Liam Neeson, el vengador de la tercera edad

En 2007, Liam Neeson (Ballymena, Irlanda del Norte, 72 a?os) recibi¨® una curiosa propuesta, un guion de acci¨®n coescrito por Luc Besson que hab¨ªa rechazado Jeff Bridges, y que tras una primera lectura le son¨® a carne de ¡°directo al DVD¡±. Sin embargo, el proyecto supon¨ªa aprender karate y mudarse cuatro meses a Par¨ªs, y a Neeson le apetec¨ªan ambas cosas. Que al a?o siguiente Venganza se convirtiera en un ¨¦xito mundial y que, tras la muerte de su esposa en 2009, Neeson abandonara los personajes dram¨¢ticos para centrars...

En 2007, Liam Neeson (Ballymena, Irlanda del Norte, 72 a?os) recibi¨® una curiosa propuesta, un guion de acci¨®n coescrito por Luc Besson que hab¨ªa rechazado Jeff Bridges, y que tras una primera lectura le son¨® a carne de ¡°directo al DVD¡±. Sin embargo, el proyecto supon¨ªa aprender karate y mudarse cuatro meses a Par¨ªs, y a Neeson le apetec¨ªan ambas cosas. Que al a?o siguiente Venganza se convirtiera en un ¨¦xito mundial y que, tras la muerte de su esposa en 2009, Neeson abandonara los personajes dram¨¢ticos para centrarse en papeles adrenal¨ªticos son dos giros del destino que nadie pod¨ªa adivinar. Pero ocurri¨®, y en esta etapa de su carrera, el norirland¨¦s se ha convertido en el talism¨¢n de las pel¨ªculas basadas en la premisa ¡°no sab¨¦is con qui¨¦n os est¨¢is metiendo¡±, como su ¨²ltimo estreno en Espa?a, En tierra de santos y pecadores. Desde aquel aciago 2009, el int¨¦rprete ha enlazado rodaje tras rodaje (hasta 44): es el rey del action hero de la tercera edad. O, como las malas lenguas lo califican, el l¨ªder del cine de padres. ¡°Creo que al p¨²blico le gusta ver gente que parece real haciendo acci¨®n, que sufre y se cansa¡±, contaba el actor a EL PA?S en la promoci¨®n de Una noche para morir.

La carrera de Neeson se puede dividir en etapas al estilo Picasso. Y con la muerte de Natasha Richardson en un accidente de esqu¨ª arranc¨® la actual, en la que se baj¨® de Lincoln, de Steven Spielberg. El actor iba a protagonizar el biopic, llevaba cuatro a?os trabajando en el proyecto... Hasta que, acabada la lectura del guion meses despu¨¦s de la desgracia familiar, le cont¨® a Spielberg que no ten¨ªa fuerzas. Finalmente, Daniel Day-Lewis le sustituy¨®. ¡°Sobreviv¨ª escap¨¢ndome al trabajo. S¨¦ cu¨¢ntos a?os tengo y que estoy a una lesi¨®n en el hombro de perder papeles como el de Venganza. As¨ª que me quedo con el entrenamiento, me quedo con el trabajo. Eso es lo extra?o del dolor: no puedes prepararte para ello¡±, contaba en Esquire.

Por eso se lanz¨® a la vor¨¢gine de filmes muy f¨ªsicos y se sinti¨® m¨¢s c¨®modo en Furia de titanes, El equipo A, la nueva entrega de Las cr¨®nicas de Narnia, y en thrillers que le convirtieron en una marca: Sin identidad, Infierno blanco, Venganza: conexi¨®n Estambul, Venganza bajo cero (no es de la saga, pero en Espa?a se cambi¨® el t¨ªtulo como truco comercial), El protector, El mediador, Caminando entre las tumbas, Una noche para sobrevivir... En el g¨¦nero ¡°Neeson reparte tiros y mandobles¡± se agrupan dos subg¨¦neros: ¡°Os hab¨¦is metido con mi familia¡± y ¡°No sab¨¦is con qui¨¦n os est¨¢is metiendo¡±. En tierra de santos y pecadores pertenece al segundo ramal.

Es 1974 y Finbar Murphy vive apartado en una preciosa, casi id¨ªlica, aldea irlandesa. Cuando le preguntan ?qu¨¦ haces en realidad para ganarte la vida?, responde cortante: ¡°No quieres saberlo¡±. En tierras de santos y pecadores es un w¨¦stern en el siglo XX, porque si Murphy (Liam Neeson, qui¨¦n si no) es el mal bicho local (que, como han dicho en la promoci¨®n ¡°desea hacer el bien a trav¨¦s del mal¡±), que protege a los suyos disfrazado de buen tipo, la llegada de un pu?ado de villanos, en este caso un comando del IRA especialmente cruel liderado por una mujer ansiosa de venganza, revienta la convivencia y har¨¢ elegir a cada personaje su bando en la historia. Como ejemplo, el polic¨ªa local, el mejor amigo de Murphy, que vive en la inopia sin sospechar de la frialdad asesina del protagonista, y al que encarna una de las viejas amistades de Neeson en la vida real, Ciar¨¢n Hinds.

