Maribel Verd¨²: ¡°Como actriz soy una blazer negra: te saco del apuro, no te fallo y, bien dirigida, te resalto el conjunto¡±
La actriz, de 52 a?os, celebra este oto?o 40 de carrera con el premio del Festival de Santander, su incorporaci¨®n a la serie ¡®?lite¡¯ y el estreno de ¡®Invitaci¨®n a un asesinato¡¯
Llega a la cita, puntual¨ªsima, tras caminar una hora por las calles de un Madrid t¨®rrido desde su casa hasta el fin¨ªsimo hotel donde quedamos. Viste de trapillo veraniego con una falda larga y una camiseta imperio y no lleva ni gota de maquillaje bajo su sombrerillo de playa. Aun as¨ª, el camarero la reconoce en el acto y se desvive por complacerla. Sigue minuciosamente sus instrucciones para prepararle la ¡°limonada¡± que pide, aunque no figure en la carta, y la somete a su examen como si Verd¨² fuera l...
Llega a la cita, puntual¨ªsima, tras caminar una hora por las calles de un Madrid t¨®rrido desde su casa hasta el fin¨ªsimo hotel donde quedamos. Viste de trapillo veraniego con una falda larga y una camiseta imperio y no lleva ni gota de maquillaje bajo su sombrerillo de playa. Aun as¨ª, el camarero la reconoce en el acto y se desvive por complacerla. Sigue minuciosamente sus instrucciones para prepararle la ¡°limonada¡± que pide, aunque no figure en la carta, y la somete a su examen como si Verd¨² fuera la gran jueza de un concurso de c¨®cteles. Ella sonr¨ªe, hace como si tanto agasajo fuera normal y charla por los codos con y sin grabadora por medio con esa confianza que otorga, a veces, haber coincidido alguna vez en el camino a ambos lados de la misma. Al irnos, el azorado barman ni confirma ni desmiente que vaya a incorporar la limonada Maribel Verd¨² a la oferta de refrescos del hotel como nota de prestigio. Puede que en eso consista ser una cl¨¢sica viva.
Premio, serie, pel¨ªcula. Menuda cosecha de septiembre.
Y en octubre cumplo 40 a?os de carrera, t¨ªa. Me he pasado la vida cosechando porque llevo toda la vida labrando y sembrando. A veces la cosecha se echa a perder y otras es maravillosa. Pero cada a?o creo que es la ¨²ltima.
?S¨ªndrome de la impostora a estas alturas de sus docenas de pel¨ªculas?
Te lo juro. Y no es falsa modestia. A veces pienso en los personajes tan vers¨¢tiles que he hecho, y me pregunto qu¨¦ va a quedar. La inseguridad va unida a este oficio.
La entrevist¨¦ a sus 16 a?os, antes de salir a escena como do?a In¨¦s en una representaci¨®n del Don Juan [le muestro un v¨ªdeo del momento]. ?Qu¨¦ ve en esa Maribel adolescente?
Veo a una ni?a repelente y cursi, que quer¨ªa hacerlo todo perfecto y agradar a todo el mundo. Por otra parte, me muero de la ternura. Esa vocecita: tan aplicada, tan repipi, tan entregada. Algo que no se me ha quitado es la capacidad de ilusionarme con las cosas y esa vena tan vehemente para todo.
?Nunca ha actuado de oficio?
No. S¨¦ que he hecho cosas mejores y peores, pero no s¨¦ hacer nada a medias. Pongo toda la carne en el asador. Luego el resultado no depende solo de una.
?Qu¨¦ hace falta para aguantar 40 a?os en la ¨¦lite de su profesi¨®n?
Suerte, resistencia y profesionalidad.
Esa se da por supuesta.
No te creas. Yo llego a la hora, con el guion aprendido, bien dispuesta, creo buen ambiente con los compa?eros y doy cero problemas. No todo el mundo lo hace.
Alg¨²n dengue de diva tendr¨¢.
S¨ª, te reconozco que, cuando acabo de grabar, no soporto que me hagan esperar. Una cosa por otra.
Despu¨¦s de resistirse a rodar fuera y en ingl¨¦s, ahora no deja de hacerlo. ?Qu¨¦ le ha pasado?
Me pas¨® la pandemia. Perd¨ª el miedo de cuajo. Una cosa es la inseguridad y otra el miedo. Y yo ten¨ªa miedo del que paraliza. En la pandemia dos personas muy cercanas estuvieron a punto de palmarla y me di cuenta de que no somos nada. En un hospital, con la batita, somos todos igual de vulnerables. ?Y voy a tener miedo a que no me salga bien un papel o la cr¨ªtica me ponga mal? Mira, me da igual, no me voy a perder hacer nada por eso. Me cambi¨® la cabeza. Solo tengo miedo a perder la salud o la de los m¨ªos. Ahora soy due?a de mi vida.
De su papel de madre del h¨¦roe en ¡®The Flash¡¯, se destaca su ¡°mirada latina¡± ?Eso qu¨¦ es lo que es?
Es una mirada cero fr¨ªa, muy apasionada y muy c¨¢lida. Los latinos somos casa. Nos abrazamos, nos miramos, hablamos, nos besamos. Yo soy casa. Andr¨¦s Muschietti me dijo: ¡°tienes que mirar a tu hijo con cari?o, dulzura y ternura. T¨² tienes todo eso de serie en los ojos, y no lo voy a encontrar en una rubia americana de ojos azules¡±.
Hablando de besos. ?C¨®mo vio el de Rubiales a Jenni Hermoso en el podio de S¨ªdney?
