De ¡®El se?or de los anillos¡¯ a ¡®Dune¡¯: c¨®mo se crea una lengua
Los constructores de nuevos vocabularios para historias de ficci¨®n detallan c¨®mo se han inventado el chakobsa o el valyrio
Los fremen de la pel¨ªcula Dune viven en el desierto, donde acogen a Paul Atreides, el protagonista de la saga, y hablan en chakobsa. En los libros de Frank Herbert, la lengua aparece en frases y palabras sueltas, pero para las pel¨ªculas dirigidas por Denis Villeneuve, y sobre todo para la segunda, hac¨ªa falta algo m¨¢s, as¨ª que los ling¨¹istas Jessie y David J. Peterson crearon una lengua completa, con su vocabulario, morfolog¨ªa y gram¨¢tica.
Como ...
Los fremen de la pel¨ªcula Dune viven en el desierto, donde acogen a Paul Atreides, el protagonista de la saga, y hablan en chakobsa. En los libros de Frank Herbert, la lengua aparece en frases y palabras sueltas, pero para las pel¨ªculas dirigidas por Denis Villeneuve, y sobre todo para la segunda, hac¨ªa falta algo m¨¢s, as¨ª que los ling¨¹istas Jessie y David J. Peterson crearon una lengua completa, con su vocabulario, morfolog¨ªa y gram¨¢tica.
Como explican en videollamada, para un libro no siempre es necesario construir todo un idioma: ¡°El autor puede controlar lo que el lector oye y ve¡±, explica David, y quiz¨¢s le baste con recurrir a soluciones como ¡°hablaron en su lengua¡±. Pero en una serie o en una pel¨ªcula no es tan f¨¢cil usar t¨¦cnicas similares porque el espectador ve lo que las c¨¢maras muestran. Por eso a menudo no basta con alguna frase m¨¢s o menos ¨¦pica, como vii minaazashaho vejii ho Chausij? (?de verdad piensas que es el elegido?). Tambi¨¦n hay que saber decir ¡°buen caf¨¦, amigo¡± (oggori cheshii, e akshahii), adem¨¢s de construir una estructura que ayude a crear frases y palabras nuevas si hacen falta.
Los Peterson part¨ªan de algunos t¨¦rminos incluidos en las novelas de Herbert, en una lengua con influencias del roman¨ª, de las lenguas eslavas y con t¨¦rminos procedentes del ¨¢rabe. Estos elementos les sirvieron como punto de partida, en un trabajo similar al que hizo David en solitario con el dothraki y el alto valyrio para la serie Juego de tronos, a partir del material que dej¨® George R. R. Martin en sus libros.
Aunque no se parta de cero, construir una lengua es una tarea que parece inabarcable. ?Por d¨®nde comenzamos? ?Basta con inventar una lista de palabras? ?C¨®mo se construye una gram¨¢tica? ?C¨®mo ha de sonar? Estos son algunos de los pasos que siguen los constructores de lenguas, los ideoling¨¹istas (o, en ingl¨¦s, conlangers, de conlang, constructed language):
1. Los precursores. Hay idiomas construidos desde mucho antes de las sagas fant¨¢sticas y de ciencia ficci¨®n: hace unos nueve siglos, la religiosa y fil¨®sofa Hildegarda de Bingen invent¨® su lingua ignota. Esta lengua, como explica David J. Peterson en su libro The Art of Language Invention (El arte de inventar lenguas), era m¨¢s bien una lista de palabras parecidas al lat¨ªn y creadas con objetivos religiosos y est¨¦ticos, pero ya es una primera muestra de c¨®mo los m¨¢s de 7.000 idiomas que se hablan en el mundo se nos pueden quedar cortos.
Precisamente, algunos de los primeros constructores de lenguas quer¨ªan poner algo de orden tras la ca¨ªda de la torre de Babel. Como escribe Umberto Eco en La b¨²squeda de la lengua perfecta, en los siglos XVII y XVIII hubo decenas de intentos de crear una lengua l¨®gica universal que evitara las diferencias sem¨¢nticas y que nos ayudara a llegar a conclusiones razonadas e indiscutibles. Sin embargo, el trabajo de pensadores como John Wilkins, Joachim Becher y Cave Beck no resolvieron ninguna gran disputa filos¨®fica. Tampoco cuajaron los intentos filantr¨®picos de construir una lengua auxiliar internacional que ayudara a evitar los conflictos internacionales, como el volap¨¹k, construido en 1879 por el religioso alem¨¢n Johann Martin Schleyer, y el esperanto, que cre¨® en 1887 Ludwik Lejzer Zamenhof.
El primer escritor en usar una lengua construida casi del todo para sus obras fue el brit¨¢nico J. R. R. Tolkien. El autor de El se?or de los anillos, publicado en 1954, trabaj¨® durante d¨¦cadas en un vocabulario y una gram¨¢tica para lenguas ¨¦lficas como el sindarin y el quenya.
