Rosa Montero: ¡°?M¨¢s periodismo? Me queda poco tiempo de vida y quiero hacer lo que me caliente m¨¢s el coraz¨®n¡±
La escritora recupera sus cr¨®nicas de los setenta y ochenta, el retrato de una Espa?a llena de problemas que no tem¨ªa el futuro
Rosa Montero se asom¨® casi por azar a sus cr¨®nicas m¨¢s antiguas y lo que vio en ellas fue el retrato de una Espa?a distinta y a la vez pareja a la actual; tan lejos en el tiempo como cerca en errores (la droga) o en temas de una m¨²sica popular (zorra) que se repiten; tan esperanzada como cargada de problemas. La escritora (Madrid, 73 a?os), premio nacional de las Letras Espa?olas en 2017, los rele...
Rosa Montero se asom¨® casi por azar a sus cr¨®nicas m¨¢s antiguas y lo que vio en ellas fue el retrato de una Espa?a distinta y a la vez pareja a la actual; tan lejos en el tiempo como cerca en errores (la droga) o en temas de una m¨²sica popular (zorra) que se repiten; tan esperanzada como cargada de problemas. La escritora (Madrid, 73 a?os), premio nacional de las Letras Espa?olas en 2017, los reley¨® como si fueran relatos de aquellos tiempos y por ello decidi¨® publicarlas bajo el t¨ªtulo " target="_blank">Cuentos verdaderos (Alfaguara). Lo dedica a ¡°todos los trabajadores de EL PA?S¡± por los que hicieron y hacen posible el trabajo.
Pregunta. Cuenta que llamaba a cobro revertido para bloquear el tel¨¦fono p¨²blico y que no lo pudieran usar los dem¨¢s periodistas.
Respuesta. ?Es buen¨ªsimo! Eso me lo ense?¨® un viejo periodista de guerra. Cuando vino el Papa ¨¦ramos 300 periodistas para ocho tel¨¦fonos p¨²blicos y aprend¨ª eso. As¨ª que cuando llegaba a dictar mi cr¨®nica hab¨ªa una masa de periodistas alrededor que cog¨ªan el aparato y se encontraban con que al otro lado estaba¡ ?la secretaria de EL PA?S! Comprendo que era un truco sucio, pero era inevitable [r¨ªe a carcajadas].
P. ?Qu¨¦ fue lo m¨¢s dif¨ªcil?
R. El Nani [la desaparici¨®n de un delincuente a manos de la polic¨ªa]. Era un juicio demasiado importante, hab¨ªa que escribir sobre la marcha, ma?ana y tarde, con una complejidad del cop¨®n, porque los acusados se volv¨ªan para acojonarte. Afrontaban delitos terribles como tortura, asesinato y pod¨ªan utilizar cualquier error para meterte una querella. Era una tensi¨®n de tal calibre que cada vez que lograba mandar la cr¨®nica no pod¨ªa respirar ni moverme. Un pelotazo de adrenalina.
P. ?Se ha reconocido al releerse?
R. S¨ª, pero no me acordaba de casi nada. Son cr¨®nicas de hace 35 a 45 a?os y he tenido la sorpresa de recuperar la Espa?a de aquella ¨¦poca, la falta de construcci¨®n democr¨¢tica, la cantidad de chorizos que hab¨ªa. En la gira de Miguel R¨ªos, por ejemplo, era alucinante, todo era tan casposo, mafioso¡ Y a la vez tan parecido en tantas cosas: el caso de Las Vulpes cuando cantaron Me gusta ser una zorra y la canci¨®n de ahora; el asesinato de Teresa Mestre y un descuartizamiento reciente como el de Daniel Sancho; el regreso de la droga¡
Son cr¨®nicas de hace 35 a 45 a?os y he tenido la sorpresa de recuperar la Espa?a de aquella ¨¦poca, la falta de construcci¨®n democr¨¢tica, la cantidad de chorizos que hab¨ªa¡±
P. ?Era una Espa?a mejor o peor?
R. Espa?a era peor. Otra cosa es que el mundo ahora ha empeorado y los coletazos de ello tambi¨¦n nos afectan. Ten¨ªamos esperanza en el futuro. Creo que Caparr¨®s dec¨ªa que las sociedades se dividen entre las que tienen esperanza en el futuro o miedo al futuro. Entonces est¨¢bamos en un mundo que ten¨ªa esperanza. Hoy, hay miedo al futuro. Pero este es un pa¨ªs mucho m¨¢s asentado democr¨¢ticamente. Lo de Las Vulpes le cost¨® el trabajo a Carlos Tena y la presi¨®n acab¨® con ellas. Y hoy el t¨ªtulo de ¡°zorra¡± suena antiguo, est¨¢ superado. Esta pol¨¦mica es peque?a, la otra s¨ª que lo fue, ah¨ª hay avance. Pero en el devenir mundial todo ha empeorado. Como el ascenso de la extrema derecha.
P. Ayer fue 11-M. ?Qu¨¦ habr¨ªa pasado hace 20 a?os si hubiera existido Vox?
R. Con Vox y las redes habr¨ªa habido muertes.
P. ?Qu¨¦ hicimos bien en los setenta?
R. Fue la primera vez en nuestra historia que hubo un acuerdo de estado. Gerald Brenan dec¨ªa en El laberinto espa?ol que en Espa?a no hay sentido de lo social, que es un pa¨ªs de hordas, tribal. Y en los a?os setenta fue la primera vez, y a lo peor la ¨²ltima, en que el 98% de la poblaci¨®n dijo: se acab¨® esta historia fratricida de dos siglos, vamos a construir Estado y lo hicimos. Fue un momento de gloria. Ten¨ªamos todas las papeletas para ser como la antigua Yugoslavia: sociedades, culturas, lenguas distintas, divergentes, unidas forzosamente por una dictadura igual de larga que cuando cay¨® se empezaron a matar. Y no fue as¨ª.