Hace casi medio siglo que Neeson vive de la interpretaci¨®n. El irland¨¦s empez¨® en el teatro y en el boxeo (de ah¨ª la nariz rota), y le fue mejor en lo primero. En un escenario, en una producci¨®n de De ratones y hombres, en 1980, lo descubri¨® el director John Boorman, y lo reclut¨® para Excalibur: Neeson entr¨® por la puerta grande en el cine. De paso comenz¨® una relaci¨®n sentimental con Helen Mirren, que ya era una estrella, y a la que tiempo despu¨¦s agradecer¨ªa que, en plan Pigmali¨®n, puliera a aquel veintea?ero irland¨¦s. Entre 1982 y 1986, entrada su segunda etapa profesional, trabaj¨® de manera desaforada, con el objetivo de triunfar en Hollywood, y as¨ª lleg¨® a La misi¨®n o a la quinta entrega de la saga del detective Harry Callahan: La lista negra. Logr¨® encabezar repartos de thrillers como El silencio de la sospecha o Ruby Cairo y trabajar con directores de prestigio como Woody Allen en Maridos y mujeres o Sam Raimi en Darkman.

Pero no se olvid¨® del teatro. Y aqu¨ª arranca otra nueva etapa. En 1993, Neeson debut¨® en Broadway como Mat Burke en Anna Christie, de Eugene O¡¯Neill, en cuyo reparto tambi¨¦n estaba Natasha Richardson. De aquella obra sali¨® su mote ¡°secuoya sexual¡± que le otorg¨® el cr¨ªtico de The New Yorker; su matrimonio con Richardson; su primera candidatura al premio Tony y su papel protagonista en La lista de Schindler. Steven Spielberg navegaba en un mar de dudas sobre qu¨¦ actor encarnar¨ªa a Oskar Schindler: ?Harrison Ford, Kevin Costner o Mel Gibson, que se hab¨ªa ofrecido? Un d¨ªa fue a ver Anna Christie, y al acabar la representaci¨®n se acerc¨® al camerino de Neeson a charlar con el actor: all¨ª estaba su Oskar. Hace dos a?os, en una entrevista en el festival de San Sebasti¨¢n, el actor le contaba a Icon: ¡°Al principio pensaba que est¨¢bamos haciendo una pel¨ªcula peque?a. Luego el filme se estren¨® y cobr¨® vida propia. Y despu¨¦s hubo un efecto, como si entrase en otra divisi¨®n en la que me ofrec¨ªan m¨¢s papeles protagonistas, lo cual fue fant¨¢stico¡±.

En esta etapa, Neeson protagoniz¨® grandes producciones, casi todas de ¨¦poca, como Michael Collins, Rob Roy o Los miserables. A los 45 a?os empez¨® a encarnar a mentores o maestros de los protagonistas en Batman, Star Wars, El reino de los cielos o Gangs of New York. Y, de forma premonitoria, interpret¨® a un viudo preocupado por la estabilidad emocional de su hijastro en Love Actually (2003).

Hasta el ¨¦xito de Venganza y el 16 de marzo de 2009, la noche en que Richardson le llam¨® desde el resort de esqu¨ª Mont Tremblant, cerca de Montreal: se hab¨ªa ca¨ªdo en mitad de una lecci¨®n de esqu¨ª para principiantes, pero sin mayores consecuencias. Eso s¨ª, le dol¨ªa la cabeza. Fue la ¨²ltima conversaci¨®n entre ambos. Al d¨ªa siguiente entr¨® en coma, y cuando Neeson lleg¨® al hospital desde un rodaje en Toronto, la encontr¨® en muerte cerebral. Decidi¨® trasladar a su esposa a Nueva York, para que la familia y amigos pudieran despedirla, y all¨ª falleci¨®, tras ser desconectada de la m¨¢quina que manten¨ªa su cuerpo en funcionamiento, el 18 de marzo.

En todo el cine posterior a la desaparici¨®n de Richardson, el talento de Neeson ha aparecido en ocasiones puntuales, como el ¨¢rbol al que dio vida en Un monstruo viene a verme, de Juan Antonio Bayona, su autoparodia en la serie Atlanta o en algunas secuencias de Una villa en la Toscana, un drama desastrillo, pero sanador en el que el actor y su v¨¢stago mayor, Miche¨¢l Richardson, encarnaban a un padre y a un hijo con una relaci¨®n distante tras perder a la madre de la familia en un accidente de coche, que deben reformar la casa en Italia que han heredado.

Ahora Neeson ha dado otro giro profesional, y se encuentra rodando Law of Toughness, el reboot de la saga c¨®mica Ag¨¢rralo como puedas, en la que interpreta a Frank Drebin Jr., el hijo del polic¨ªa patoso que bord¨® Leslie Nielsen. En Icon resum¨ªa este periplo: ¡°Me gusta el oficio de actuar. Me gusta ver una secuencia m¨ªa y pensar: ¡®Eso me sali¨® bien, eso funcion¨®¡¯. He tenido una buena vida¡±.