguiente organiz¨® su segunda muestra. Su firma se convirti¨® en habitual en las revistas que contaban la Movida.

Cuatro d¨¦cadas despu¨¦s llega a Gij¨®n con una muestra en la que hay im¨¢genes en blanco y negro del Madrid de los ochenta, tambi¨¦n del proyecto que titul¨® Afluencias. Costa Este, Costa Oeste, con el que viaj¨® a ciudades en los extremos geogr¨¢ficos de tres pa¨ªses: EE UU, Marruecos y Vietnam, para retratar a chavales de movimientos underground. El resultado lo ense?¨® en Tabacalera (Madrid) en 2014. Adem¨¢s, hay fotos de sus dos ¨²ltimos extensos trabajos. Ficciones, que empez¨® en 2007 y est¨¢ inacabado: son fotos a los locos por los c¨®mics o el manga en salones de Europa, Asia y Am¨¦rica. Chicos y chicas que se visten como personajes de ficci¨®n, o de videojuegos, que posan con sus trajes, armas de pl¨¢stico, cascos... con pelos de todos los tonos de un Pantone, lolitas semidesnudas o tipos disfrazados de animales. En 2021 public¨® un libro con 135 retratos de esta serie. La exposici¨®n se cierra con im¨¢genes de Asiatown, sobre la cultura juvenil en 18 megal¨®polis de un continente que le fascina.

Ese inter¨¦s inagotable por documentar la cultura juvenil de todo el planeta obedece ¡°a que ellos son los que hacen los cambios en la sociedad¡±, aunque lleva su reflexi¨®n m¨¢s atr¨¢s, a su propia infancia. ¡°En mi pueblo pod¨ªamos sintonizar Radio Gibraltar, as¨ª que adem¨¢s de copla, escuch¨¢bamos a los Beatles y los Rolling Stones. Yo quer¨ªa vivir ese mundo¡±.

Jubilado tras 35 a?os de profesor de Lengua y Literatura en institutos, esa huella de docente se aprecia en sus charlas, en las que no lee papeles y es habitual que reparta entre el p¨²blico postales con fotos suyas. ¡°Es como una atracci¨®n de feria¡±, bromea. ¡°Me gusta interactuar, que las im¨¢genes que proyecto mientras hablo se salgan de la pantalla¡±. Ya sea en sus conferencias o entrevistas, est¨¢ acostumbrado a que le pregunten por la Movida. ¡°Ha habido un inter¨¦s en desprestigiarla, se la ha denigrado aqu¨ª cuando fuera es muy conocida, aunque sea sobre todo por Almod¨®var¡±. Ese desd¨¦n lo atribuye, sobre todo, a la generaci¨®n anterior a quienes la protagonizaron: ¡°Los progres, que hab¨ªan llegado al poder, vieron lo que hac¨ªan unos adolescentes, sus hermanos menores, y les sent¨® fatal¡±.

Cuando la nueva ola madrile?a pas¨®, Trillo recibi¨® un encargo de El Pa¨ªs Semanal para retratar a j¨®venes de seis ciudades de provincia, con textos del fallecido escritor y m¨²sico Moncho Alpuente. Expuso ese trabajo, que titul¨® Souvenirs, con unos cat¨¢logos que eran tiras de postales tur¨ªsticas; divertidos desplegables con instant¨¢neas de boxeadores de Palencia, repartidores de bombonas de butano en Ciudad Real, estudiantes de Lugo, tamborileros de Teruel¡­ Del tir¨®n se march¨® a vivir a Barcelona. Fue el comienzo de Geograf¨ªa Moderna, un viaje por fronteras ling¨¹¨ªsticas y territoriales de la Pen¨ªnsula: Algeciras, Ceuta, Gibraltar, Perpi?¨¢n, Olivenza... Esta vez el formato de las fotos fueron sellos en hojas filat¨¦licas.

?C¨®mo convence a desconocidos que podr¨ªan ser sus nietos para que posen? Hayan sido hippies, mods, rockers, punkis, heavys, grafiteros, raperos, pijos, g¨®ticos, skinkeads... ¡°Siempre he hecho lo mismo. Fondo neutro y fotos en un contexto, un territorio, no las tomo por la calle sin m¨¢s. Cuando iba a un concierto miraba los alrededores de la sala o discoteca. Dentro me fijaba si los lavabos estaban iluminados para esperarlos cuando sal¨ªan, y me iba el ¨²ltimo, esperaba a los que se quedaban hasta el final. Normalmente, no les digo casi nada, pero siempre he llevado libretas con fotos m¨ªas para ense?¨¢rselas: un cuaderno de heavys, otro de punkis¡­ Ahora les muestro mi Instagram¡±.

Las siguientes escalas fueron La Habana, Puerto Rico y Manila: ¡°Flip¨¦ tanto en esta ¨²ltima que ah¨ª empec¨¦ mi serie Asiatown¡±. Su pasaporte sigui¨® sumando sellos en ese continente: Pek¨ªn, Tokio, Se¨²l, Bangkok, Hong-Kong, Yakarta, Pek¨ªn, Saig¨®n, Taip¨¦i¡­ ¡°Es lo que quer¨ªa, retratar el mundo contempor¨¢neo, ciudades en las que la calle es un plat¨®, donde los j¨®venes salen para que les hagan fotos¡±. Aquella tendencia ha llegado a Europa y Am¨¦rica, lo que Trillo llama ¡°la asianizaci¨®n¡±.

Ahora est¨¢ ocupado en el que ¡°probablemente¡± sea su ¡°¨²ltimo trabajo¡±, que lleva mostrando de manera itinerante por localidades de la Comunidad de Madrid desde febrero, Pasarela Street, con las semanas de la moda como escenarios: Par¨ªs, Londres, Nueva York, Madrid, Berl¨ªn¡­ Al igual que en los conciertos, no busca a las estrellas, las modelos, sino al p¨²blico. ¡°Los fashion victims, que necesitan cambiar de piel, j¨®venes con pasi¨®n por la moda y unas determinadas marcas de ropa¡±.

Aunque parte de su obra fue adquirida por el Archivo Lafuente, que recientemente ha pasado a manos del Museo Reina Sof¨ªa, Trillo se pregunta ad¨®nde ir¨¢ el resto. ¡°Esto es mi vida¡±, dice mirando a su alrededor en el local, en el que hay que caminar de lado para no tropezar con sus fotos enmarcadas. ¡°?Acabar¨¢ todo esto en un contenedor?¡±.