Israel Galv¨¢n, bailaor: ¡°Para m¨ª, el ruido es silencio¡±
El c¨¦lebre int¨¦rprete flamenco aborda el reto de danzar sobre el escenario la ¨®pera ¡®Carmen¡¯ de Georges Bizet, junto con la Real Orquesta Sinf¨®nica de Sevilla
Desde que en 1998 irrumpiera en la X Bienal de Sevilla conmocionando el concepto de espect¨¢culo y del baile flamenco en s¨ª mismo con ?Mira! / Los Zapatos Rojos, la danza de Israel Galv¨¢n (Sevilla, 51 a?os), ha protagonizado cerca de 20 producciones, que van de la expresi¨®n recogida e intimista de La Edad de Oro ¡ªya va a cumplir 25 a?os y sigue girando¡ª o T¨¢bula Rasa, donde buscaba en silencio la huella de la m¨²sica, a proyectos de gran ambici¨®n...
Desde que en 1998 irrumpiera en la X Bienal de Sevilla conmocionando el concepto de espect¨¢culo y del baile flamenco en s¨ª mismo con ?Mira! / Los Zapatos Rojos, la danza de Israel Galv¨¢n (Sevilla, 51 a?os), ha protagonizado cerca de 20 producciones, que van de la expresi¨®n recogida e intimista de La Edad de Oro ¡ªya va a cumplir 25 a?os y sigue girando¡ª o T¨¢bula Rasa, donde buscaba en silencio la huella de la m¨²sica, a proyectos de gran ambici¨®n y complejidad como El Final de este estado de cosas o el celebrado Lo Real / Le R¨¦el / The Real. Con una inquietud creadora que parece no tener l¨ªmites, ha abordado un nuevo reto: bailar la ¨®pera Carmen de Georges Bizet junto a la Real Orquesta Sinf¨®nica de Sevilla, una funci¨®n que acaba de clausurar la XXIII edici¨®n de la cita sevillana.
Tras su espect¨¢culo Seises, Galv¨¢n regresa a una ciudad, la suya, que reivindica de forma especial. ¡°Soy de aqu¨ª y siempre lo ser¨¦, para m¨ª Sevilla va a ser infinita¡±, asegura a EL PA?S a trav¨¦s de un cuestionario. Pero, si en Seises viajaba a su infancia de cantor en la Catedral, ahora lo hace a una urbe imaginada por dos autores franceses, algo que no parece importarle: ¡°Yo veo el arte de lo falso. Merim¨¦e y Bizet crearon un mundo de Sevilla sin ser de aqu¨ª. Yo s¨ª lo soy, y eso me permite poner en conjunto lo verdadero y lo falso¡±. Sobre el personaje de Carmen cuenta que desde ni?o siempre lo ha visto muy de cerca, ¡°lo que ocurre es que antes me gustaba m¨¢s lo de fuera. Ahora que he viajado mucho y he visto el mundo, puedo ver lo que ten¨ªa al lado y antes no ve¨ªa. En el d¨ªa a d¨ªa, en un bar o en el gimnasio, puedo verla a ella, al torero o al soldado¡±.
A pesar de la popularidad de la obra, d¨ªas antes de su estreno, Galv¨¢n se mostraba convencido de poder aportarle algo nuevo: ¡°Seguro que le doy algo m¨ªo, personal, porque yo, cuando hago una cosa, es porque s¨¦ que tengo algo que decir y, en este caso, quiero tener la honestidad conmigo mismo de que esa aportaci¨®n sea m¨ªa¡±. ¡°Puede gustar o no ¡ªa?ad¨ªa¡ª, pero Carmen me ofrece la posibilidad de sacar un nuevo cuerpo. Ego¨ªstamente, la Carmen a m¨ª me sirve mucho: para mi personalidad y para mi vida. Luego est¨¢ el p¨²blico que creo que act¨²a como un core¨®grafo, porque te cambia. Bailar al p¨²blico es un riesgo, pero bonito, un v¨¦rtigo que te hace sacar cosas de ti que solo no podr¨ªas. Adem¨¢s, el riesgo me ha venido siempre bien¡±.
