Clara Segura, actriz: ¡°Tenemos facilidad para el olvido y voluntad de no asociarnos porque nuestra sociedad est¨¢ encaminada al individualismo¡±
La int¨¦rprete catalana estrena la pel¨ªcula ¡®El 47¡¯ mientras afronta el inicio de temporada de la obra de teatro ¡®Tots ocells¡¯, en el Teatre La Biblioteca de Barcelona
Apenas han pasado unas horas desde que Clara Segura (Sant Just Desvern, 50 a?os) se baj¨® del escenario del Teatro La Biblioteca en Barcelona, donde representa la obra Tots ocells (Todos p¨¢jaros). Y es precisamente esa obra la que le impidi¨® acudir el pasado viernes al pase de la pel¨ªcula El 47 en el barrio de Torre Bar¨®, tambi¨¦n en Barcelona, y que es el escenario donde transcurre el largometraje. En el film dirigido por Marcel Barrena interpreta a C...
Apenas han pasado unas horas desde que Clara Segura (Sant Just Desvern, 50 a?os) se baj¨® del escenario del Teatro La Biblioteca en Barcelona, donde representa la obra Tots ocells (Todos p¨¢jaros). Y es precisamente esa obra la que le impidi¨® acudir el pasado viernes al pase de la pel¨ªcula El 47 en el barrio de Torre Bar¨®, tambi¨¦n en Barcelona, y que es el escenario donde transcurre el largometraje. En el film dirigido por Marcel Barrena interpreta a Carmen, una monja que cuelga los h¨¢bitos por amor a Manolo (Eduard Fern¨¢ndez) en una historia ambientada entre el final de la dictadura y el inicio de la democracia, pero que tiene todos los temas de la portada del peri¨®dico de hoy. Pobreza, inmigraci¨®n, acceso a la vivienda, desigualdad, la voluntad de un grupo de vecinos para mejorar sus condiciones de vida. Casi nada.
Pregunta. ?C¨®mo fue el teatro ayer?
Respuesta. Bien. Hab¨ªamos estrenado ya en junio en el Festival del Grec, as¨ª que era cuesti¨®n de ponerse de nuevo en la piel del personaje. Pero la obra es tan heavy, porque habla del conflicto entre Israel y Palestina, que est¨¢bamos un poco asustados por si ofend¨ªamos a alguna comunidad. Porque la obra toma partido, pero se centra en una familia jud¨ªa y no ofrece ninguna soluci¨®n, que es lo triste, porque la realidad es muy complicada. No hemos tenido ning¨²n problema.
P. ?C¨®mo se digiere la contenci¨®n y el pudor en un trabajo como el suyo? ?No es un contrasentido?
R. Cuando ya has pactado c¨®mo quieres hacer un trabajo y est¨¢s dentro, no detecto falta de libertad. Otra cosa es c¨®mo lo vendes. Porque seg¨²n lo que dices puedes poner a una parte en contra. El arte tendr¨ªa que servir para exponer, y luego que cada uno saque sus conclusiones. Pero hoy necesitamos 140 caracteres para clasificar las cosas, y no es lo mismo un titular de una rueda de prensa que una pel¨ªcula de una hora y 50 minutos. Por eso en la promoci¨®n tenemos que ser precavidos, que es algo que no me gusta.
P. Ha estado muy presente este verano, primero con Casa en llamas y ahora en El 47. ?C¨®mo explica que la primera se haya convertido en una especie de fen¨®meno?
R. Creo que pasa algo parecido a lo que ocurre con el aguacate. Que cuando lo plantas tarda mucho en florecer y debes tener mucha paciencia hasta que salga el primer brote. En el cine es imposible saber qu¨¦ va a pasar con eso que hiciste hace tiempo, supongo que lo de Casa en llamas tiene que ver con que tiene algo del verano a?orado, de cuando ¨¦ramos felices, y tendemos a idealizar cierta etapa de la infancia. Cuando la familia es un n¨²cleo peque?o y es m¨¢s f¨¢cil de gestionar. Ha sido un regalo.
