El callej¨®n sin salida del triple crimen de la familia Barrio en Burgos
El libro ¡®El superviviente¡¯ desmenuza la investigaci¨®n del asesinato sin resolver de dos padres y su hijo peque?o en su casa en 2004 y bucea en las rencillas rurales que llegan a ser letales
Noventa pu?aladas acabaron con casi toda la familia Barrio. Las recibieron el padre, Salvador; la madre, Julia, y el hijo peque?o, ?lvaro. Sucedi¨® en su casa en Burgos, en junio de 2004. Hab¨ªa sangre por todas partes, salvo en los interruptores, las huellas del asesino hab¨ªan quedado impregnadas en el suelo y la marca de uno de los cuchillos en las s¨¢banas de la cama del hijo. Las puertas no estaban forzadas y los vecinos apenas oyeron un par de gritos de madrugada. Los muros de esa casa a...
Noventa pu?aladas acabaron con casi toda la familia Barrio. Las recibieron el padre, Salvador; la madre, Julia, y el hijo peque?o, ?lvaro. Sucedi¨® en su casa en Burgos, en junio de 2004. Hab¨ªa sangre por todas partes, salvo en los interruptores, las huellas del asesino hab¨ªan quedado impregnadas en el suelo y la marca de uno de los cuchillos en las s¨¢banas de la cama del hijo. Las puertas no estaban forzadas y los vecinos apenas oyeron un par de gritos de madrugada. Los muros de esa casa a¨²n guardan el enigma de qui¨¦n mat¨® de esa forma tan atroz a los tres miembros de una familia, y por qu¨¦. Solo un integrante de los Barrio sobrevivi¨®, el hijo mayor, Rodrigo, que estudiaba interno en un colegio a varios kil¨®metros de la vivienda. El libro El superviviente (Alrev¨¦s), del periodista Nacho Abad, vuelve a abrir la puerta de esa casa de Burgos para desentra?ar la extensa investigaci¨®n de un crimen todav¨ªa sin resolver.
¡°Lo que m¨¢s me impact¨® de la escena del crimen es que el asesino no dejara nada a su paso, salvo las huellas de sus zapatillas. Ni un pelo, ni un ADN, ni una huella dactilar. Nadie vio nada y los que lo oyeron, que s¨ª hubo testigos auditivos, no llamaron a la polic¨ªa. ?C¨®mo se puede cometer un crimen tan salvaje sin dejar algo de ti en la escena?¡±, explica Nacho Abad, como punto de partida de una larga investigaci¨®n que sigue abierta y que se mueve entre ese piso y La Parte de Bureba, el pueblo burgal¨¦s del que era alcalde el padre de los Barrio. A trav¨¦s de las p¨¢ginas de este libro, uno se asoma por una mirilla y descubre las rencillas, envidias y leyes de silencio que imperan en una localidad de 17 kil¨®metros cuadrados.
El superviviente permite adem¨¢s al lector conocer algo m¨¢s el verdadero trabajo policial, que a veces es apasionante como en las pel¨ªculas, pero tambi¨¦n consiste en pasar muchas horas comprobando grabaciones de c¨¢maras de seguridad y recorrer muchos kil¨®metros en busca del origen de la bater¨ªa de un coche. ¡°Actualmente, dentro de la propia polic¨ªa hay agentes que investigaron el caso que piensan que el asesino es uno y los que m¨¢s recientemente han seguido las pesquisas creen que es otro, lo que demuestra qu¨¦ dif¨ªcil es investigar y llegar a una conclusi¨®n ¨²nica¡±, recalca el autor, que no eligi¨® de forma casual el tema.
Las sospechas apuntaron desde el primer momento al hijo superviviente, Rodrigo, quien cay¨® en algunas contradicciones en su declaraci¨®n en la polic¨ªa y mostr¨® una actitud extra?a con sus familiares tras lo sucedido. El texto juega con el lector, como un Cluedo, expone los hechos, bucea con todo detalle en los pormenores de una investigaci¨®n policial y deja al receptor sacar sus propias conclusiones. ¡°No ha sido f¨¢cil compilar toda la informaci¨®n y darle ritmo a la lectura porque hablamos de m¨¢s de 18 a?os de investigaciones. He tenido que cribar y solo dejar los datos que hac¨ªan avanzar el relato, sin ficci¨®n, pero como si fuera una novela de misterio¡±, recalca Abad.
La investigaci¨®n del piso de Burgos se acaba entrelazando con otra con la que parece que no guarda relaci¨®n, la de Rosal¨ªa, una anciana que fue atropellada mortalmente en La Parte de Bureba ocho a?os despu¨¦s del crimen de los Barrio. Adem¨¢s de que Salvador fuera el alcalde, la familia contaba con muchas fincas y se acababa de hacer con un gran lote de propiedades poco antes del asesinato. Una de las escenas m¨¢s inquietantes del libro es la de las pintadas con insultos en la tumba del padre de familia al d¨ªa siguiente de ser enterrado en ese municipio.
La investigaci¨®n se traslada a ese escenario para abrir la hip¨®tesis de qu¨¦ pudo suceder a la familia, para mostrar los caminos que se abren ante los investigadores cada vez que se tienen que enfrentar a un enigma como el de este crimen. A veces, llegan a callejones sin salida. Adem¨¢s de la anciana atropellada, tambi¨¦n fue cerca de La Parte de Bureba donde desapareci¨® Shibil, un b¨²lgaro que se dedicaba a la compraventa de coches en Burgos. Nunca se ha encontrado su cad¨¢ver. ?Est¨¢n conectados de alguna forma todos estos casos?
Abad, que ha seguido enganchado a las pesquisas durante casi 20 a?os, no escapa a hacer su propia interpretaci¨®n. ¡°Creo, y es solo una opini¨®n, que en Burgos pudo haber un asesino en serie suelto, que acab¨® con la vida de cinco personas y que las fuerzas del orden solo empezaron a sospecharlo a partir de la cuarta v¨ªctima, tambi¨¦n se cuenta en el libro... Cuatro de estas muertes est¨¢n todav¨ªa sin resolver y un cad¨¢ver no ha aparecido todav¨ªa...¡±, desliza. El periodista tambi¨¦n ha tenido cierta implicaci¨®n personal con este asunto: ¡°Este caso es especial para m¨ª porque al frente del equipo de la Guardia Civil de Homicidios de Burgos estaba Abel Amado, falleci¨® de c¨¢ncer hace ya unos a?os. El libro tambi¨¦n es un homenaje a su trabajo¡±.
El asesinato de los Barrio prescribe en 2024 y muchas preguntas siguen en el aire. Eso solo aumenta las sospechas y las desconfianzas en el entorno de la familia y tambi¨¦n en las calles de La Parte de Bureba. El superviviente pone negro sobre blanco una historia de casi dos d¨¦cadas que empez¨® con una matanza en un piso de Burgos.