Prostituta, hechicera y santa: el Carnaval de R¨ªo resucita a la primera escritora negra de Brasil
La escuela de samba Viradouro homenajea en el Samb¨®dromo a Rosa Egipciaca, una esclava cuya influencia religiosa la coloc¨® en la mira de la Inquisici¨®n en XVIII
Una perfecta desconocida con una historia fascinante. As¨ª es Rosa Mar¨ªa Egipciaca, un nombre que a partir de ahora empezar¨¢ a ser m¨¢s familiar para muchos brasile?os. La biograf¨ªa de esta mujer del siglo XVIII protagoniz¨® el desfile de la escuela de samba Viradouro en el Samb¨®dromo de R¨ªo de Janeiro. Carrozas, disfraces, coreograf¨ªas y 3.200 personas dedicadas a explicar al gran p¨²blico la vida de esta mujer que fue esclava, ...
Una perfecta desconocida con una historia fascinante. As¨ª es Rosa Mar¨ªa Egipciaca, un nombre que a partir de ahora empezar¨¢ a ser m¨¢s familiar para muchos brasile?os. La biograf¨ªa de esta mujer del siglo XVIII protagoniz¨® el desfile de la escuela de samba Viradouro en el Samb¨®dromo de R¨ªo de Janeiro. Carrozas, disfraces, coreograf¨ªas y 3.200 personas dedicadas a explicar al gran p¨²blico la vida de esta mujer que fue esclava, meretriz, hechicera, santa popular y la primera escritora negra de Brasil de la que se tiene constancia.
Todo empez¨® cuando Tarcisio Zanon, el carnavalesco de Viradouro (una especie de director art¨ªstico de la escuela de samba), se top¨® en una librer¨ªa con un ejemplar del libro Rosa Egipciaca: una santa africana en Brasil, del antrop¨®logo Luiz Mott. Lo devor¨® r¨¢pidamente y se guard¨® la idea como un as en la manga. ¡°El carnaval tiene un origen negro, afrobrasile?o, muy latente y cuando podemos traemos esas historias para que puedan ver la luz. Hubo un silenciamiento de personajes importantes en la historia de Brasil y la escuela de samba tiene esa misi¨®n de revelarlos¡±, explicaba hace unos d¨ªas mientras ultimaba los preparativos del desfile en la Ciudad de la Samba, los gigantescos pabellones donde se construyen las carrozas.
Rosa es el nombre cat¨®lico que le fue dado a esta ni?a de la etnia cour¨¢, raptada y llevada como esclava por los portugueses en 1725 desde la costa del actual Ben¨ªn hasta R¨ªo de Janeiro. Lleg¨® con seis a?os y al poco tiempo se traslad¨® al vecino estado de Minas Gerais, que viv¨ªa la fiebre del oro y las piedras preciosas. Desde muy joven trabaj¨® como esclava en una hacienda donde era obligada a servir sexualmente a 70 hombres. Normalmente, las esclavas sexuales recib¨ªan ropas y valiosas joyas con las que con el tiempo pod¨ªan comprar su libertad, pero Rosa Mar¨ªa, que ya empez¨® a tener visiones m¨ªsticas coincidiendo con una enfermedad, lo don¨® todo a los pobres y empez¨® a vivir como una beata. Es ah¨ª cuando adopta el apodo de Egipc¨ªaca, por asociaci¨®n con Santa Mar¨ªa Egipc¨ªaca, una asceta egipcia que tambi¨¦n fue prostituta.
Ya dentro de la vida religiosa, conoce al sacerdote Francisco Gon?alves Lopes, conocido como Chuta Diablos, que la compra y promete expulsarle el demonio. Se convierte en su confesor y ella en una de sus principales posesas, en un momento en que los shows de exorcismo estaban muy de moda. En ese momento pas¨® por un tribunal inquisitorial que le quem¨® la lengua durante 15 minutos con una vela para probar que realmente ten¨ªa poderes paranormales. El obispo de Mariana la consider¨® una embustera y la mand¨® azotar p¨²blicamente, algo poco com¨²n entre mujeres. Al final, Rosa Mar¨ªa y su inseparable sacerdote (que llevaba en el pecho un colgante con un diente suyo a modo de reliquia) se refugiaron en R¨ªo de Janeiro, donde fueron acogidos por los monjes franciscanos del convento de San Antonio.
