Catriona Ward, la nueva reina del terror
La escritora estadounidense que creci¨® en medio mundo, pas¨® de lectora de Stephen King a convertirse en una de sus autoras favoritas con novelas que exploran el abismo interior de personajes que temen haberse convertido en monstruos
Cuando ten¨ªa 13 a?os, Catriona Ward (Washington D. C., 42 a?os), la nueva reina del terror yanqui, la escritora a la que un tuit de Stephen King catapult¨® al estrellato del horror literario, se top¨® con un fantasma. Estaba en la cama y recuerda c¨®mo not¨®, ¡°perfectamente¡±, una mano ¡°con sus cinco dedos¡± que la empujaba al suelo. Aterrorizada, la entonces adolescente se meti¨® en la cama de su hermana ¡ªque podr¨ªa perfectamente ser Jack, una de las gemelas protagonistas de su ¨²ltima novela, ...
Cuando ten¨ªa 13 a?os, Catriona Ward (Washington D. C., 42 a?os), la nueva reina del terror yanqui, la escritora a la que un tuit de Stephen King catapult¨® al estrellato del horror literario, se top¨® con un fantasma. Estaba en la cama y recuerda c¨®mo not¨®, ¡°perfectamente¡±, una mano ¡°con sus cinco dedos¡± que la empujaba al suelo. Aterrorizada, la entonces adolescente se meti¨® en la cama de su hermana ¡ªque podr¨ªa perfectamente ser Jack, una de las gemelas protagonistas de su ¨²ltima novela, Sundial (Runas, 2023), pues ¡°se parece tanto a m¨ª que podr¨ªamos ser nosotras tambi¨¦n gemelas¡±, dice¡ª, y cerr¨® el pico. No le cont¨® nada a nadie. Crey¨® que el fantasma se quedar¨ªa en aquella casa cuando se fueran. Pero no lo hizo. La sigui¨®, y fue entonces cuando se dijo que tal vez la embrujada era ella.
Ward pas¨® su infancia yendo de un lado a otro del mundo. Ha vivido en Estados Unidos, Kenia, Madagascar, Yemen y Marruecos. Su padre ten¨ªa un empleo en el que cambiaba de destino cada tres a?os. ¡°Fui una ni?a solitaria que le¨ªa a Stephen King. Siempre me he dicho que sus libros son una especie de lugar seguro para los ni?os raros y solitarios. Tiene un don para captarnos¡±, relata en una entrevista esta semana en Barcelona. As¨ª que creci¨® leyendo demasiado, y aislada por completo en la idea de su familia. ¡°Si las familias en mis novelas se comportan como sectas, es porque en cierto sentido pueden llegar a serlo cuando no consigues conectar con nadie m¨¢s¡±, explica. Las cosas empezaron a cambiar cuando fue a la universidad. Estudi¨® Literatura Inglesa en Oxford. Quer¨ªa escribir, pero no pod¨ªa.
¡°Quiz¨¢ fue el respeto por los cl¨¢sicos. O la sensaci¨®n de que el de la literatura era un club cerrado en el que no iba a ser jam¨¢s bienvenida. El caso es que hab¨ªa escrito mucho de ni?a y adolescente, pero luego empez¨® a darme miedo hacerlo¡±, recuerda. Da un sorbo a un caf¨¦ con leche en una cafeter¨ªa con vistas a la g¨®tica Pla?a del Rei de Barcelona. ?Y el fantasma? ?Segu¨ªa con ella entonces? ¡°Al final lo cont¨¦, mucho tiempo despu¨¦s, y me diagnosticaron par¨¢lisis del sue?o. Sigue ocurri¨¦ndome, pero ahora s¨¦ que no es un fantasma¡±, responde. Y, sin embargo, tal vez sin ¨¦l no hubiera sido escritora de terror. ¡°Necesit¨¦ encerrar esos miedos en una jaula. Eso son los libros para un escritor de terror. Jaulas en las que encerrar nuestros miedos, porque ?sabes? Los escritores de terror le tenemos miedo a todo¡±, confiesa.
Lo que tiene de especial la narrativa de Catriona Ward, el enorme paso adelante ¡ªde gigante endemoniado, pero, a la vez, terriblemente emp¨¢tico¡ª que da lo que escribe, tiene que ver con su voz. O la multiplicidad de ellas. Porque, cuando se lee a Ward, se acaba en la cabeza de aquel que est¨¢ en el centro de la historia, y es siempre una cabeza que miente o podr¨ªa estar haci¨¦ndolo. El cl¨¢sico narrador no fiable, nada cl¨¢sico en su caso. La lectura de cualquiera de sus novelas, empezando por la mutante La ¨²ltima casa de Needless Street (Runas, 2021), se convierte en un viaje repleto de, en sus palabras, ¡°revelaciones¡±, o de giros inesperados, que el lector vive en primera persona, bajando uno a uno los pelda?os del m¨¢s aterrador y oscur¨ªsimo s¨®tano imaginable: uno mismo.
¡°Es cierto que mis personajes tienen miedo de convertirse en monstruos. O de serlo sin saberlo. Somos un misterio. El espacio exterior y el espacio interior son los mayores misterios que existen. La maldad no es innata. Y es aterrador no saber de qu¨¦ est¨¢ hecha en cada caso. C¨®mo se llega a ella¡±, dice. Confiesa que la elecci¨®n de la primera persona ¡ªtambi¨¦n en Sundial, y, a ratos, en su otra novela traducida al espa?ol, La peque?a Eve, adem¨¢s de en La ¨²ltima casa de Needless Street¡ª tiene que ver con su formaci¨®n como actriz. ¡°Vivo dentro de los personajes cuando escribo, y me encanta la idea de obligar al lector a encerrarse en la cabeza de alguien y no poder ver la realidad como es, sino como el personaje la imagina¡±, afirma y sonr¨ªe maliciosamente.
Tambi¨¦n le gusta la idea del fragmento, de que la historia est¨¦ hecha de pedazos de historias. ¡°La literatura g¨®tica est¨¢ hecha de fragmentos de testimonios, y hay algo de eso en lo que escribo¡±, asegura. En Sundial, su novela m¨¢s personal ¡ªque tiene desde el t¨ªtulo un gui?o a su admirada Shirley Jackson, pues ella tambi¨¦n public¨® una llamada as¨ª¡ª, hay una madre con dos hijas que creci¨® en el desierto, en Sundial, un ruinoso laboratorio en el que se experimentaba con animales ¡ªse intentaban crear perros por control remoto, algo que, ¡°ocurri¨® de verdad¡±¡ª, con una tormentosa relaci¨®n con su hermana, y se viaja del pasado al presente, para evidenciar de qu¨¦ forma ¡°somos a veces lo que somos por oposici¨®n a alguien con quien crecimos¡±, apunta la escritora.