Meryem El Mehdati: ¡°La vida es como un supermercado¡±
La autora de Supersaurio, sobre una becaria de la principal cadena de alimentaci¨®n de Canarias, critica el r¨¦gimen laboral de los grandes supermercados y el modelo de sol, playa y turistas que expulsa a los j¨®venes del archipi¨¦lago
A la escritora canaria Meryem El Mehdati (Rabat, 1991) todav¨ªa le sorprende que las ferias literarias a las que le invitan sean entre semana o en horario laboral. Durante muchos meses ha tenido que compartir el ¨¦xito de su novela Supersaurio (Blackie books) que va por la cuarta edici¨®n, con un trabajo de oficina que le ¡°chupaba la sangre¡±. No trabajaba como la protagonista de su libro como reponedora en la cadena de supermercados m¨¢s importante de Canarias, pero con un tono de rabia y humor negro ha dado forma a una novela resultado de sensaciones parecidas: muchas horas de autob¨²s, horas extras y conversaci¨®n con amigos en condiciones similares. Escrita cuando nadie hablaba de Mercadona su libro mezcla cr¨ªticas contra un mercado que nos aboca a los ansiol¨ªticos y un modelo productivo basado en el sol y el turismo que expulsa a los j¨®venes de la isla.
P. Usted viene de Canarias. ?Viene del futuro?
R. (Risas) Estamos comprobando que es un modelo caduco apostar todo a la playa y a los guiris que se han comido el archipi¨¦lago y nos expulsan. A ellos se les permite todo porque traen dinero, pero me pregunto ?d¨®nde est¨¢ ese dinero?, porque Canarias est¨¢ a la cabeza de los lugares en riesgo de pobreza y exclusi¨®n.
P. Ha dicho que Espa?a es la taberna de Europa.
R. Mientras algunos pagan cuatro perras cochinas por la experiencia de su vida los locales no pueden ni hacer la compra.
P. Cuando nadie hablaba de Mercadona usted ya criticaba a las grandes cadenas de alimentaci¨®n.
R. La vida es como un supermercado. En la base de la pir¨¢mide est¨¢n los reponedores, las cajeras o el charcutero. Luego est¨¢n los encargados y los administrativos, m¨¢s arriba el equipo directivo y en la c¨²spide, el due?o. Como solo hay ocho grandes cadenas te hacen creer que eres libre.
P. Siente que por fin se habla de su libro, como dir¨ªa Umbral.
R. Estaba diciendo cosas obvias que he compartido mil veces con mis amigos, pero desde que sali¨® el libro me preguntan mucho por el tono rabioso. ?Acaso conoces a alguien de mi edad que no est¨¦ enfado con los bancos?. No he descubierto la p¨®lvora.
P. Usted comenz¨® en Twitter ?es la mejor forma de cabrearse?
R. Ahora ya no me gusta Twitter, pero hace a?os era un buen sitio para ser creativo y encontrar el impacto justo. Twitter puede ser una escuela, pero mi influencia es el fanfiction (fans de una obra literaria que deciden escribir otra obra tomando la inicial como punto de partida).
P. ?La meritocracia es un mito?
R. Trat¨¦ de escribir el diario de una persona de mi edad que est¨¢ cabreada porque trabaja mucho y tiene que soportar la cantinela de que si te esfuerzas alcanzar¨¢s el ¨¦xito. Es una chica que se pregunta por qu¨¦ cobra el salario m¨ªnimo y una persona con cinco a?os m¨¢s uno buen¨ªsimo. ?Por la experiencia?, vale, pero luego pasan cinco a?os y tu sueldo sigue siendo una mierda.
P. Sin embargo, el ¨¦xito de su libro podr¨ªa ser un caso de meritocracia.
R. Ha sido mitad trabajo duro y mitad suerte. Ten¨ªa un trabajo fijo de 8 a 6 de la tarde, sal¨ªa de mi trabajo y escrib¨ªa, hac¨ªa entrevistas o dedicaba los d¨ªas de vacaciones a ir a las ferias. Fue un trabajo duro que cont¨® con mucha gente que me ayud¨® y me tendi¨® la mano. Es un caso de econom¨ªa circular.
P. ?Hay un boom de escritores indignados?
R. Es la reacci¨®n natural del momento que vivimos y no entiendo lo de generaci¨®n de cristal. ?Por qu¨¦ criticamos lo que no nos gusta? ?Por pedir leche de soja o reducir el consumo de carne? El mundo no da m¨¢s. No son normales las temperaturas que estamos viviendo. Vamos a terminar con 30 grados en diciembre y diremos qu¨¦ rico, porque en marzo estaremos a 40.
P. Volviendo a Canarias, ?Quevedo ha hecho m¨¢s por la cultura que P¨¦rez Gald¨®s?
R. No, por favor. Pero es cierto que mucha gente ha vuelto a mirar a Canarias gracias a gente como Petazeta, Valeria Castro o Andrea Abreu. Siempre hubo gente talentosa en Canarias, pero a ustedes no les interesaba.
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