¡®Historias para no contar¡¯: entretenido puzle de sexo, mentiras y buenos actores gracias a Cesc Gay

A Cesc Gay le gusta observar la naturaleza humana, y hasta la perruna, con las lentes de aumento de la media sonrisa y el humor. Siempre con inteligencia, y por tanto empat¨ªa, al director de Truman tambi¨¦n le atrae el lado m¨¢s pat¨¦tico y vergonzoso de unas conductas que, en el fondo, nos reconcilian con nuestra imperfecci¨®n. Su nueva pel¨ªcula, Historias para no contar, incide en un cine de vocaci¨®n coral y teatral, de personajes de profesiones liberales perdidos en tribulaciones sentimentales y sexuales. Personajes cuyas trampas y mentiras los muestran tan perdidos como cualquiera.

Historias para no contar es una comedia compuesta por cinco historias independientes interpretadas por eso que se llama un reparto de lujo. Cesc Gay es un director que disfruta con los actores y se nota. Chino Dar¨ªn, Anna Castillo y Javier Rey interpretan el primer episodio, el m¨¢s sencillo y redondo. Un episodio de enredo de corte cl¨¢sico al que le sigue otro sobre una pareja (Antonio De la Torre y Mar¨ªa Le¨®n) que se topa con sus propios prejuicios cuando un amigo con sequ¨ªa sexual desde su separaci¨®n (?lex Brendem¨¹hl) conoce a una actriz (Eva Reyes) una noche. Las trampas y mentiras de la edad asoman en las dos historias que interpretan, por un lado, Maribel Verd¨², Alexandra Jim¨¦nez y Nora Navas ¡ªque dan vida a tres actrices y amigas acostumbradas al embuste¡ª y, por otro, la de Jos¨¦ Coronado, un escritor maduro, y Alejandra Onieva, su joven amante. La ¨²ltima, con Quim Guti¨¦rrez, Ver¨®nica Echegui y Brays Efe explota el pimp¨®n verbal de la comedia rom¨¢ntica.

Escrita por el propio Gay junto a su c¨®mplice habitual, Tom¨¢s Aragay, lo peor que se puede decir de Historias para no contar es que se limita a reunir unas piezas de c¨¢mara que no acaban de tener un im¨¢n entre ellas. Un conjunto que, pese a sus altibajos, es un ejemplo de esa ligereza que caracteriza a las buenas comedias en las que la vida sentimental y sexual de sus personajes se precipita por esas situaciones embarazosas que, en el fondo, nos definen mejor que las heroicas.