Pablo Barrios, diplom¨¢tico y defensor apasionado de la cultura y de las artes
Ocup¨® diversos puestos diplom¨¢ticos en Estados Unidos y Europa, pero su gran vocaci¨®n fue Am¨¦rica y, en especial, La Habana
Para Pablo Barrios nada hab¨ªa m¨¢s importante en la vida que la amistad, la cultura y ayudar lo m¨¢ximo posible a la difusi¨®n del arte y de lo bello y, en igual medida, contribuir desinteresadamente a resolver los problemas cotidianos de la gente desde los puestos diplom¨¢ticos que ocup¨® durante su carrera. Nunca fue nombrado en un puesto de embajador, aunque lo era por escalaf¨®n, si bien eso no le preocupaba demasiado. Nacido en 1944 en San Sebasti¨¢n y licenciado en Derecho, ingres¨® en la Escuela Diplom¨¢tica en 1971 y su tesina vers¨® sobre ¡°Poes¨ªa y Sociedad en Espa?a 1936-1951¡å, toda una declar...
Para Pablo Barrios nada hab¨ªa m¨¢s importante en la vida que la amistad, la cultura y ayudar lo m¨¢ximo posible a la difusi¨®n del arte y de lo bello y, en igual medida, contribuir desinteresadamente a resolver los problemas cotidianos de la gente desde los puestos diplom¨¢ticos que ocup¨® durante su carrera. Nunca fue nombrado en un puesto de embajador, aunque lo era por escalaf¨®n, si bien eso no le preocupaba demasiado. Nacido en 1944 en San Sebasti¨¢n y licenciado en Derecho, ingres¨® en la Escuela Diplom¨¢tica en 1971 y su tesina vers¨® sobre ¡°Poes¨ªa y Sociedad en Espa?a 1936-1951¡å, toda una declaraci¨®n de principios.
Sus ensayos y art¨ªculos sobre cine, poes¨ªa, pol¨ªtica, narrativa y cultura en general fueron publicados en numerosas revistas a lo largo de su vida, pero para los que lo conoc¨ªan ni siquiera hac¨ªa falta leerlo, pues donde te lo encontrases, bien en el C¨ªrculo de Bellas Artes de Madrid o sentado en un parque colonial de La Habana Vieja, ¨¦l mismo te improvisaba un curso apasionado sobre el ¨²ltimo tema en el que estuviera investigando, fuese del grupo literario cubano Or¨ªgenes, de Baudelaire, o del cine de Tom¨¢s Guti¨¦rrez Alea o de Billy Wilder, conversaci¨®n que pod¨ªa ser interminable.
Ocup¨® diversos puestos diplom¨¢ticos en Estados Unidos y Europa y fue tambi¨¦n ministro consejero en Londres y c¨®nsul en Bayona, pero su gran vocaci¨®n en el siglo XXI fue Am¨¦rica y en especial La Habana, adonde lleg¨® en 2007 en calidad de C¨®nsul General de Espa?a. Despu¨¦s ocup¨® el mismo puesto en Buenos Aires, entre 2011 y 2014.
En la capital cubana Pablo Barrios se convirti¨® en un personaje legendario por su proyecci¨®n cultural, no hab¨ªa cita relevante en que no te lo topases, fuese un concierto de Pablo Milan¨¦s, en el Festival del Nuevo Cine Latinoamericano o en una muestra de arte contempor¨¢neo. En La Habana fue amigo y c¨®mplice de los m¨¢s importantes artistas pl¨¢sticos, cineastas, m¨²sicos, gente de teatro, antrop¨®logos como Natalia Bol¨ªvar, o grandes escritores como Leonardo Padura, a quienes pod¨ªas encontrar casi siempre en su residencia de la Quinta Avenida, donde cada cierto tiempo hac¨ªa fiestas sonadas. Por amistad hacia ¨¦l, la orquesta de m¨²sica bailable m¨¢s popular de Cuba, Los Van Van, toc¨® en m¨¢s de una ocasi¨®n para sus invitados, cubanos y extranjeros de paso, que siempre encontraron en ¨¦l apoyo consular y log¨ªstico para que los proyectos art¨ªsticos m¨¢s complicados salieran adelante.
Hermano de la desaparecida Cristina Barrios, una de las grandes referentes de la carrera diplom¨¢tica en Espa?a, embajadora en varios pa¨ªses y tambi¨¦n en M¨¦xico y amiga personal de Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez, hubo un momento en que Cristina y Pablo coincidieron en el tiempo como c¨®nsules en Miami (ella) y en La Habana (¨¦l), y aquello fue el acabose: la cultura cubana y espa?ola cruzaron entonces puentes sobre el estrecho de la Florida y se concret¨® en proyectos y exposiciones fabulosas, como las que realiz¨® la fot¨®grafa Cristina Garc¨ªa Rodero, ¨ªntima de los hermanos Barrios. Para ambos, por encima de la pol¨ªtica pura y dura, el arte y los intercambios culturales eran el mejor veh¨ªculo para establecer relaciones.
Como C¨®nsul General de Espa?a, a Pablo Barrios le toc¨® en La Habana la aplicaci¨®n de la ley de memoria Hist¨®rica ¨Den pocos a?os, 120.000 cubanos descendientes de espa?oles se hicieron ciudadanos gracias a la ley del Gobierno de Jos¨¦ Lu¨ªs Rodr¨ªguez Zapatero¨D. Desbordado el consulado por la presentaci¨®n de miles de expedientes, Pablo siempre tuvo como m¨¢xima aplicar la ley de la forma m¨¢s flexible posible para ayudar a la gente y poderle evitar pesares burocr¨¢ticos, aunque fuese a costa de su tiempo y de sus subordinados. Algunos de sus colegas no ve¨ªan con buenos ojos su generosidad y vocaci¨®n de servicio, pues les hac¨ªa quedar a ellos como vagos o desalmados, pero su perfil era, siempre que la ley lo permitiese y aunque fuese a costa de su tiempo y de sus subordinados, el de facilitar las cosas y resolver los problemas a los ciudadanos, fueran nacionales o extranjeros, humildes o encumbrados.
Pablo Barrios era antes que nada una excelente persona, un hombre culto, un entregado amigo y un elegante caballero de las letras y las artes. En su condici¨®n de promotor cultural, d¨ªas antes de morir, el pasado 24 de enero, envi¨® a este periodista uno de sus ¨²ltimos art¨ªculos publicados en la revista Claves de la Raz¨®n Pr¨¢ctica sobre el ¡°descuido entra?able¡± del estilo en la poes¨ªa de Fina Garc¨ªa Marruz. Por tel¨¦fono, con un hilo de voz, habl¨® con pasi¨®n de la hondura literaria de esta destacada representante del grupo Or¨ªgenes, ya fallecida. En la revista cultural cubana La Siempreviva, que dirige el premio nacional de literatura Reynado Gonz¨¢lez, dej¨® listo un art¨ªculo-ensayo sobre la visi¨®n po¨¦tica de Luis Garc¨ªa Montero, que saldr¨¢ ahora a la luz y es s¨ªmbolo de su actitud vital y su legado.