No solo leones, osos y gladiadores: los perros salchicha tambi¨¦n sal¨ªan a la arena del Coliseo romano
Una reciente excavaci¨®n en las alcantarillas del monumento halla restos de varios animales, grandes variedades de fruta, monedas e informaci¨®n clave sobre el sistema hidr¨¢ulico de la ¨¦poca
Desde ah¨ª abajo, todo deb¨ªa de parecer a¨²n m¨¢s impresionante. Y, quiz¨¢s, terror¨ªfico. Las gradas rebosantes de gente, el griter¨ªo. Y ah¨ª en la arena, a pocos metros, criaturas colosales con dientes y garras afilados. Nadie sabr¨¢ nunca c¨®mo se sintieron los pobres perros salchicha que desfilaron por el Coliseo. Pero lo que ahora s¨ª sabemos a ciencia cierta es que ah¨ª estuvieron. Con sus patitas y su avance lento, al lado de majestuosos leones o leopardos. ¡°Hemos encontrado restos de canes de ta...
Desde ah¨ª abajo, todo deb¨ªa de parecer a¨²n m¨¢s impresionante. Y, quiz¨¢s, terror¨ªfico. Las gradas rebosantes de gente, el griter¨ªo. Y ah¨ª en la arena, a pocos metros, criaturas colosales con dientes y garras afilados. Nadie sabr¨¢ nunca c¨®mo se sintieron los pobres perros salchicha que desfilaron por el Coliseo. Pero lo que ahora s¨ª sabemos a ciencia cierta es que ah¨ª estuvieron. Con sus patitas y su avance lento, al lado de majestuosos leones o leopardos. ¡°Hemos encontrado restos de canes de tama?o reducido, con extremidades muy cortas. Puede que fueran obligados a pelear entre ellos o con los predadores m¨¢s grandes. O simplemente que pasearan juntos, para desatar la hilaridad general. Un bassotto [como se llama a esa raza en italiano] al lado de un oso o un avestruz produce cierta gracia todav¨ªa hoy¡±, reflexiona Federica Rinaldi, directora cient¨ªfica de las recientes excavaciones en las alcantarillas del anfiteatro m¨¢s conocido del mundo. Ah¨ª han detectado residuos que tambi¨¦n permiten entender m¨¢s sobre la dieta o los pasatiempos de los romanos durante los espect¨¢culos. Y, en general, sobre el propio sistema hidr¨¢ulico y su funcionamiento.
Pero ?c¨®mo puede haber nuevos descubrimientos despu¨¦s de dos milenios en una de las zonas m¨¢s estudiadas del planeta? ¡°El Coliseo no ha sido excavado enteramente. Por la potencia de los estratos hay sectores donde a¨²n se deben encontrar los niveles m¨¢s antiguos. Y sab¨ªamos, por la complejidad y la seguridad de la operaci¨®n, que los colectores del alcantarillado eran uno de ellos¡±, responde Rinaldi. En ello, pues, se volc¨® entre enero y septiembre un equipo de arque¨®logos, espele¨®logos y arquitectos, en la parte meridional del monumento. Bucearon en los archivos, a la caza de documentos del siglo XIX que explicaran los retoques realizados entonces en los conductos subterr¨¢neos bajo el Coliseo. Y se sumergieron, literalmente, en las propias cloacas. ¡°Hemos caminado, nos hemos arrastrado o agachado por 150 metros de alcantarillas antiguas¡±, recuerda emocionada Rinaldi.
As¨ª sacaron a la luz una marea de informaciones. Algunas afectan a la historia con letras may¨²sculas. Y otras a la que viv¨ªa cada habitante de Roma en su d¨ªa a d¨ªa. Por un lado, constataron que los ingenieros de entonces ¡ªla construcci¨®n del Coliseo comenz¨® en el a?o 70, bajo el emperador Vespasiano¡ª prefirieron restaurar y reutilizar colectores hidr¨¢ulicos preexistentes, incluso de la ¨¦poca de la Rep¨²blica ¡ªdesde el 500 a. C.¡ª en lugar de crearlos de cero. ¡°A lo largo de los siglos fueron capaces de actualizar sus funciones y que mantuvieran, pese a terremotos, derrumbes o modificaciones urban¨ªsticas, el aspecto original¡±, relata Rinaldi. Y tambi¨¦n obtuvieron un mayor conocimiento del sistema de recogida y reflujo de las aguas, tanto dentro del monumento como en sus alrededores, ¨²til incluso hoy en d¨ªa para gestionar mejor el asunto, seg¨²n la directora cient¨ªfica.
