De Lincoln a Trump: gu¨ªa para entender la historia de EE UU a trav¨¦s de las pel¨ªculas de Henry Fonda
El historiador Alexander Horwath presenta su documental ¡®Henry Fonda for President¡¯ en el que recurre a la figura del m¨ªtico actor para retratar la evoluci¨®n de su pa¨ªs y para confirmar que el cine ¡°ya no tiene la funci¨®n de reflejar la sociedad¡±
Henry Fonda vivi¨® entre 1651 y 1976, al menos cinematogr¨¢ficamente. El actor estadounidense, uno de los mitos del siglo XX, particip¨® en pel¨ªculas ubicadas hist¨®ricamente entre esas dos fechas, 325 a?os donde interpret¨® a personajes de Estados Unidos absolutamente dispares. Desde cowboys de buen coraz¨®n en w¨¦sterns al miembro rebelde de un jurado, desde gal¨¢n en varios siglos a pol¨ªtico y militar en grandes dramas o presidentes de Estados Unidos como ...
Henry Fonda vivi¨® entre 1651 y 1976, al menos cinematogr¨¢ficamente. El actor estadounidense, uno de los mitos del siglo XX, particip¨® en pel¨ªculas ubicadas hist¨®ricamente entre esas dos fechas, 325 a?os donde interpret¨® a personajes de Estados Unidos absolutamente dispares. Desde cowboys de buen coraz¨®n en w¨¦sterns al miembro rebelde de un jurado, desde gal¨¢n en varios siglos a pol¨ªtico y militar en grandes dramas o presidentes de Estados Unidos como Abraham Lincoln, Fonda plasm¨® en su legado art¨ªstico el desarrollo de su pa¨ªs. El historiador austriaco de cine Alexander Horwath ha presentado en la Seminci su documental Henry Fonda for President, construido con entrevistas y extractos de intervenciones de Fonda, donde analiza la historia ideol¨®gica y social de Estados Unidos apoy¨¢ndose en la figura del mito. ¡°A Henry Fonda le costar¨ªa entender el siglo XXI¡±, asegura Horwath, sobre las tensiones sociales y territoriales, las guerras pol¨ªticas y las falsedades actuales que triunfan en EE UU.
El cineasta austriaco ha plasmado en las tres horas de su filme esos cuatro siglos abarcados por la filmograf¨ªa de Fonda, a trav¨¦s de la cual se inmortalizan episodios fundamentales como las guerras contra los nativos americanos o la guerra de Vietnam. ¡°El cine ya no tiene la funci¨®n de reflejar la sociedad¡±, teme Horwath, frustrado con la simpleza actual del cine estadounidense en comparaci¨®n con la variedad de tem¨¢ticas y dimensiones de la ¨¦poca dorada de Hollywood, con Fonda como rostro principal en filmes que explican un pa¨ªs complejo. El documentalista ha recurrido al archivo para, como un gran puzle, estructurar en torno a sus pel¨ªculas todos los movimientos que conducen hacia los actuales Estados Unidos. Como gu¨ªa, la voz del actor, tanto en sus interpretaciones como en la ¨²ltima entrevista que concedi¨® en 1981, antes de morir, meses despu¨¦s, a los 77 a?os.
El cineasta cree que a Henry Fonda, un actor camale¨®nico, destacado por su capacidad para rodar sin repetir, a una sola toma, y por su enorme capacidad de adaptaci¨®n, le costar¨ªa mucho entender los tiempos modernos. Por lo pronto, explica Horwath, ser¨ªa incapaz de representar a una figura histri¨®nica, promotora de la violencia y el bulo, como el expresidente y vigente candidato republicano Donald Trump. ¡°Creo que no estar¨ªa interesado en interpretar el papel y que no podr¨ªa desde su propia personalidad¡±, observa el director, sobre un int¨¦rprete que durante su carrera demostr¨® sus firmes convicciones a favor del Partido Dem¨®crata, pese a que en su juventud se mostr¨® af¨ªn a los republicanos.
Sobre Trump, Horwarth asegura que las inminentes elecciones de Estados Unidos, claves para el devenir internacional porque condiciona el futuro geopol¨ªtico, no deber¨ªan centrarse en torno a un personaje histri¨®nico y con el historial de Trump. El magnate, reflexiona, opaca la historia y la responsabilidad del Partido Republicano, donde aprecia que a¨²n hay electorado e integrantes defensores de esas ideas centenarias pero contrarias a la megaloman¨ªa de Trump: ¡°Antes hab¨ªa un Partido Republicano racional, que pensaba en el bien com¨²n y no solo en su bien propio¡±.
La hipertensi¨®n actual, en la era de los bulos y la desinformaci¨®n, con la fugacidad de las redes sociales como alternativa a los medios tradicionales, conlleva tambi¨¦n repercusiones en el cine. ¡°Antes estaba al mismo nivel que la radio en la clasificaci¨®n de los medios m¨¢s influyentes; el papel del cine era central para la cultura popular: por las historias, los significados¡¡±, reflexiona el austriaco. Las pel¨ªculas eran disfrutadas por audiencias masivas y reflejaban lo que experimentaban las sociedades. ¡°El cine daba una visi¨®n m¨¢s compleja de la sociedad que las redes sociales dominantes, que son muy extremas. Hoy el cine ha perdido esa funci¨®n¡±, lamenta, pesimista.
Tambi¨¦n cambia la sociedad, y algunos personajes de Henry Fonda tendr¨ªan que mutar radicalmente: del persuasivo integrante de un jurado popular en Doce hombres sin piedad ya no servir¨ªa tan f¨¢cilmente, expone, su raciocinio y argumentaci¨®n: ¡°Es capaz de ver desde diferentes perspectivas. No s¨¦ qui¨¦n triunfar¨ªa en una situaci¨®n similar hoy, cuando triunfan los comportamientos seguros de s¨ª mismos, muy agresivos. Por mucho que estamos en una ¨¦poca democr¨¢tica y deseemos que los argumentos valgan m¨¢s que la agresividad¡±.
La corriente internacional ha provocado que en la Austria natal del cineasta haya vuelto a triunfar la extrema derecha, una aciaga deriva pol¨ªtica imposible de evitar durante el discurso de Horwath. El director expone los dos ejes del mensaje reaccionario actual, que triunfa a ambos lados del Atl¨¢ntico: el racial, que usa como arma la inmigraci¨®n, y el tradicionalista, apoyada en el fundamentalismo cristiano y enemiga de derechos sociales como el aborto: ¡°El extremismo religioso tiene muchos puntos en com¨²n, sea cual sea la religi¨®n¡±. De fondo, las guerras en Ucrania, en Gaza, en ?frica, una sucesi¨®n incesable de enfrentamientos: ¡°Quiz¨¢ la Tercera Guerra Mundial consista en estas guerras peque?as y localizadas, y solo se vea as¨ª en 2050¡±.