El vitalismo de Mir¨® y Matisse estalla en Barcelona en una exposici¨®n que destaca los est¨ªmulos rec¨ªprocos de ambos artistas
La muestra propicia un di¨¢logo in¨¦dito entre el creador catal¨¢n y el franc¨¦s a trav¨¦s de una extraordinaria selecci¨®n de obras
Se llega al final del recorrido de Mir¨®Matisse, m¨¢s all¨¢ de las im¨¢genes, con una sobredosis de energ¨ªa, color y belleza, un chute de renovados vigor y optimismo. Y entonces, en la ¨²ltima sala, estalla el azul: Pintura (el guante blanco), de Joan Mir¨®, y Vista de Notre-Dame, de Henri Matisse, mano a mano, una al lado de la otra, sus tonalidades maravillosas conversando sobre la pared blanca de la Fundaci¨®n Mir¨® de Barcelona. ¡°Dos azules tan diferentes que dialogan tan bien, dos formas de entender el arte en comunicaci¨®n entre ellas¡±, exclama el director del centro, Marko Daniel, entusiasmado. ¡°Vemos el mundo de forma diferente gracias a la forma en que lo vieron y representaron Mir¨® y Matisse; los pintores contempor¨¢neos a¨²n beben de la inmensa fuente de innovaci¨®n que son estos dos artistas¡±.
La gran exposici¨®n sobre la relaci¨®n entre los dos creadores, organizada y producida por la Mir¨® con el Mus¨¦e Matisse de Niza, llega ahora a Barcelona (hasta el 9 de febrero de 2025) despu¨¦s de su ¨¦xito en el museo franc¨¦s y con el plus del luminoso edificio de Sert en el que la muestra alcanza una nueva dimensi¨®n. La idea original, seg¨²n ha recalcado hoy en la inauguraci¨®n su comisario, R¨¦mi Labrusse, no ha sido mostrar la influencia de un artista sobre otro, ya sea del mayor sobre el m¨¢s joven (Matisse, de 1869, ten¨ªa 23 a?os m¨¢s que Mir¨®, de 1893) o al contrario, sino los ¡°est¨ªmulos rec¨ªprocos¡± que se proporcionaron entre ellos. ¡°Cada uno hizo su camino. El desaf¨ªo era ense?ar obras que no se parecen pero que dan sensaci¨®n de comunicaci¨®n; m¨¢s all¨¢ de la noci¨®n de influencia o de imitaci¨®n, ense?ar la energ¨ªa compartida de artistas que, cada uno desde su perspectiva, pusieron en tela de juicio la tradici¨®n pict¨®rica y fueron muy lejos en la deconstrucci¨®n y reconstrucci¨®n del arte¡±. Labrusse ha destacado el ¡°vitalismo¡± como la palabra m¨¢s importante en cuanto a ambos pintores. ¡°Su voluntad de producir una energ¨ªa vital m¨¢s all¨¢ de las im¨¢genes¡±.