2. Lo primero: la cultura. En su libro, Peterson destaca la importancia que daba Tolkien a la historia y a la cultura: las lenguas no son solo experimentos y juegos mentales (aunque tambi¨¦n puedan serlo), sino que nacen en una sociedad y evolucionan con ella. Esta historia puede ser la nuestra, si queremos inventar, por ejemplo, otra lengua derivada del lat¨ªn, pero tambi¨¦n puede situarse en un mundo completamente diferente, como ocurre con las lenguas de Juego de Tronos. Podemos incluso construir lenguas de civilizaciones alien¨ªgenas, como hizo David J. Peterson para la serie Defiance, donde cre¨® cinco idiomas para extraterrestres humanoides.
En el caso de Dune, Jessie y David J. Peterson tuvieron que distanciarse de algunas ideas de las novelas, al tener en cuenta lo que sabemos de c¨®mo evoluciona el lenguaje: en los libros, muchas de las palabras del planeta Arrakis son id¨¦nticas a las que se usan actualmente en la Tierra, a pesar de que se supone que han pasado miles de a?os. ¡°No es razonable que sean reconocibles¡±, explica David.
Algunos constructores de lenguas crean tambi¨¦n mundos enteros, como el escritor estadounidense Mark Rosenfelder, que es autor del verduriano, una lengua hablada por 55 millones de personas en el planeta Almea, donde transcurre su novela In the Land of Babblers. En videollamada, Rosenfelder cuenta que cuando trabaja una lengua nueva, parte de una cultura muy detallada y tiene en cuenta la geograf¨ªa, la econom¨ªa, las costumbres y la historia de los hablantes.
3. Hay que sentar las bases. Jessie y David J. Peterson explican que ellos prefieren empezar con el sistema de sonidos y luego pasan a la morfolog¨ªa, la sintaxis y el resto de la gram¨¢tica. Intentan ir de lo m¨¢s b¨¢sico a lo m¨¢s complejo, para crecer desde cimientos s¨®lidos.
Hay decenas de preguntas. ?Qu¨¦ consonantes y vocales necesitamos? ?Hay casos como en el lat¨ªn? ?El orden de los elementos de la frase es fijo? ?C¨®mo se indica el plural? ?C¨®mo se conjugan los verbos? ?Necesitamos un sistema de escritura diferente, como en el chakobsa? Incluso puede ser una lengua de signos. Para Dune, los Peterson tambi¨¦n crearon el idioma de batalla de los Atreides, aunque en este caso se trata m¨¢s de un c¨®digo que de una lengua.
Y construir palabras, la parte favorita de Jessie Peterson, no consiste solo en inventarse una lista de t¨¦rminos que suenen raro: ¡°No se trata de decir, por ejemplo, que esta palabra significa ¡®hoja¡¯, sino de conocer la estructura de las palabras y aplicarla¡±. Es algo parecido a c¨®mo en espa?ol no solo adoptamos palabras nuevas (tuit) sino que creamos derivados de forma natural (tuitear, tuitero, tuitazo).
Una pregunta que no tiene f¨¢cil respuesta es cu¨¢ndo parar, cu¨¢ndo podemos decir que la lengua ¡°est¨¢ terminada¡±. La respuesta suele ser cuando el ideoling¨¹ista (o el productor de la pel¨ªcula) deciden que ya es suficiente. Que puede ser nunca: Rosenfelder sigue trabajando en su verduriano casi 30 a?os despu¨¦s de que publicara esta lengua en su web por primera vez.
4. ?Para qu¨¦ estamos construyendo una lengua? Solo unas pocas lenguas se crean para una obra de ficci¨®n. Aparte de las mencionadas se pueden a?adir el na¡¯vi de Avatar, creado por el ling¨¹ista Paul Frommer, y el klingon, construido por Marc Okrand para Star Trek. Esta es una de las lenguas m¨¢s conocidas y populares, con traducciones de Shakespeare, diccionarios y obras originales, adem¨¢s de cursos en apps de idiomas.
Rosenfelder explica que crear una lengua completa para una novela o una serie, propia o ajena, no siempre es necesario, aunque ¡°puede a?adir atractivo y realismo¡±. Pero hay miles de ideoling¨¹istas que construyen lenguas solo por placer y sin pensar en que puedan terminar en una pel¨ªcula o un libro, propio o ajeno. Comparten sus creaciones en foros, donde reciben comentarios de otros ideoling¨¹istas para mejorar su trabajo, y a menudo se inician con la gu¨ªa online de Rosenfelder, publicada en su web en 1996 y luego ampliada en varios libros.
Algunas de las lenguas favoritas de los Peterson son precisamente las inventadas por aficionados solo por placer. En su libro, David habla de una lengua inventada por Denis Moskowitz, el rickchik, para una raza de pulpos extraterrestres inteligentes que se comunican con sus siete tent¨¢culos. Rosenfelder a?ade el ejemplo del fith, creada por Jeffrey Henning y con una estructura similar a la de algunos lenguajes de programaci¨®n. Como explica Jessie Peterson, ¡°cuando alguien construye una lengua puede expresar creatividad en todo el proceso¡±. En su opini¨®n, se trata de ¡°la forma definitiva de jugar con el lenguaje¡±.