Una pel¨ªcula basada en una novela de Martin Amis sobre Auschwitz triunfa en Cannes el d¨ªa?de?su?muerte

Ha sido la pel¨ªcula m¨¢s apreciada por la cr¨ªtica en la primera semana del 76? festival de Cannes. La novela La zona de inter¨¦s, de Martin Amis, que en su lanzamiento no fue publicada ni en Francia ni en Alemania, es en su versi¨®n cinematogr¨¢fica una de las favoritas a la Palma de oro gracias al talento de su director, el brit¨¢nico Jonathan Glazer. Ayer fue la proyecci¨®n de gala, donde recibi¨® un estruendoso aplauso, y hoy le ha tocado los pases de prensa y al encuentro con los periodistas, ...

Ha sido la pel¨ªcula m¨¢s apreciada por la cr¨ªtica en la primera semana del 76? festival de Cannes. La novela La zona de inter¨¦s, de Martin Amis, que en su lanzamiento no fue publicada ni en Francia ni en Alemania, es en su versi¨®n cinematogr¨¢fica una de las favoritas a la Palma de oro gracias al talento de su director, el brit¨¢nico Jonathan Glazer. Ayer fue la proyecci¨®n de gala, donde recibi¨® un estruendoso aplauso, y hoy le ha tocado los pases de prensa y al encuentro con los periodistas, que ha coincidido con el fallecimiento del escritor a los 73 a?os v¨ªctima de un c¨¢ncer.

En realidad, su versi¨®n f¨ªlmica poco tiene que ver con la novela original. ¡°Lo que intentaba hacer con la pel¨ªcula era emocionar a los espectadores, sea cual sea su origen. Me parec¨ªa importante mostrar que se trata de personas y de monstruos¡±, contaba Glazer, director de tres pel¨ªculas previas complejas con personajes de dif¨ªcil conexi¨®n con el p¨²blico: Sexy Beast (2000), Reencarnaci¨®n (2004) y Under The Skin (2013). En esta ocasi¨®n, Glazer afronta la vida cotidiana de Rudolf H?ss, el comandante de Auschwitz, de su esposa, Hedwig (a la que encarna la actriz alemana Sandra H¨¹ller) y de sus hijos, que viv¨ªan de manera casi id¨ªlica en una casa con jard¨ªn, perro y piscina al lado justo de los muros del campo de exterminio. Ella cuida de las flores, y ¨¦l de que se cumpla escrupulosamente el exterminio al otro lado de la pared, mientras vigila en su casa que no arranquen las flores del lilo de la entrada.

Apenas se ve el campo, pero se oye. Y c¨®mo. Glazer ha rodado con diez c¨¢maras movidas por control remoto para que los actores crearan con libertad esa vida familiar: en un momento a H?ss sus superiores le ofrecen un cambio de destino, y su esposa se opone: ah¨ª se apunta un idilio con un joven oficial (que en la novela s¨ª se desgrana). Esas im¨¢genes felices van acompa?adas de un ruido sordo, el del constante funcionamiento de las c¨¢maras de gas, de la maquinaria de exterminio, de gritos y de disparos. ¡°Es importante que familiaricemos a las j¨®venes generaciones con esos hechos tr¨¢gicos, que hablemos de ellos en el cine para que no se olviden¡±, contaba el director, ¡°y no se repita la opresi¨®n a ninguna minor¨ªa, sea cual sea, porque La zona de inter¨¦s tiene eco para en cualquier ¨¦poca¡±. As¨ª respond¨ªa a un debate que lleva siete d¨¦cadas en pantalla: ?se puede ilustrar el Holocausto en la gran pantalla? Un debate que en 2015 ya se vivi¨® en Cannes con el estreno de El hijo de Sa¨²l, del h¨²ngaro L¨¢szl¨® Nemes, que recibi¨® el apoyo de Claude Lanzmann, el realizador de Shoah y El ¨²ltimo de los injustos.

Jonathan Glazer empez¨® el proyecto tras una visita a Auschwitz (¡±que me afect¨® mucho¡±) antes de leer la novela, y la ha rodado en Polonia: ¡°No ten¨ªa ninguna duda de que deb¨ªa ser as¨ª¡±. Y en medio, como digresiones y ecos del futuro al pasado, im¨¢genes de la actualidad de los campos, que al entrar de repente en la acci¨®n en los a?os cuarenta, subrayan el horror de aquel lugar.