Como lo que es: un abuso de poder. Imag¨ªnate que me dan el Goya, despu¨¦s de 5 nominaciones y el presidente de turno de la Academia me coge la cabeza y me planta un beso en la boca delante del notario y de todo el mundo sin yo quererlo. Ser¨ªa inaudito. Me da la sensaci¨®n de que lo de Rubiales ha sido la gota que ha colmado el vaso. Esos abusos de poder existen en todos los ¨¢mbitos laborales: en el cine, en el f¨²tbol, en los peri¨®dicos y en los centros comerciales. Que ya no se toleren es la gran noticia. Sobre todo en un deporte y un espect¨¢culo como el f¨²tbol, que mueve masas. La pena es que, por ese impresentable, las futbolistas no hayan disfrutado del reconocimiento que merecen como campeonas del mundo.
Hay mujeres actrices, y mujeres a secas, que se quejan de que, a partir de los 50, se vuelven ¡®invisibles¡¯. ?Ha notado el tr¨¢nsito?
Claro que lo he notado, las cosas no est¨¢n como a los 20. Pero si me quejara de invisibilidad ser¨ªa una falsa. Se me sigue viendo, pero tambi¨¦n porque yo soy una polilla: voy hacia la luz y la luz, en escena, lo es casi todo. Soy objetiva y s¨¦ que soy una de las tres o cuatro que no hemos parado de trabajar. Emma Su¨¢rez, que es un referente para m¨ª, y veo que se puede cumplir a?os y seguir haciendo personajes visibles, interesantes, llenos de aristas y de matices.
?Y usted, se siente referente?
Para nada, no tengo esa sensaci¨®n. No soy referente de nada ni de nadie. Quiz¨¢ porque vengo de donde vengo. ?T¨² sabes lo que es trabajar con Fernando Rey, con la Ponte, con Florinda Chico? He trabajado con esos monstruos, he aprendido de ellos y los he ido enterrando. Ahora soy la mayor en los rodajes. Y lo he asumido de forma natural, vas madurando fuera y dentro de la escena, forma parte de la vida.
Ahora es usted la cl¨¢sica.
No, por Dios, pero es cierto que algo ha cambiado. Muchos actores j¨®venes no saben qui¨¦n es Billy Wilder ni han visto El padrino. Pero otros te dan mil vueltas. Mirela Balic, la chica que hace de mi hija en ?lite tiene 24 a?os, habla cuatro idiomas y toca dos instrumentos. Por cierto, que mi personaje en ?lite es uno de los m¨¢s interesantes que he hecho, lo he disfrutado much¨ªsimo. Otra vez mis miedos. Con la pandemia, tambi¨¦n, perd¨ª los prejuicios.
Cont¨® que hab¨ªa hecho el amor antes en una escena de cine que en la vida real. ?Hasta qu¨¦ punto han influido sus vivencias en su forma de actuar?
El sufrimiento, el gozo, la experiencia, se te van posando en los ojos. La mirada te cambia de repente. En la primera pel¨ªcula que yo me vi eso en los ojos fue en El laberinto del fauno. Ven¨ªa de dos a?os en los que me hab¨ªan pasado muchas cosas muy duras en Espa?a. Cuando volv¨ª al cine con esa pel¨ªcula, me hab¨ªa hecho mayor. Hab¨ªa muchas cosas dentro de esos ojos.
?C¨®mo se llevan esos baches?
Eligiendo el camino para no convertirme en una amargada ni una resentida, que es lo ¨²ltimo en la vida: ser una quejica. La actitud y el c¨®mo llevas los reveses son fundamentales.
?Es de las que llaman si no la llaman para trabajar?
Quiero ser productora ejecutiva y tengo alg¨²n proyecto en ese sentido. Antes tengo muchas ganas de trabajar con [Nacho] Vigalondo, y con la Coixet [Isabel], porque me dicen que crean atm¨®sferas incre¨ªbles y quiero formar parte de eso, pero no me sale escribirles, soy incapaz, me muero de la verg¨¹enza.
Bueno, ahora se est¨¢ postulando.
Lo que estoy es declar¨¢ndome. Soy igual de apasionada como actriz que como espectadora o lectora. Para lo bueno y para lo malo, lo magnifico todo. Cuidado conmigo, no soy de t¨¦rminos medios.
El camarero, al reconocerla, se ha azorado. ?Se azora usted tambi¨¦n?
S¨ª, qu¨¦ mono. No me gusta la lisonja: me azora, me paraliza y me quiero meter debajo de la mesa, pero el cari?o se agradece. Mira, este hotel es relativamente nuevo, pero, hace un a?o, me llamaron porque iban a reformar uno de toda la vida, quer¨ªan decorarlo con retratos de iconos de Madrid: desde la Puerta de Alcal¨¢ hasta Alaska, y me pidieron permiso para poner el m¨ªo. Al principio, me dio cosa, pero luego me hizo ilusi¨®n. Dije: qu¨¦ co?o, pues es verdad. Soy parte del paisaje.
?Un fondo de armario?
Exacto, me encanta eso. Soy un fondo de armario como actriz. Una blazer negra, t¨ªa. Una buena, no de esas cutres de poli¨¦ster. Una que no se pasa de moda. Te saco del apuro, no te fallo y, bien dirigida, resalto el conjunto.
ACTRIZ DE '?LITE'
Durante décadas, Maribel Verdú (Madrid, 52 años) se resistió, por motivos diversos, pero no tan diferentes, a dar el salto al cine anglosajón y a participar en determinados productos televisivos de masas. Sus cautelas tenían un denominador común: el miedo. A no llegar a cumplir con las expectativas propias o ajenas, o a pasarse. Las incertidumbres y los varapalos personales y colectivos de la pandemia acabaron con eso y ahora Verdú se atreve a todo y con todo y, además, lo disfruta. La niña que empezó siendo la más joven en todos los rodajes es ahora, muchas veces, la más veterana. Pero conserva, dice, la ilusión y las ganas de la principiante.