Galv¨¢n, Premio Nacional de Danza (2005) y Medalla al M¨¦rito en las Bellas Artes (2012) entre otras numerosas distinciones nacionales e internacionales, ha sido el ¡°bailaor de las soledades¡±, como lo defini¨® el pensador franc¨¦s Georges Didi-Huberman, pero en esta ocasi¨®n va a estar, por el contrario, muy bien acompa?ado: una orquesta sinf¨®nica, tres cantantes de ¨®pera y una cantaora y guitarrista. Ello no impide que ¨¦l lo vea como algo de guitarra, cante y baile: ¡°Para m¨ª, la guitarra es la orquesta, aunque tenga 60 m¨²sicos, y, cuando me canta Carmen, Don Jos¨¦ o Escamillo, son cantaores y yo bailo. Al final, es flamenco e intento sacar lo jondo de la Carmen, quitarle cosas e ir a lo esencial, que es el tri¨¢ngulo amoroso¡±.
En un bailaor que asegura ¡°para m¨ª el ruido es silencio¡±, no resulta extra?a la elecci¨®n del coro que lo acompa?a en la funci¨®n. Se trata de la formaci¨®n finlandesa Mieskuoro Huutajat, una agrupaci¨®n de hombres chillones (Screamers Men¡¯s Choir), que no cantan, gritan. Galv¨¢n dice que en el flamenco se grita mucho, y ah¨ª ve una conexi¨®n: ¡°Ellos [en referencia al coro] gritan a la libertad y al amor y, como soy tartamudo, el hecho de gritar me viene bien. En esta ocasi¨®n, mi cuerpo de baile son los hombres que gritan. En ellos he encontrado una parte de m¨ª, porque yo grito con el baile. Es el ser humano que grita, todo un esp¨ªritu conjunto de fuerza¡±.
Una danza que acompa?a y conmueve
Un proyecto de estas caracter¨ªsticas podr¨ªa parecer demasiado ambicioso e incluso estramb¨®tico, algo que no puede ocurrir si se trata de Israel Galv¨¢n y se conocen sus experiencias: El amor Brujo de Falla o La consagraci¨®n de la Primavera de Stravinsky. Su af¨¢n por descubrir y arriesgar lo lleva a encontrarse con esas obras, y a su servicio pone el amplio y personal¨ªsimo lenguaje danc¨ªstico que porta, la infinitud de sus recursos, a los que ¡ªcomo en el presente caso¡ªa?ade su gracia esc¨¦nica e interpretativa.
Siempre en modo galv¨¢nico, ilustra y acompa?a la historia sin ofenderla, escoltando el relato con breves secuencias de una danza que acompa?a de teatralidad y comicidad. El riesgo y, sobre todo, la pretendida provocaci¨®n no le impide lograr ese dif¨ªcil equilibrio entre el respeto a la obra que le inspira y la irrefrenable ansia de dejar su inconfundible huella. Luce as¨ª, y en diversos pasajes, un ¨ªmpetu transformista apoyado en una vasta parafernalia: la peineta con mantilla, la montera del torero o los abanicos, que junto a determinados disfraces (el de toro) y otros elementos (los desmesurados cuernos) ilustran y acompa?an la historia esencial de la ¨®pera, el tri¨¢ngulo amoroso entre la protagonista, Don Jos¨¦ y el torero Escamillo.
El conjunto de arias y paisajes musicales seleccionados posibilitan la lectura del relato y dan espacio para el lucimiento de unos cantantes que brillan sin tacha en solos y d¨²os. La lengua francesa original no es obst¨¢culo para la percepci¨®n de sentimientos y emociones, y la inc¨®gnita que deparaba el coro finland¨¦s de hombres chillones se resolvi¨® de forma positiva: acompa?aron el baile de Israel y con sus voces subrayaron con contundencia la esencia de la historia: el amor (l¡¯amour). Incluso gritaron, y en espa?ol, los versos de la c¨¦lebre habanera (¡±el amor es un p¨¢jaro rebelde¡±), los mismos que adaptar¨ªa la cantaora y guitarrista Mar¨ªa Mar¨ªn. Con sus intervenciones, parec¨ªa bajar la leyenda a la realidad, de la misma forma que hizo olvidar a Galv¨¢n sus figuraciones para ponerlo a bailar por derecho.
Israel Galv¨¢n. Carmen
Concepto, Coreografía y Baile: Israel Galván. Música: Georges Bizet. Dirección musical: Maria Itkonen. Carmen: Nancy Fabiola Herrera. Don José: José Bros. Escamillo: Ángel Ódena. Cante y guitarra: María Marín. Coro: Mieskuoro Huutajat Oulu. Director Petri Sirviö. Real Orquesta Sinfónica de Sevilla. Dramaturgia: Charles Chemin.