Lolo Rico, m¨¢s all¨¢ de la ¡®La bola de cristal¡¯
Un documental codirigido por el hijo peque?o de la creadora del m¨ªtico programa de televisi¨®n ahonda en el recorrido vital de una mujer revolucionaria
Durante cuatro a?os, de 1984 a 1988, Espa?a lider¨® la modernidad televisiva. El 6 de octubre de 1984 se emiti¨® el primer programa de La bola de cristal, y los s¨¢bados por la ma?ana se convirti¨® en una explosi¨®n de libertad, cultura y educaci¨®n. Y el oasis surgi¨® de un alma curiosa, la de Lolo Rico (Madrid, 1935-San Sebasti¨¢n, 2019), la creadora del fen¨®meno, pero tambi¨¦n escritora, editora, trabajadora en otros formatos televisivos y una mujer que adem¨¢s de un viaje que la llev¨® del Opus Dei a la anarqu¨ªa audiovisual fue madre de siete hijos. El sexto de ellos, Miguel Alba Rico, es el codirector de Los poderes de Lolo, documental presente en el festival de San Sebasti¨¢n, y que muestra un lado m¨¢s humano de Rico, que va m¨¢s all¨¢, aunque sin olvidarla, de La bola de cristal.
Los poderes de Lolo se titula as¨ª porque sus hijos pensaron durante un tiempo que su madre era omnipotente. ¡°A m¨ª me cuesta decirlo¡±, confiesa Miguel Alba Rico antes de una de las proyecciones del filme. ¡°Somos tres directores del documental. Uno de ellos, Nino Font¨¢n, con el que trabajo en la tele, en Diario de..., se enter¨® de qui¨¦n era mi madre a los tres a?os de estar juntos en el programa. Me da verg¨¹enza porque nunca s¨¦ qu¨¦ contar, porque t¨² tienes recuerdos buenos y malos de tus padres, y para otros tu madre es un mito. Esto est¨¢ siendo para m¨ª una educaci¨®n para saber decir cosas de ella¡±.
Alba Rico defiende que su progenitora ¡ªenterrada en San Sebasti¨¢n, ciudad que adoraba, en una tumba que est¨¢ adornada con una bola de cristal¡ª fue muchas cosas. ¡°Por eso, durante un tiempo, casi odi¨¦ La bola de cristal, porque se comi¨® a mi madre y me parece que ella aport¨® muchas otras cosas, por ejemplo, en la literatura, como escritora y como directora de colecciones en la editorial Bruguera¡±.
La familia Rico se mud¨® de Madrid a San Sebasti¨¢n por la Guerra Civil, y en su juventud Lolo Rico disfrut¨® de las lecturas tan variadas que la biblioteca de su padre le permit¨ªa (¡±Con 11 a?os ya ley¨® Psicopatolog¨ªa de la vida cotidiana, de Sigmund Freud, y El capital, de Marx¡±, recuerda su hijo), y se acab¨® casando con el empresario Santiago Rico. Pertenec¨ªa a la alta sociedad ¡ª¡°La gente que estaba en el Opus Dei era la que disfrutaba de los movimientos culturales que el franquismo permit¨ªa¡±¡ª y a los 40 a?os se separ¨®. Se qued¨® con siete hijos y una casa inmensa en Madrid, en el parque de Conde de Orgaz, pero su marido le dej¨® la cuenta bancaria vac¨ªa y se llev¨® los muebles. ¡°Los hijos fuimos un motor, porque tuvo que sacarnos econ¨®micamente adelante. Es m¨¢s, empez¨® escribiendo para nosotros Los cuentos del sarampi¨®n, que despu¨¦s se convirtieron en libro, y de las obras infantiles pas¨® a la radio. Me siento muy orgulloso de mi madre, porque claro que estaba llena de imperfecciones, pero era muy curiosa, abierta, se neg¨® a seguir con un marido maltratador y defendi¨® su ¨¦tica por encima de todo¡±, explica Alba Rico.