En 1992 ten¨ªamos que haber hecho otra cosa. Haber empezado el tema de la memoria hist¨®rica y no taparla¡±
P. ?Y qu¨¦ hicimos mal?
R. No hicimos nada mal. En ese momento hicimos lo mejor posible con los mimbres que ten¨ªamos. Hasta las amnist¨ªas. Pero despu¨¦s, en 1992, ah¨ª s¨ª que ten¨ªamos que haber hecho otra cosa. Haber empezado el tema de la memoria hist¨®rica y no taparla. Pero en ese primer momento no se pod¨ªa hacer. Quince a?os despu¨¦s se pudo hacer y no se hizo.
P. Describe una polic¨ªa que daba miedo.
R. Much¨ªsimo miedo, torturaban, se pasaban los derechos de la gente¡ aplicaban la ley antiterrorista a delincuentes comunes y nadie dec¨ªa nada, los m¨¦dicos tampoco. Todo el sistema estaba corrupto, eran unas alcantarillas brutales. Hoy est¨¢n arriba en valoraci¨®n y con raz¨®n, porque se profesionalizaron. Yo que me paso la vida por el mundo y no me f¨ªo de la polic¨ªa en casi ning¨²n lado, aqu¨ª s¨ª.
P. Narra la peor ¨¦poca de la droga. ?Por qu¨¦ ha vuelto?
R. Parece que olvidamos como sociedad. Por un lado, hemos avanzado y qu¨¦ fr¨¢gil es todo a la vez. Por eso hay que defenderlo cada d¨ªa.
P. ?Qu¨¦ le ha dado el periodismo?
R. Algo maravilloso: la capacidad de seguir aprendiendo toda la vida. Si te especializas, te cierras a gran parte del mundo. Puedes ser un crack de la mosca del vinagre, pero del resto ni mu. Y yo tengo una curiosidad total, de 360 grados, me interesa pr¨¢cticamente todo y el periodismo me da esa posibilidad. Yo siempre he sido una generalista, una plumilla. Tambi¨¦n te da la posibilidad de viajar al otro, a los otros. Me encanta la gente, es lo que m¨¢s me interesa.
P. ?Lo echa de menos?
R. Nada, cero. Empec¨¦ con 19 a?os, tengo toneladas de papeles con todo lo que he publicado. Y ya est¨¢. Uno hace cosas y tiene que seguir haciendo otras. Me queda poco tiempo de vida y quiero hacer las cosas que me calienten m¨¢s el coraz¨®n.
P. Que son¡
R. Escribir novela o ensayo, leer, escuchar m¨²sica, pasear por el monte, vivir con los amigos¡
P. ?El periodismo era m¨¢s valiente entonces?
R. Mucho m¨¢s valiente. El caso de Herrera de la Mancha, c¨¢rcel en la que dos funcionarios me contaron las torturas sistem¨¢ticas y luego vinieron al peri¨®dico a retirar sus nombres, hoy no se habr¨ªa publicado. Pero lo hicimos. Entonces todos arriesg¨¢bamos, intent¨¢bamos cambiar la sociedad. Era una elecci¨®n, era consciente.
P. Solo ha corregido las erratas. Los lectores suelen creer que antes no hab¨ªa como ahora. ?Han mitificado ese pasado?
R. Totalmente. Yo no me acordaba, pero hab¨ªa erratas todo el rato, brutales, p¨¢rrafos cambiados de lugar, l¨ªneas que faltaban¡ La cantidad de erratas era incomparable.
Siempre he tenido debilidad por lo canalla y lumpen, en mi literatura tambi¨¦n¡±
P. ?La cr¨®nica a la que m¨¢s cari?o tiene?
R. La de Manolita Chen, porque siempre he tenido debilidad por lo canalla y lumpen, en mi literatura tambi¨¦n. En ese mundo marginal la realidad de la vida est¨¢ m¨¢s a flor de piel que en nuestro mundo m¨¢s burgu¨¦s, donde todo est¨¢ m¨¢s matizado, oculto, maquillado. Ah¨ª est¨¢ en carne viva.
P. ?Se ha arrepentido de algo?
R. Hay algo que ten¨ªa que haber quitado, entonces y ahora. En esa cr¨®nica digo de una de las chicas jovencitas: ¡°Tiene un cuerpo magn¨ªfico y cara de rat¨®n¡±. ?Por qu¨¦ puse eso? Pobrecita. Y ahora si lo lee la volver¨¢ a herir. Es lo ¨²nico.
P. ?Y c¨®mo ha visto su escritura?
R. Tiene una estructura de ficci¨®n, muy literaturizada. Parecen relatos. Ahora ya no se escribe as¨ª porque lleva mucho m¨¢s tiempo. Para contar en una l¨ªnea peque?a que alguien se pidi¨® un carajillo en el bar tienes que haber estado ah¨ª.
P. Ahora resolvemos mucho por Zoom. ?Har¨ªa periodismo por Zoom?
R. Nada de nada de nada.
Montero se despide y en la mesa de banquetas altas de una cafeter¨ªa de la puerta de Alcal¨¢ no quedan restos de carajillo, sino de t¨¦. Hasta su siguiente libro.