Taylor Swift y el clich¨¦ de los poetas torturados
El nuevo disco de la superestrella, ¡®The Department of Tortured Poets¡¯, colabora a extender el t¨®pico de la poes¨ªa como ¨¢mbito de la melancol¨ªa desgarrada y la intensidad sentimental
¡°He escrito mucha poes¨ªa torturada en los ¨²ltimos dos a?os y quer¨ªa compartirla con vosotros¡±, escribi¨® la superestrella del pop Taylor Swift en la red social X el pasado 19 de abril. Anunciaba as¨ª su nuevo doble ¨¢lbum (nadie esperaba que fuera doble) y adjuntaba la portada: blanco y negro, un claroscuro tipo Caravaggio en el que la estadounidense aparece en una postura notablemente torturada: los ojos cerrados, la boca entreabierta, abrazando su propia cabeza con languidez y hondura.
El ¨¢lbum se titula ...
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¡°He escrito mucha poes¨ªa torturada en los ¨²ltimos dos a?os y quer¨ªa compartirla con vosotros¡±, escribi¨® la superestrella del pop Taylor Swift en la red social X el pasado 19 de abril. Anunciaba as¨ª su nuevo doble ¨¢lbum (nadie esperaba que fuera doble) y adjuntaba la portada: blanco y negro, un claroscuro tipo Caravaggio en el que la estadounidense aparece en una postura notablemente torturada: los ojos cerrados, la boca entreabierta, abrazando su propia cabeza con languidez y hondura.
El ¨¢lbum se titula The Tortured Poets Department (El departamento de los poetas torturados) y viene a extender entre su p¨²blico masivo (los swifties) un clich¨¦ que acompa?a a la poes¨ªa: la figura del poeta arrebatado y doliente, pasional, hecho una mierda. Seres que, a cambio de obrar la alquimia de convertir el lenguaje ordinario en algo extraordinario, pagan, como una maldici¨®n, el precio de la inestabilidad emocional.
Es una larga tradici¨®n no del todo cierta, porque no toda la poes¨ªa es as¨ª, ni todos los poetas lo son (aunque algunos sobreact¨²en). ¡°El poeta es un ciudadano normal, solo que algunas veces escribe poes¨ªa¡±, dijo, aproximadamente, ?ngel Gonz¨¢lez. Es m¨¢s, no pocas veces, los abundant¨ªsimos poetas, m¨¢s que torturados, acostumbran a torturar a su audiencia.
Vaya por delante que Swift tiene querencia por la poes¨ªa. Al inicio del videoclip de su tema All Too Well coloc¨® un famoso verso de Pablo Neruda: ¡°Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido¡±. Con la aparici¨®n de su nuevo ¨¢lbum, seg¨²n inform¨® The New York Times, se analiz¨® desde un punto de vista po¨¦tico la obra de Swift en una clase en la Universidad de Harvard, dentro de la asignatura Taylor Swift y su mundo (s¨ª, existe esa asignatura). La compararon, salvando las distancias, con autores como Samuel Taylor Coleridge, William Wordsworth, Sylvia Plath o Willa Cather, lo que es mucho comparar.
Adem¨¢s, la empresa de genealog¨ªa gen¨¦tica Ancestry, en un movimiento a todas luces promocional, anunciaba a principios de marzo que Swift y la poeta Emily Dickinson tienen un parentesco lejano (?ser¨ªan primas sextas!) al compartir un antepasado, un migrante ingl¨¦s que se estableci¨® en Connecticut en el siglo XVII. Ser¨ªa el sexto abuelo de Dickinson y el noveno de Swift. Por lo dem¨¢s, la biograf¨ªa de la cuenta de X de la cantante lo deja claro: ¡°Todo vale en el amor y la poes¨ªa¡±.
Bol¨ªgrafo o pluma
La propia Swift ha clasificado sus letras en dos grandes grupos, de bol¨ªgrafo o de pluma, seg¨²n explic¨® al ser nombrada artista de la d¨¦cada en los Nashville Songwriter Awards de 2022. Por un lado, entre las canciones de bol¨ªgrafo se encuentran aquellas que son ¡°fr¨ªvolas, despreocupadas y animadas¡±. Por otro, las canciones escritas a la pluma son ¡°brutalmente honestas¡±. Estas ¨²ltimas son ¡°pasadas de moda, como si fueras un poeta del siglo XIX elaborando tu pr¨®ximo soneto a la luz de las velas¡±, dijo la artista.