Sin embargo, lo que ha ocupado los titulares de la prensa italiana en los ¨²ltimos d¨ªas es la microhistoria que ha desvelado la excavaci¨®n. A juzgar por los restos aparecidos, durante los espect¨¢culos los romanos com¨ªan grandes cantidades de uvas, higos, melones, melocotones, nueces, aceitunas y cerezas. ¡°Es muy probable que el p¨²blico, que entraba por la ma?ana y sal¨ªa ya por la noche, cocinara la carne sobre braseros improvisados¡±, agrega la experta. El hallazgo de especias como cilantro, an¨ªs o hinojo refuerza esta hip¨®tesis. Aunque Rinaldi destaca tambi¨¦n otro descubrimiento: plantas le?osas siempreverdes, lo que parece confirmar, como ya narr¨® el poeta Marcial en su relato de los 100 d¨ªas de juegos por la inauguraci¨®n del Coliseo, la recreaci¨®n en la arena de ambientaciones como bosques y selvas.
Por fascinante que resultara lo que suced¨ªa abajo, eso s¨ª, un d¨ªa entero en las gradas se hac¨ªa largo. De ah¨ª que los ciudadanos se llevaran sus propios entretenimientos: en las alcantarillas han aparecido dados, dama y peones de alg¨²n juego de mesa antiguo. Lo cual encaja bien con algunos fragmentos de gradones de la c¨¢vea ¡ªel conjunto de las gradas de un anfiteatro¡ª conservados y ya conocidos, donde hay tableros trazados o peque?os agujeros para los peones. Tambi¨¦n han encontrado peines de madera y monedas: por m¨¢s que los juegos fueran gratuitos ¡ª¡±invitaba el emperador¡±¡ª, algunos arrojar¨ªan a la arena dinero de sus bolsillos o tal vez se les caer¨ªa durante el jolgorio.
El caso m¨¢s fascinante es el de una moneda de auricalco, casi tan brillante como el oro, con la efigie de Marco Aurelio, que rein¨® entre el 161 y el 180 d.C. ¡°La hip¨®tesis de que el propio emperador pudiera lanzarla en medio del gent¨ªo resulta sugestiva. No olvidemos que los gobernantes estaban en busca de consenso¡±, comparte Rinaldi. Y subraya la importancia de un trabajo colectivo que ha hecho posible la investigaci¨®n: insiste para citar a sus compa?eros Barbara Nazzaro, Martina Almonte, Fabio Fumagalli y todo el resto del equipo, encabezado por la directora del Parque Arqueol¨®gico del Coliseo, Alfonsina Russo.
La experta habla con una pasi¨®n contagiosa, que alimenta las ganas de so?ar. A la vez, sin embargo, las frena en corto cuando corresponde: ¡°Tras nuestro estudio, no podemos afirmar con certeza absoluta si se realizaron o no batallas navales inundando el interior del Coliseo. No era el objetivo de nuestra indagaci¨®n y, en todo caso, har¨ªa falta continuar la excavaci¨®n en el sector oriental. El sistema hidr¨¢ulico ha cambiado a lo largo de los siglos y tampoco es seguro que se pueda reconstruir c¨®mo era exactamente¡±. La historia, por ahora, dice que las pugnas de barcos s¨ª sucedieron en el actual barrio de Trastevere. Y que, si alguna vez ocurrieron en el Coliseo, el emperador Domiciano puso un punto final.
Tampoco hay resultados concluyentes todav¨ªa en las nuevas excavaciones, inauguradas recientemente en el sector donde el Coliseo sufri¨® varios derrumbes a lo largo de la historia. Rinaldi pide tiempo y prudencia, ya que hace poco tiempo que alcanzaron el estrato arqueol¨®gico que persegu¨ªan. Recuerda que ¡°la arqueolog¨ªa es una ciencia lenta¡±. La fantas¨ªa del aficionado, en cambio, corre muy r¨¢pido. Como un perro salchicha y un leopardo.