La exposici¨®n, patrocinada por la Fundaci¨®n BBVA, sigue cronol¨®gicamente las carreras de Mir¨® y Matisse, que, pese a sus concepciones pict¨®ricas aparentemente distintas (surrealismo y fauvismo), se admiraban mutuamente, y fueron buenos amigos a partir de que Pierre Matisse, el hijo del pintor, se convirti¨® en marchante de Mir¨® en 1934 (y fue capital en la difusi¨®n de su obra en Estados Unidos). El trayecto por la vida y obra de ambos pintores permite contemplar obras sensacionales ¡ªla visita es una experiencia est¨¦tica de primer orden¡ª con los cuadros y dibujos de Matisse y Mir¨® chispeando entre ellos en un feliz baile electrificante de colores y motivos. En el recorrido, con 160 obras incluyendo la documentaci¨®n, dos grandes desnudos de ambos, Desnudo de pie (1918), de Mir¨®, y Figura decorativa sobre fondo ornamental (1925-26), de Matisse; Naturaleza muerta, interior rojo de Venecia (1946), del franc¨¦s, y Ocells en l¡¯espai (1959), del catal¨¢n; la hipn¨®tica Odalisca con cofre rojo, de Matisse, que contrasta por su sensualidad con la inocencia de la Margarita leyendo del mismo pintor; el precioso jilguero en su jaula de Nord-Sud (1917) de Mir¨®¡
Desde el inicio, cuando la exposici¨®n se?ala la experiencia mediterr¨¢nea de ambos (Matisse se instal¨® en Colliure, donde invent¨® el fauvismo con Derain en 1905), se puede ir comparando obras (55 matisses y 53 mir¨®s): paisajes como Colliure en agosto (1911), del franc¨¦s, y Cambrils, la playa (1917), del catal¨¢n, o naturalezas muertas como Las calabazas, de Matisse (1915-16) y Naturaleza muerta (luz de carburo), de 1922-23, de Mir¨®. Se documenta minuciosamente la relaci¨®n: Mir¨® hab¨ªa o¨ªdo hablar de Matisse antes incluso de su primer viaje a Par¨ªs en 1920, a trav¨¦s de pintores franc¨®filos como Joaquim Sunyer. Vio su primer matisse, Naturaleza muerta con calabaza, en 1917, en la exposici¨®n de arte franc¨¦s en Barcelona. En la muestra de arte franc¨¦s de vanguardia de la capital catalana en las Galeries Dalmau en 1920 expusieron juntos (se puede ver el cat¨¢logo en una vitrina). Una foto muestra ya a los dos pintores sentados conversando en la terraza del caf¨¦ Les deux Margots en 1936.
La exposici¨®n, con obras de museos como el MoMA de Nueva York, el Reina Sof¨ªa, o el Mus¨¦e de Grenoble, adem¨¢s de aportaciones de las familias de ambos artistas, recoge frases reveladoras de los pintores sobre el arte del otro. Matisse se muestra impresionado por la obra de Mir¨®, ¡°incluida su violencia¡±, y lo considera ¡°pintor de verdad¡±. Mir¨® quiere el fauvismo de las telas de Matisse, ¡°pero m¨¢s brutal¡±. Contrastan aparentemente la est¨¦tica ¡°decorativa¡± de Matisse y el programa de Mir¨® de ¡°asesinato de la pintura¡± para dar paso a su universo de signos y s¨ªmbolos. Pero, se se?ala, son ¡°dos caras de la misma moneda¡±, opciones, como ha dicho Labrusse, de dos grandes modernistas en un mismo proceso de renovaci¨®n del arte con sus exploraciones e intuiciones, que les llevaron (como reza el subt¨ªtulo de la exposici¨®n) a trascender las im¨¢genes tradicionales.
Un momento fundamental en la relaci¨®n de los dos pintores es cuando en plena crisis de creatividad en los a?os treinta, Matisse pide a su hijo dos cuadros de Mir¨® para estudiarlos, y encuentra en ellos fuente de inspiraci¨®n para ¡°reiniciar¡± su enfoque art¨ªstico. Esta puntual ¡°influencia inversa¡±, del artista joven sobre el mayor, ha llevado a colocar el nombre de Mir¨® delante del de Matisse en el t¨ªtulo de la exposici¨®n.
Marko Daniel ha recalcado que estamos ante dos de los artistas m¨¢s grandes del siglo XX sobre cuya relaci¨®n nunca se hab¨ªa explorado con esta profundidad. Ha destacado el di¨¢logo in¨¦dito entre las creaciones maestras de la exposici¨®n, apuntando que algunas salas ¡°te obligan a sentarte para aguantar el choque de la yuxtaposici¨®n de obras¡±. V¨¦ronique Dupas, asistente curatorial, ha explicado que el origen de la muestra est¨¢ en la investigaci¨®n de la correspondencia de Pierre Matisse, personaje clave en el encuentro de su padre y Mir¨®.