Su salto a la tele surgi¨® con La cometa blanca, y el 6 de octubre de 1984 debut¨® La bola de cristal. Arranc¨® con 100.000 espectadores. ¡°Cuando se acab¨® cuatro a?os despu¨¦s, ten¨ªa cinco millones y solo un mill¨®n y medio eran ni?os¡±, apunta su hijo. ¡°Mi madre fue libre todo lo que pudo. Hay dos historias muy reveladoras. En los momentos m¨¢s duros del terrorismo, se llev¨® por delante con el coche un control de la Guardia Civil en Madrid. El guardia civil le dijo: ¡®Se?ora, ha tenido suerte de que no le dispar¨¢ramos¡¯. Y ella le respondi¨®: ¡®No, tuvieron suerte ustedes de que no les atropell¨¦¡¯. Otra, cuando una vez entr¨® en el despacho del director de TVE y ech¨® a la visita con la que estaba reunido para echarle la bronca¡±.
?De qu¨¦ se aliment¨® La bola de cristal? ¡°De su curiosidad, como cuando vio a una mujer por la calle que le llam¨® la atenci¨®n, y despu¨¦s, al describirla en casa, mis hermanas le dijeron que era Alaska. Ellas la llevaron, a sus casi 50 a?os, al Rockola y all¨ª fich¨® a m¨¢s gente. Del parque del Retiro sac¨® a Pedro Reyes y a Pablo Carbonell¡±. Por su casa pasaron multitud de personas, y all¨ª vivieron algunas temporadas hasta Quique San Francisco. ¡°Ten¨ªamos una mesa redonda hecha de encargo, de dos metros de di¨¢metro, y a veces cen¨¢bamos hasta 25 personas. Para m¨ª, por ejemplo, Rosa Chacel fue como mi abuela¡±.
En pantalla, Loquillo, Kiko Veneno, Javier Gurruchaga o Pablo Carbonell rinden homenaje a Rico. ¡°A m¨ª me gustaban mucho las cortinillas, las de ¡®S¨ª lee. No lee¡¯ o ¡®Solo no, con amigos s¨ª'. Mi hermano Santiago [conocido fil¨®sofo] era el guionista, y crearon un mundo de originalidad, libertad, reflexiones e iron¨ªa. Mi madre ante todo lo que quer¨ªa era divertirse. Seg¨²n se fue haciendo mayor, las cosas que le aburr¨ªan las eliminaba. Y eso ya se ve en el programa. Consideraba que le ten¨ªa que divertir a todo el mundo. De ah¨ª muchas locuras, como la de incluir conciertos¡±.
El programa naci¨® en un momento muy determinado ¡°Tanto Loquillo como mi hermano Santi lo explican¡±, apunta el cineasta. ¡°Venimos de la dictadura, hay un vac¨ªo de normas y eso lo aprovecha mi madre para hacer el programa. Cuando la democracia empieza a imponer otras normas, ya no se permite esa libertad y el programa se acaba¡±. Tras un primer choque sobre el refer¨¦ndum de la OTAN, una nueva llamada de atenci¨®n por un gag sobre la educaci¨®n privada hace que Lolo Rico cierre La bola de cristal. ¡°Y se mantuvo fiel a su esp¨ªritu. La nombraron responsable del ¨¢rea de programas infantiles y juveniles de TVE, y solo dur¨® seis meses. Mi madre milit¨® un tiempo en el PCE [Partido Comunista de Espa?a], pero no quer¨ªa que la encasillaran en ning¨²n esquema pol¨ªtico. No sacraliz¨® nada, e incluso se burlaron de la Movida, que hab¨ªa encontrado hueco en La bola de cristal¡±.
En pocos d¨ªas se cumplir¨¢n cuarenta a?os de la primera emisi¨®n. Alba Rico explica ante este aniversario: ¡°Mi madre sigui¨® trabajando, hizo muchas otras cosas, y retorn¨® a San Sebasti¨¢n, que adoraba. Con todo, es cierto, hay muchos hijos de La bola de cristal, y desde luego, si coges todas las secciones del programa, aquel caj¨®n de sastre, su irreverencia, su humor... De la suma de todas las partes de La bola de cristal solo sale una cosa: mi madre¡±.
Babelia
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