¡®Dune: parte dos¡¯: tan solemne como la primera, pero m¨¢s emocionante
Sus naves espaciales rotundas como catedrales, el golpeo desgarrado de las cuerdas y la percusi¨®n de la banda sonora de Hans Zimmer y el peso de sus intrigas palaciegas no dejan apenas lugar para el bostezo
La novela original de Frank Herbert no es f¨¢cil de leer. Y no por su prosa, sino por ese rosario de nombres, idiomas, planetas, lugares, cargos, dinast¨ªas y relaciones entre personajes. La pel¨ªcula original de Denis Villeneuve, correspondiente a la primera mitad del libro, tampoco era f¨¢cil de ver, con sus 155 minutos de gravedad, su aplastante solemnidad, sus tonos marrones y gris¨¢ceos, y su total ausencia de efervescencia y de sentido de la frescura.
Sin embargo, el volumen de Herbert, completado despu¨¦s con cinco novelas m¨¢s, ha ido aglutinando a una legi¨®n de fan¨¢ticos de varias generaciones alrededor de su universo, y la adaptaci¨®n del director canadiense, sobreponi¨¦ndose al fracaso de Alejandro Jodorowsky en su formaci¨®n y a la fallida traslaci¨®n de David Lynch de 1984, se convirti¨® en un ¨¦xito de p¨²blico (400 millones de euros en todo el mundo), de cr¨ªtica y de premios (diez nominaciones a los Oscar y seis galardones). Ambos triunfos con moderado merecimiento. De modo que, despu¨¦s de la prudencia inicial en la producci¨®n (solo se har¨ªa la segunda entrega si se daba bien la primera), llega Dune: parte dos, con semejante sabor cinematogr¨¢fico y casi exacto tono de suntuosidad.
La ciencia ficci¨®n adulta es (casi) siempre as¨ª. Pompa y circunstancia. Y aqu¨ª hay mucho de ambas en sus quiz¨¢ injustificables dos horas y tres cuartos de duraci¨®n, sostenidas por la capacidad visual del autor de las magn¨ªficas Sicario, Prisoners y Enemy, por el excelente reparto, carisma en todas sus esquinas, y por los matices pol¨ªticos y religiosos de un relato en el que solo alg¨²n gui?o interpretativo de Javier Bardem a?ade unas gotas de sentido del humor. Sus naves espaciales rotundas como catedrales, el golpeo desgarrado de las cuerdas y la percusi¨®n de la banda sonora de Hans Zimmer (en el pase de prensa en la peque?a sala de Warner temblaban las butacas, literalmente) y el peso de sus intrigas palaciegas no dejan apenas lugar para el bostezo.
A la contra, como tambi¨¦n le ocurr¨ªa a La llegada y a Blade Runner 2049, pese al esfuerzo t¨¦cnico y art¨ªstico, Villeneuve sigue sin legar im¨¢genes perdurables para la historia del cine con Dune (como s¨ª lo es su ara?a de Enemy), en parte porque a veces da la impresi¨®n de que le faltan im¨¢genes a sus mejores creaciones de planos concretos (el manejo del tempo en montaje), como por una cierta impaciencia, y en parte tambi¨¦n porque algunas de las m¨¢s fascinantes quedan emborronadas por la obstinaci¨®n digital, y ah¨ª la multiplicaci¨®n de multitudes en la secuencia de la lucha del personaje de Austin Butler en el coliseo ejerce de paradigma.
El poder de Herbert y de Villeneuve y sus coguionistas para sellar frases como l¨¢pidas sigue intacto (¡°El sentido de la vida no es un problema a resolver, sino una realidad a experimentar¡±, se dec¨ªa en la primera entrega). Tambi¨¦n los interesantes paralelismos entre Jesucristo y Paul Atreides, el rol de Timoth¨¦e Chalamet: ese mes¨ªas que en la primera parte estaba a punto de rebelarse por su condici¨®n de elegido y que ahora, m¨¢s consciente, debe pasar por una serie de pruebas en las dunas al igual que el hijo de Dios en la soledad del desierto, tentado por el Diablo. Y a¨²n m¨¢s, las sugestivas concomitancias entre los Fremen del planeta Arrakis del a?o 10191 y cualquier pueblo oprimido de la historia de la humanidad, que en nuestra contemporaneidad llevar¨¢n a no pocas mentes del p¨²blico hasta Gaza. Una sensaci¨®n agudizada adem¨¢s por los nombres de matices ¨¢rabes y por esos t¨²neles secretos para defenderse ante el opresor, que tambi¨¦n pueden retrotraer incluso al Vietcong frente a EE UU (recordemos que la novela es de 1965).
Dune: parte dos es de una severidad a veces excesiva y entre las pruebas en el desierto y la batalla final le sobra metraje por varios flancos. Pero tambi¨¦n es s¨®lida, atractiva y m¨¢s emocionante que la primera entrega. Villeneuve parece que quiere seguir adaptando las novelas de Herbert. Tiene para toda una carrera y hasta para las de sus herederos. Y ojo porque la siguiente novela, El Mes¨ªas de Dune, convierte al oprimido en opresor. Y eso suena tambi¨¦n a nuestra contemporaneidad en la zona de Oriente Pr¨®ximo.
Dune: parte 2
Dirección: Denis Villeneuve.
Intérpretes: Timothée Chalamet, Zendaya, Rebeca Fergusson, Javier Bardem.
Género: ciencia ficción. EE UU, 2024.
Duración: 166 minutos.
Estreno: 1 de marzo.
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