P. En la reci¨¦n estrenada El 47 vemos la historia de Manolo Vital. Una historia real de la que no ten¨ªa constancia.
R. Cuando Marcel (Barrena) me mand¨® el guion y le¨ª la historia, me sonaba un poco, pero supongo que es un hecho que apenas hab¨ªa salido de Barcelona. Porque habla de un se?or que secuestra un autob¨²s, pero no hay heridos. Pero cuando me dijo: ¡°esta historia es la de mis abuelos, que tambi¨¦n eran inmigrantes y llegaron a Hospitalet¡±, pens¨¦ que tambi¨¦n es la de los m¨ªos, que en vez de a Hospitalet o a Torre Bar¨® llegaron a Sant Just Desvern, que es donde vivo. Sent¨ª el compromiso y las ganas de esa tercera generaci¨®n. Y cuando descubr¨ª que Carmen era monja, profesora, que conoce a Manolo y se enamora, y se casa con ¨¦l cuando ya los dos eran mayores, que adopta al hijo de Manolo... Y cuando pude hablar con Joana, la nieta de Vital, que me cont¨® cosas tan bonitas de Carmen, cuando discut¨ªan ella en catal¨¢n y ¨¦l en castellano¡ esa voluntad de ella de querer alfabetizar a otras mujeres¡ ayer me escribi¨® una chica por Instagram que me cont¨® que es maestra porque Carmen ense?¨® a leer y a escribir a sus abuelos.
P. Si no llega a ser por la caracterizaci¨®n, el vestuario¡ usted y yo podr¨ªamos hablar de los mismos temas que salen en la pel¨ªcula durante un trayecto en autob¨²s.
R. S¨ª, pareciera que ha pasado un siglo de todo esto y no. Tenemos una facilidad para el olvido y una voluntad clar¨ªsima de no asociarnos porque nuestra sociedad est¨¢ encaminada al individualismo. No tenemos tiempo para ir las reuniones con los vecinos, una charla en el pueblo de al lado. Vivimos tan ahogados y constre?idos por el tiempo que hay poco para escuchar al otro, aunque estemos en contra de lo que est¨¢ diciendo. Es una peli tan actual, aunque hable de la Barcelona de los sesenta y setenta, pero puede ser Madrid y cualquier otra ciudad donde en su momento hubiera barracas, zonas perif¨¦ricas donde no llegaba el transporte. Esto ha cambiado mucho, pero hoy hay muchas calles de Torre Bar¨® que a¨²n no est¨¢n asfaltadas.
P. Ese Madrid y ese Barcelona que no se recoge en las postales y que no visitamos como turistas. En Madrid, en sitios como la Ca?ada Real, donde llevan demasiados meses sin luz. ?C¨®mo est¨¢ Torre Bar¨® hoy?
R. Hay una parte que est¨¢ muy bien, la de abajo, pero seg¨²n vas subiendo la cuesta, cuanto m¨¢s arriba la cosa cambia. Pasa un peque?o autob¨²s que es a demanda. F¨ªjate bien, ?eh? Vamos, que los nietos de algunas se?oras tienen que programarlo con el m¨®vil para avisar de que sus abuelas van a ir a hacer la compra. Hay calles que siguen sin asfaltarse, aunque los vecinos vivan ah¨ª. Por ejemplo, zonas en las que no sube la pizza. El pizzero se queda en una zona y si quieres una pues tienes que ir a su encuentro. Me gust¨® ver la proyecci¨®n de la pel¨ªcula al lado del actual alcalde, porque cuando Pasqual Maragall fue alcalde de Barcelona, dedic¨® una ¨¦poca de su mandato a residir durante una semana en casa de alg¨²n vecino de los distintos barrios de la ciudad. Me parece una forma pragm¨¢tica de entender c¨®mo es la situaci¨®n y de darte cuenta de que lo que t¨² tienes no es lo que tiene todo el mundo.