He ah¨ª otra vez el clich¨¦ de la noche, la pluma, las velas, ?el soneto!, un estereotipo que se afianza con fuerza en el Romanticismo, la ¨¦poca de algunos de los poetas (Coleridge, Wordsworth) con la que algunos comparan a Swift. El Romanticismo rugi¨® contra el racionalismo ilustrado y reivindic¨® al individuo, las emociones, la creatividad, la libertad, el nacionalismo. ?Les suena? Vivimos en tiempos m¨¢s rom¨¢nticos que ilustrados.
El estereotipo del artista rom¨¢ntico es as¨ª: atormentado, arrebatado, pasional, incluso suicida. Algunos j¨®venes rom¨¢nticos se quitaban la vida en imitaci¨®n del Werther de Goethe y el espa?ol Mariano Jos¨¦ de Larra hizo lo propio, con una pistola, a los 27 a?os, por amor. M¨¢s adelante, en el siglo XX, poetas como Sylvia Plath, Anne Sexton o Alejandra Pizarnik tambi¨¦n acabar¨ªan con su existencia, formando una triste n¨®mina de poetas suicidas. Volviendo al Romanticismo, Lord Byron, con sus esc¨¢ndalos amorosos, su honda melancol¨ªa, sus posturas pol¨ªticas o su rebeld¨ªa, del que ahora se celebra el bicentenario de su muerte (por cierto, muri¨® durante una rom¨¢ntica tormenta, perfecta representaci¨®n de lo sublime), conforma un antecedente de la figura del poeta maldito.
No se agota ah¨ª la cosa. Ese malditismo se reproduce en los poetas simbolistas franceses, presuntos consumidores de absenta y l¨¢udano, las baudelerianas Flores del mal, Paul Verlaine dispar¨¢ndole por despecho a su joven amante, Arthur Rimbaud. O en productos culturales mucho m¨¢s recientes, como la exitosa pel¨ªcula El club de los poetas muertos, donde (¡±?Oh capit¨¢n, mi capit¨¢n!¡±) se vuelve a difundir la imagen del poeta rebelde, individualista, sensible y tr¨¢gico. Una imagen que marc¨® a generaciones. En la canci¨®n que da nombre al disco, Swift cita algunos que podr¨ªan ser considerados poetas malditos: Dylan Thomas y la roquera Patti Smith (gran admiradora, por cierto, de Rimbaud).
Pero no toda la poes¨ªa es poes¨ªa de la emoci¨®n. En 2010, Luis Antonio de Villena titulaba una antolog¨ªa de poetas contempor¨¢neos como La inteligencia y el hacha (Visor), haciendo referencia al que podr¨ªa ser un eje de clasificaci¨®n: la poes¨ªa de corte m¨¢s emocional (el hacha) o m¨¢s cerebral (la inteligencia). El estereotipo de la poes¨ªa arrebatada es com¨²n en el ciudadano de a pie, poco conocedor del g¨¦nero, tambi¨¦n en los poetas que no han trillado la tradici¨®n, como los ad¨¢nicos poetas pop tardoadolecentes (en t¨¦rmino de Mart¨ªn Rodr¨ªguez Gaona), que hace algunos a?os lanzaron a las redes, con gran ¨¦xito, sus poemas simplones de amor despechado.
Buena parte del canon de la poes¨ªa anglosajona del XX, de T.S. Eliot a John Ashbery, pasando por Wallace Stevens, es, en cambio, m¨¢s compleja y cerebral que emocional: se aprehende m¨¢s a trav¨¦s del intelecto que del coraz¨®n. Y el humor, aunque no muy bien visto en la literatura, tambi¨¦n est¨¢ ah¨ª: existe un hilo de poes¨ªa repleta de humor e iron¨ªa, en la que se podr¨ªa inscribir a nombres tan dispares como Quevedo, Nicanor Parra, Oliverio Girondo o el antes citado ?ngel Gonz¨¢lez. No todo es sufrimiento solitario y pecho herido. Todo cabe en la poes¨ªa, porque no sabemos muy bien qu¨¦ es la poes¨ªa. Y aunque dentro de ese estereotipo la poes¨ªa sea vista como la quintaesencia de la virtud y el poeta como un ser angelical, con frecuencia ha sido utilizada para promover el odio, la violencia, el belicismo. Ejemplo: genocidas como Radovan Karadzic o Slobodan Milosevic eran poetas (el primero) o amantes de la poes¨ªa (el segundo).
Taylor Swift, con el desamor como tema principal de su obra, se adscribe, pues, a ese team torturado que recorre la historia de la poes¨ªa, colaborando apuntalar el estereotipo instalado en el imaginario popular. Luego, al escuchar el nuevo disco, uno se pregunta: ?hay tanta tortura ah¨ª? Torturado suena el cante jondo o el black metal noruego. En Swift lo que se aprecia es, como m¨¢ximo, una l¨¢nguida melancol¨ªa pop para las tardes lluviosas de la edad primaveral.