Muere John Mayall, el gran guardi¨¢n del blues brit¨¢nico
Su leyenda se ciment¨® en Gran Breta?a a finales de los sesenta al frente de los Bluesbreakers y ejerci¨® como mentor de Eric Clapton, Peter Green y Mick Taylor
La m¨²sica brit¨¢nica ha perdido a una de sus figuras m¨¢s emblem¨¢ticas. John Mayall, pionero del blues brit¨¢nico, ha muerto este lunes en su casa de California a los 90 a?os, seg¨²n ha informado su p¨¢gina web en un comunicado oficial. Mayall se dio a conocer en los primeros sesenta durante la eclosi¨®n adolescente y desenfadada de la m¨²sica pop de Reino Unido cuando The Beatles, The Rolling Stones o The Who tomaron el mando de las listas de ¨¦xito a ambos lados del Atl¨¢ntico y escribieron una p¨¢gina gloriosa de la historia. Sin embargo, al margen de las modas y la necesidad de epatar con la cultura juvenil, este prodigioso artista se erigi¨® como un guardi¨¢n del blues.
Nacido en Macclesfield, a las afueras de Manchester, Mayall aprendi¨® los rudimentos de la guitarra de su padre, un coleccionista de discos y currante del escenario que se ganaba el pan en actuaciones de pubs locales. Durante a?os estuvo dedicado a la publicidad tras estudiar la carrera de Arte en Manchester hasta que a los 30 a?os decidi¨® convertirse en m¨²sico. A diferencia de la mayor¨ªa de las iluminarias del pop brit¨¢nico, Mayall, un tipo alto y de salvaje melena, lleg¨® mayor a la revoluci¨®n que se estaba cocinando en el interior de las islas. Con todo, y al igual que le pas¨® unos a?os antes a Chuck Berry en el trepidante arranque del rock¡¯n¡¯roll en Estados Unidos, no fue un obst¨¢culo para que se convirtiese en una referencia inmediata. Se mud¨® a Londres y no tard¨® en despuntar en el circuito del blues con su banda The Bluesbreakers.
Mayall y sus Bluesbreakers representaban la quintaesencia de lo que se conocer¨ªa como blues brit¨¢nico. Impulsado por influencias del blues el¨¦ctrico de Chicago, con sus fascinantes, machaconas e impacientes salidas del rhythm & blues de Chess Records, esta derivaci¨®n del blues ofrec¨ªa un interesant¨ªsimo descaro juvenil hecho por chavales blancos. Los preceptos de Muddy Watters, Howlin¡¯ Wolf o Willie Dixon se retorc¨ªan hasta otorgarlos un br¨ªo m¨¢s inocente dentro del formato guitarra, bajo, bater¨ªa, ¨®rgano y arm¨®nica. Eran gargantas menos fieras y lascivas, que ofrec¨ªan un brillo pop al conjunto, pero los guitarrazos y las recreaciones instrumentales no escatimaban en sus dosis de adicci¨®n blues.
Con estas premisas, The Bluesbreakers se consolidaron como punta de lanza del blues brit¨¢nico. En aquellos primeros sesenta, hab¨ªa otras bandas importantes como The Rolling Stones, The Animals o The Yardbirds, pero ninguna ten¨ªa unos cimientos tan s¨®lidos en las esencias como la formaci¨®n liderada por Mayall, un multiinstrumentista que vapuleaba con su lenguaje de guitarra. Incluso grupos estadounidenses (?y de Chicago!) como The Paul Butterfield Blues miraban con recelo a las capacidades de The Bluesbreakers. Sonaban contundentes, se sent¨ªan aut¨¦nticos.
Eric Clapton, que ingres¨® en The Bluesbreakers en 1965 por un breve periodo de tiempo a la b¨²squeda de los atributos blues que no encontraba en The Yardbirds, reconoci¨® que con Mayall aprendi¨® cuestiones valiosas con la guitarra. Mel¨®mano de los pies a la cabeza, Mayall era un purasangre del blues, un virtuoso con un espectacular sentido del ritmo al que pronto llamaron en Reino Unido ¡°el padrino del blues¡±. El ¨²nico disco que grab¨® Clapton junto a ¨¦l fue Blues Breakers (1966), una obra maestra de may¨²sculo blues-rock, abrasiva y febril, cuya pegada mira de t¨² a t¨² a todas las joyas imperecederas que se grabaron en la edad dorada del pop-rock brit¨¢nico de los setenta.
Como padrino, o maestro, Mayall se erigi¨® tambi¨¦n en un formador de m¨²sicos. No solo fue Clapton: otros instrumentistas de alta calidad como Peter Green o Mick Taylor aprendieron de sus ense?anzas. El primero acabar¨ªa formando Fleetwood Mac y el segundo ser¨ªa el guitarrista de The Rolling Stones. Con el paso del tiempo, su banda fue una escuela de la que sal¨ªan magn¨ªficos m¨²sicos de garito y que, por suerte, en las ¨²ltimas dos d¨¦cadas se ha podido apreciar gracias a una serie de directos que se han publicado de aquellos a?os sesenta y setenta. Aunque su ¨¦xito entre los m¨²sicos no se traduc¨ªa tanto en la cuenta bancaria: Mayall y los suyos no triunfaban tanto como los jefazos de la contracultura porque no se aten¨ªan a las modas psicod¨¦licas ni est¨¦ticas de la ¨¦poca.
Dio igual: el guitarrista se mud¨® a Estados Unidos y all¨ª no par¨® de sacar discos de todo pelaje blues, igual homenajeaba a ¨ªdolos como se adentraba en propuestas ac¨²sticas, abrazaba las jam-jessions con jazz o se aliaba con colaboradores de toda condici¨®n para hacer duetos o canciones compartidas. Todo serv¨ªa para, como su padre en los pubs de Manchester, mostrarse como un currante del blues. Un l¨ªder de banda que peri¨®dicamente sacaba discos en directo para recordar que el g¨¦nero siempre se entendi¨® como una m¨²sica de bar, de simbiosis en vivo.
Mayall se mostr¨® siempre activo, tambi¨¦n en causas sociales en algunos de sus discos, bien fuera a favor de la ecolog¨ªa o en contra de la guerra. Por Espa?a, se le pudo ver en varias actuaciones que nunca decepcionaron, mostr¨¢ndose como un anciano con una destreza extraordinaria en el blues, aunque el g¨¦nero fuera a partir de los ochenta un espacio cada vez m¨¢s reducido y repleto de patrones que se repet¨ªan. En su caso, a veces, pecaba de inmovilismo, pero era incuestionable que significaba un modo de entender el blues. John Mayall era un guardi¨¢n de una esencia que era b¨¢sica: guitarra, bajo, bater¨ªa, ¨®rgano, arm¨®nica y unas locas ganas de partir en dos la noche.