¡°Era una mujer negra, vista como endemoniada, una hechicera, pero ella fue desmitificando eso poco a poco. Cuando se muda a R¨ªo la Iglesia empieza a cuidarla de otra forma y pasa a ser adorada como una santa¡±, comenta el carnavalesco Zanon. Sus dones eran un gancho infalible para llenar templos en un momento en que a la Iglesia cat¨®lica le conven¨ªa tener a santos negros (como Santa Efigenia o San Benito) para convertir a los esclavos. Rosa Mar¨ªa se convirti¨® en la mejor carta de presentaci¨®n. Su fama creci¨® r¨¢pidamente; fund¨® el Recogimiento de Nuestra Se?ora del Parto, para cuidar de ni?as y mujeres prostitutas, y vend¨ªa una especie de hostia hecha con su saliva, considerada sagrada por sus devotos. Sus concurridas ceremonias mezclaban la liturgia cat¨®lica con los ritos africanos, desde las danzas del vud¨² hasta el humo del tabaco en pipa.
En ese momento de auge popular aprende a leer y enseguida pasa a escribir compulsivamente. Plasm¨® sus visiones en la Sagrada Teolog¨ªa del Amor Divino de las Almas Peregrinas, un libro de casi 250 p¨¢ginas que despu¨¦s ser¨ªa considerado una herej¨ªa por la Iglesia y parcialmente destruido por su confesor para intentar salvarla de la Inquisici¨®n. Al final quedaron 15 p¨¢ginas, que a¨²n se conservan en el Archivo Nacional de Lisboa.
Los ¨²ltimos a?os de vida de Rosa Mar¨ªa ya fueron de delirio megaloman¨ªaco: insist¨ªa en que un diluvio arrasar¨ªa con R¨ªo de Janeiro igual que el terremoto acab¨® con Lisboa y que su peque?o convento emerger¨ªa del agua como el Arca de No¨¦. En otra embarcaci¨®n aparecer¨ªa el rey Sebasti?o de Portugal, desaparecido dos siglos antes en Marruecos, con el que se casar¨ªa y fundar¨ªa un nuevo imperio. Tambi¨¦n aseguraba que su coraz¨®n era el propio coraz¨®n de Cristo, y que amamantaba al ni?o Jes¨²s.
En sus momentos de trance empez¨® a ser violenta con algunos personajes clave de la alta sociedad, lo que propici¨® su ca¨ªda en desgracia. En 1763 fue considerada por la Iglesia como hereje y falsa santa, y trasladada a Lisboa, donde muri¨® encarcelada, lo que seg¨²n Zanon prueba la importancia que tuvo en la ¨¦poca, ya que no era com¨²n llevar a un preso al otro lado del Atl¨¢ntico.
El homenaje a Rosa Mar¨ªa Egipciaca se suma a otros famosos desfiles de carnaval que revelaron nombres de mujeres negras olvidadas por la Historia, como la esclava Xica da Silva, la reina africana Agotime o la l¨ªder quilombola Tereza de Benguela. Este a?o, adem¨¢s del de Viradouro hubo otros desfiles ¡°afrocentrados¡± que incluso han sido sugeridos por la Secretar¨ªa de Educaci¨®n del ayuntamiento de R¨ªo como material de trabajo en las escuelas p¨²blicas. Mangueira trat¨® de la africanidad de la m¨²sica de Bah¨ªa, Beija-Flor, de los h¨¦roes de la independencia de Brasil que no aparecen en la Historia oficial y Tuiuti, de la relaci¨®n entre la cultura negra e ind¨ªgena en la isla de Maraj¨®.
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